EL LIBERTINO ESTELAR.
La versión del segundo elenco, de La Carrera de un Libertino, la ópera de Igor Stravinsky, que se presentó en la Temporada 2015, en el Teatro Municipal de Santiago, en el ciclo llamado Ópera Estelar, tuvo características propias, que lo convirtieron en un espectáculo del mayor interés.
En la misma puesta en escena que comentamos, para la versión Internacional, con todos sus valores y algunas objeciones, subió el elenco que reúne en general a cantantes nacionales con algunos invitados extranjeros.
Lo primero que llamó la atención, fue el nivel de actuación teatral fue bastante intencionado, jugando en mayor medida a la ironía, en particular en las figuras de Shadow y Tom, pero manteniendo el dramatismo de las escenas finales; en este aspecto, tal vez sean importantes las personalidades de los cantantes, más afines a la actuación, o tal vez simplemente siguieron instrucciones precisas de la dirección de escena de Marcelo Lombardero.
Lo cierto, es que fue enriquecedor apreciar estos dos enfoques en actuación, algo que ningún caso desmerece a un grupo, en relación con el otro.
La dirección orquestal, recayó ahora en José Luis Domínguez, que realizó un trabajo encomiable, generalmente con un pulso más tranquilo, que el de Syrus, pudiendo resolver prestamente, el desajuste que se produjo, en la escena del prostíbulo con el coro, conjunto que volvió a mostrar la excelencia habitual.
La Orquesta Filarmónica de Santiago, respondió con calidad, con algún momento de balance descuidado, pero siguiendo todas las indicaciones de la batuta de Domínguez.
El elenco fue encabezado por el tenor argentino Santiago Bürgi, como Tom, que posee hermoso timbre, sin mostrar problema alguno con la tesitura, solo que, su volumen no es demasiado grande, pero en contrario, estamos frente a un estupendo actor, que pasa con claridad, desde el casi ingenuo de la primera escena, antes de saber que será millonario, hasta el desinhibido libertino, que asume las aventuras, a que le convocó Shadow, el demonio; sus mejores momentos los tuvo, en las escenas con Baba la Turca, con la máquina que transforma las piedras en pan, en el cementerio y el manicomio, en la que llegó a conmover.
Anne, fue la soprano chilena Catalina Bertucci, que mostró los notables avances conseguidos en Alemania, donde reside actualmente; hermosa voz, expresiva, sin problemas de tesitura, y con estupendo manejo dinámico, fue una creíble e ingenua enamorada, que es capaz de llegar a cualquier parte, para reunirse con su amado, su escena en el paradero de locomoción, fue notablemente expresiva, tanto como en la desilusión, al saber del matrimonio de Tom con Baba la Turca, así como, cuando visita a este en el manicomio; sin duda que ya está preparada para cosas mayores.
Nick Shadow, fue cantado y actuado en forma extraordinaria, por el bajo-barítono cubano-chileno Homero Pérez-Miranda, quien creó un personaje, que se movió desde lo irónico (primera escena) a lo malvado (cementerio), de lo presuntuoso (prostíbulo y casa de Tom) a lo aterrado, cuando pierde el juego de cartas con Tom, incluso hasta ambiguo, cuando observa al caddy, como una posible nueva presa, o tal vez qué?; en todas ellas copando el escenario con su presencia, vocalmente con los graves adecuados, y agudos sólidos; creemos que esta ha sido una de las mejores presentaciones, que le hemos presenciado.
Evelyn Ramírez, asumió en este elenco, dos roles, el de Mother Goose, que también canta en la otra versión, y el de Baba la Turca, papeles que permitieron valorar su versatilidad, al desdoblarse en dos personajes, que solo tienen en común, lo vividores que son.
Fue sensual en el prostíbulo, como Mother Goose, e histriónica y desfachatada como Baba la Turca, con estupendo manejo vocal y gran sentido dramático, en ambos roles.
El padre de Anne, Trulove volvió a ser cantado por el bajo argentino Hernán Iturralde, ratificando los valores antes expuestos.
Pedro Espinoza y Pablo Oyanedel, cantaron al igual que en la otra versión, como Sellem, el subastador y como Keeper el guardián del manicomio, respectivamente, haciéndolo con la misma solvencia.
foto Patricio Melo
Una función, que encantó al público, que la aplaudió larga y entusiastamente.
Gilberto Ponce. (CCA)