SOLISTAS DE LA ACADEMIA MENUHIN.
La orquesta de cámara Menuhin Academy Soloist está integrada por estudiantes del afamado centro de estudios que lleva el nombre del insigne y recordado violinista Yehudi Menuhin, los que deben integrar el conjunto como parte de su formación integral, por ello es que através de los años sus integrantes van variando en el conjunto, pero conservando siempre la excelencia.
Por cierto que los que llegaron es su gira americana hasta la Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas, de la Fundación Beethoven son muestra palpable de la rigurosa formación que reciben, y como de solistas se trataba, el programa que presentaron permitió conocer la experticia de un puñado de ellos, en obras de los más diversos estilos y autores.
Como característica general se aprecia además de su afinación absoluta, precisión en articulaciones y fraseos, perfecto balance y espíritu de cuerpo, permitiéndoles logradas versiones de las obras.
El Capricho en Mi menor de Felix Mendelsohn mostró pastoso y bello sonido en su introducción, luego en la fuga además de precisión encontramos notable el uso de la dinámica, posteriormente el violinista y director Oleg Kaskiv junto al violista Ricardo Gaspar abordaron certeramente la Suite Nº 3 de Kurt Atterberg, obra que tiene muchas semejanzas con el Concerto Grosso a pesar de su lenguaje posromántico, aquí destacaremos sus musicales y a ratos fantásticos diálogos entre solistas y el conjunto, entregando el carácter preciso a cada una de sus partes, llamó la atención el hermoso sonido de la viola.
Enseguida Patrick Rafter interpretó bellamente el arreglo de Glazunov para la Melodía para violín y orquesta de Piotr Ilich Tchaikovsky, enfocado como si fuera lied, obra que además rememora la melancolía de la ópera Eugenio Onegin del mismo Tchaikovsky.
La Bachiana Brasieira Nº 5 de Heitor Villa-Lobos en arreglo para viola y cuerdas, permitió un derroche de musicalidad de Ricardo Gaspar, a él le sucedió la violinista Yuna Shinohara que interpretó Tambourin Chinois de Fritz Kreisler dando muestras de enorme virtuosismo y mucho carácter.
El original de la Ronde de Lutins (la ronda de los duendes) el Scherzo fantástico de Antonio Bazzini es para violín y piano, pero ahora escuchamos un estupendo arreglo para cuerdas y violín a cargo de Vasyl Zatsikha quien mostró todo el virtuosismo del que es capaz, acompañado extraordinariamente por la orquesta.
Luego del intermedio se escuchó una estupenda versión del Allegro Esaltato del joven compositor suizo Gregorio Zanon, obra que explota muy bien los recursos de las cuerdas, requiriendo de sus intérpretes gran virtuosismo, posee un solo de chelo en la segunda y sugerente sección, que fue muy bien interpretado por Hugo Paiva.
El famoso Divertimento de Béla Bartók concluyó el programa, mostró una vez más la solvencia de este conjunto, a través de bellísimos contrastes, claridad en sus voces y acentuado carácter en cada uno de sus movimientos, destacaremos el sombrío y expresivo Molto adagio, tanto como el brillante, virtuoso y casi arrebatado movimiento final que arrancó tales ovaciones, que se vieron obligados a entregar tres encores, un arreglo de la Danza húngara Nº 5 de Johannes Brahms, un movimiento del Verano de las Cuatro estaciones de Vivaldi y una vibrante Jota que el público agradeció exultante.
Gilberto Ponce (CCA)