EL LAGO DE LOS CISNES 2023 EN EL MUNICIPAL DE SANTIAGO
Referirse al ballet El Lago de los Cisnes, es remitirse a una de las más grandes creaciones artísticas de todos los tiempos, por algo tiene legiones de fanáticos admiradores, que pueden verlo en innumerables ocasiones, ocurre lo mismo con aquellos entusiastas que no se cansan de ver una y otra vez, y seguir maravillándose con pinturas de Leonardo, Caravaggio, Giotto, van Gogh o Picasso, o tal vez contemplando el Partenón, tanto como leyendo a Petrarca, Cervantes, Shakespeare o Neruda, debido a que siempre, esas obras, y las de otros muchos creadores, plantean siempre nuevas aristas de interpretación y sin duda de goce, esto debido a que se produce un encuentro con obras que, “viven” por sí mismas, y para siempre en el acerbo cultural de la Humanidad.
En este caso, coincidieron la magistral música de Piotr Ilich Tchaikovsky, un libreto que apunta a cuestiones que siguen y seguirán conmoviendo, como son el mundo mágico del cuento de hadas, la búsqueda del amor ideal, la presencia del mal, encarnado en el brujo, que esclaviza a las damas convertidas en cisnes, tanto como la posibilidad de llegar a morir de amor; aspectos que de una u otra forma permean el espíritu humano.
Toda Compañía de Ballet, que se considere importante, la tiene en su repertorio, en alguna de las numerosas coreografías que existen a partir de la original, y el resultado ha sido siempre el mismo, funciones totalmente vendidas.
Las Damas Cisnes, dominadas por Rothbart (Miroslav Pejic) foto Patricio Melo
El Ballet de Santiago, la tiene en su repertorio, y a pesar de lo frecuente, que se pueda programar, ya se sabe la respuesta del público; en esta temporada, se agotaron todas las funciones, debiendo agregar otras, debido a la demanda.
A Iván Nagy y Marilyn Burr, pertenece la que se ofreció en esta oportunidad, en la que se resalta el sentido dramático, donde cada uno de los intérpretes, debe aportar con su propia expresividad, para cerrar lo propuesto por los coreógrafos; y no es menor el hecho que el Ballet de Santiago lo realice nada menos que, con tres elencos en los roles principales.
En el elenco 1, se contó con la presencia de la Primera Bailarina de la Ópera de París Bleuenn Battistoni, invitada especialmente para esta temporada, los otros solistas fueron primeros bailarines del Ballet de Santiago.
La Primera Bailarina de la Ópera de París, Bleuenn Battistoni. foto Patricio Melo
Con el lago omnipresente, Enrique Campuzano creó la hermosa escenografía, este, está de alguna forma presente, tanto en los interiores de palacios, donde se vislumbra en el fondo del escenario, o bien en el mágico entorno del lago, el trabajo de Campuzano se mueve entre lo concreto y lo simbólico creando los ambientes precisos para el desarrollo del argumento.
Como nos tiene acostumbrados, Pablo Nuñez diseñó, con gran gusto el vestuario, este es de una elegancia y variedad sorprendentes, como siempre con exquisito manejo de los contrastes, en colores y texturas, lo que le convierte en una constante de novedad y belleza.
Certera es la iluminación de Ricardo Castro, con cambios interesantes de ambientes, que acentúan el desarrollo del argumento, no obstante, creemos que en la primera escena del lago, con el brujo y los cisnes, la iluminación de Rothbart, es insuficiente, particularmente porque es muy importante su acción, y al estar poco iluminado, se pierde parte del efecto, en contrario, en la escena final, este defecto se aminora bastante.
Sigfrido (Emmanuel Vásquez) conoce a Odette (Bleuenn Battistoni, observados por el Brujo Rothbart (Miroslav Pejic) foto Patricio Melo
La Orquesta Filarmónica de Santiago, fue dirigida por Pedro Pablo Prudencio, acompañando certeramente a los bailarines, al menos en los dos elencos que presenciamos, consiguiendo de sus músicos hermoso y poderoso sonido, debiendo destacarse el trabajo de los solistas en violín y chelo, para los fundamentales Pas de deux; los pequeños ripios sonoros en algunos momentos del estreno, fueron superados ampliamente en las siguientes funciones, en todo caso en las funciones analizadas, el público ovacionó tanto a la orquesta, como al director.
ELENCO 1
La función de estreno, partió con un cierto nerviosismo, que afectó en cierta medida al cuerpo de baile, en el que se percibieron algunas inseguridades, de parte de bailarinas y bailarines, las que incluso afectaron una de sus mejores características, la expresividad, que solo fue formal en varias escenas, pero por fortuna se compensaron con suficiente prestancia en el resto de la primera parte; este aspecto llamó la atención, pues la compañía, presenta normalmente un rendimiento de primer nivel, afortunadamente en la segunda parte (actos 3 y 4), el cuerpo de baile recuperó la calidad habitual, consiguiendo en particular el cuerpo femenino toda la poética presencia de siempre.
Gran expectación existía, frente a la actuación como Odette y Odile, de la Primera bailarina de la Ópera de París Bleuenn Battistoni, quien a nuestro juicio es de una técnica perfecta, sus brazos son alados, giros impresionantes, con variaciones asombrosas, no obstante en expresividad no logra convencer, su Odette es en exceso fría, y no da entender, que como dama cisne, ha descubierto el amor en Sigfrido, el príncipe; mejora en parte como Odile, pero no llega a ser, el cisne negro seductor, a la vez que reticente, tal vez ella aún es muy joven, y la expresión la incorporará posteriormente.
