Donde comienza la calle Pio Nono, casi enfrente a la Escuela de Derecho de la U. de Chile, la universidad privada San Sebastián ha construido un imponente edificio que en el primer subterráneo contiene un cómodo Auditorio para actos académicos o artísticos. Ahí se realizó el primer concierto de la nueva orquesta de la universidad, conducida por el violinista ruso Denis Kolobov, que reside en nuestro país desde hace algunos años. El resultado fue muy positivo y encantó a las 350 personas que colmaron el recinto, pero en verdad no se trata de una orquesta inexperta pues hemos visto a la gran mayoría de los 35 integrantes tocando en otras agrupaciones. Así, la novedad estará en la selección de obras que haga Kolobov así como en el desempeño artístico de los músicos.
El programa inaugural contempló una primera parte con obras de Mozart – la Obertura «El Empresario» y el Concierto para piano Nº 21– en tanto que en la segunda figuró la Séptima Sinfonía de Beethoven. El público aplaudió con entusiasmo, pero fue evidente que su preferencia estuvo en el concierto de piano, cuyo movimiento lento es la música que desde hace décadas acompaña el informe del tiempo, en el Canal Nacional de TV. Aquí el solista fue el joven argentino Darío Ntaca, que mostró tener buena técnica y espíritu para colaborar con la orquesta de la mejor manera.En la muy conocida sinfonía de Beethoven, la orquesta tocó con pulcritud y disciplina, mostrando su experiencia y musicalidad. El director se apartó del enfoque más romántico que muchos prefieren y, con excepción del movimiento tercero, hizo que las cuerdas tocaran con escaso vibrato. En igual espíritu tomó el movimiento final a una velocidad vertiginosa, que los músicos respetaron sin perder la claridad.
Señalo dos aspectos que se podrían corregir en futuras presentaciones: cuando el volumen sonoro baja, como ocurrió al final del pizzicato de cuerdas de la sinfonía o cuando Kolobov se dirigió al público, los extractores de aire hacen difícil la audición en la parte alta de la sala. Lo otro es la curiosa denominación de la orquesta como «de cámara sinfónica», que confunde. Perfectamente, por su tamaño, ella podría llamarse «clásica». Este término ya no implica sólo un periodo de la historia musical y ahora las orquestas cásicas pueden abordar repertorios muy variados con obras incluso modernas o contemporáneas.
Sergio Escobar (CCA)
muchas gracias por tan asertivo comentario.