El Príncipe Sigfrido (Emmanuel Vásquez) y Odette (Bleuen Battistoni), foto Patricio Melo
El Príncipe Sigfrido, lo bailó Emmanuel Vásquez, quien se adueña cada vez más del rol, tiene prestancia y una técnica segura, a pesar de una leve inseguridad en la primera parte, y posee un adecuado uso de la expresividad, sin duda, el haber trabajado poco tiempo con Battistoni, restó una mayor conexión y expresividad en los Pas de deux. En la segunda parte Vásquez se empoderó plenamente en su papel, siendo ruidosamente reconocido por el público.
Miroslav Pejic ha incorporado totalmente en él a Rothbart, el brujo que domina a las damas cisnes, se mueve y maneja diestramente sus enormes alas, entregando la maldad necesaria en su interpretación.
Beno el asistente de Sigfrido, fue un expresivo Felipe Arango, quien da muestras de grandes avances en su técnica, algo corroborado en su Pas de trois con Alexia Comisso y Laleska Seidel, que realizaron con soltura, gracia y prestancia escénica.
El Pas de trois balado por Felipe Arango, acompañado por Alexia Comisso y Laleska Seidel. foto Patricio Melo
Uno de los fragmentos favoritos del público, es el famoso Pas de quatre, de los Pequeños cisnes, que requiere de absoluta perfección en su desarrollo, algo conseguido completamente en esta oportunidad por María Dolores Salazar, Lorena Borja, Milagros Perrella y Alexia Comisso, que fueron con justicia ovacionadas por el público. Los Cisnes grandes los bailaron certeramente Deborah Oribe y Ethana Escalona.
ELENCO 2
El elenco 2 fue encabezado por Katherine Rodríguez, como Odette (Cisne blanco) y Odile (Cisne negro), dando muestras de la madurez que ha alcanzado, ella haciendo uso de su sólida técnica, se desdobla con propiedad en ambos roles, se encandila, con Sigfrido, pero a la vez mantiene la distancia propia de dama cisne, luchando con sus sentimientos; luego será provocativa y sensual como Odile, que siguiendo las ordenes de Rothbart de seducir al Príncipe, creemos que logró gran comunicación expresiva con su partenaire. Sus variaciones y giros, le valieron ovaciones.
Odette (Katherine Rodríguez) y un grupo de cisnes. foto Patricio Melo
Gustavo Echevarría, se consolida cada vez más, como una de las grandes figuras de la Compañía, su sólida técnica y su madurez como actor, le convierten en un gran intérprete, que además en esta oportunidad, mostró gran resiliencia, debido a que al final de una de sus brillantes variaciones, tuvo una vacilación, que bien pudo marcar el resto, no obstante, en la siguiente, y más compleja aún, deslumbró con su seguridad y destreza, el público no dudó en ovacionarle. Su convincente acto final, donde por amor decide seguir a su querida en la muerte, conmovió a los asistentes.
El Príncipe Sigfrido (Gustavo Echevarría) y cortesanos. foto Patricio Melo
Carlos Aracena, asumió como Rothbart, creemos que tiene el talante como para otorgarle la maldad precisa a su personaje, mostrando naturalidad en sus movimientos. Mientras que, Esdras Hernández le otorgó juvenil espontaneidad a Beno, el asistente de Sigfrido, el Pas de trois bailado por Alexia Comisso, María Dolores Salazar y él mismo, les mostró sólidos y bastante seguros.
Odile (Katherine Rodríguez) foto Patricio Melo
El mismo éxito cosechado junto al elenco 1, lo consiguieron nuevamente, María Dolores Salazar, Lorena Borja, Milagros Perrella y Alexia Comisso, bailando el Pas de quatre de los Pequeños cisnes. Mientras que, Ioulia Koutenkova y Ethana Escalona, mostraron gran destreza como los Cisnes grandes.
Largas ovaciones coronaron la función, en la que queda muy claro la potencialidad de la Compañía, que debe trabajar muy intensamente para conservar la excelencia que habitualmente exhibe, la que se ha logrado gracias al serio trabajo de las direcciones artísticas, que ha tenido al frente, el Ballet de Santiago.
El Príncipe Sigfrido (Gustavo Echevarría) y Odile (Katherine Rodríguez), foto Patricio Melo
Gilberto Ponce (CCA)
No se si encuentro mejor o no el nuevo formato de la página,espero acostumbrarme.Yo sólo pude asistir al primer elenco el día del estreno.En realidad coincido con que Rothbart fue poco iluminado en su primera aparición,dado también los colores oscuros aunque muy bellos de su atuendo.La Srta Battistoni,no me convenció en su interpretación del cisne blanco,no por su técnica,sino porque la encontré poco expresiva y un tanto fría,mejoró en el cisne negro,tal vez le acomode mejor expresar maldad que ternura,es una buena bailarina pero tal vez me hice muchas expectativas por ser alguien nuevo para mi y del ballet de la Opera de París nada menos.Lástima que ni pude asistir a otro elenco.Emmanuel Vásquez tiene prestancia de príncipe y está bailando muy bien,seguro seguirá ascendiendo en su carrera.Muy merecidos aplausos para el cuerpo de baile, y en especial los cisnes pequeños.La orquesta y su director también fueron muy aplaudidos.Una velada feliz.