LA PROFUNDIDAD DE MAHLER EN LA FILARMÓNICA.

TRIUNFO DE JAVIER ARREY CANTANDO MAHLER EN EL MUNICIPAL.

El cuarto concierto de la Temporada 2015, de la Orquesta Filarmónica de Santiago, fue dedicado completamente a Gustav Mahler, ocasión en que la dirección recayó en Maximiano Valdés.

Gustav Mahler. foto visionescriticas
Gustav Mahler. foto visionescriticas

El programa de enorme interés, abordó uno de los ciclos de canciones más hermosos compuesto por el compositor bohemio, y una de sus sinfonías más complejas, obras en que la orquesta, mostró una vez más, el excelente momento por el que está pasando.

Ante una audiencia, que llenaba el recinto, la jornada se abrió con las Canciones de un caminante (Lieder eines Fahrendes Gesellen), ciclo en el que al igual que en otras obras, reúne melodías del Cuerno mágico de la juventud, el que además sirvió de material, para muchas otras obras suyas.

Javier Arrey y la Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigidos por Maximiano Valdés. foto Patricio Melo
Javier Arrey y la Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigidos por Maximiano Valdés. foto Patricio Melo

Esta primera parte, se convirtió en un momento privilegiado, gracias al formidable desempeño del barítono solista, el chileno Javier Arrey, que está desarrollando una exitosa carrera en el extranjero, por supuesto, nada se habría conseguido, de no contar con un inspirado acompañamiento de la orquesta, sensible y ajustadamente dirigida por Maximiano Valdés.

La hermosa voz de Arrey se apreció ya desde la primera canción, “Cuando mi amada tenga su día de boda”, allí fue evidente la cohesión estupenda entre el barítono y la orquesta, en un sensible diálogo que abordó todas las inflexiones expresivas.

Con poderosa voz abordó la segunda, “Fui esta mañana al campo”, impregnándola de carácter en sus contrastes dinámicos, algunos de los cuales fueron de enorme gracia musical.

“Yo tengo un cuchillo brillante”, la tercera de ellas, se presentó con notable fuerza expresiva, tanto en el solista como en la orquesta, mostrando una vez más, la excelente fonética de Arrey, que ataca con la inflexión precisa cada palabra, característica que seguramente viene de su experiencia en la ópera.

Javier Arrey y Maximiano Valdés, durante la interpretación. foto Patricio Melo
Javier Arrey y Maximiano Valdés, durante la interpretación. foto Patricio Melo

La última de ellas, “Los dos ojos azules de mi amada”, en su intimidad, fue en gran medida muy emocionante, al final desvanecido en la orquesta, le sucedió un expresivo silencio, antes que el público irrumpiera en largas y más que merecidas ovaciones, tanto para Javier Arrey, como para la Orquesta Filarmónica dirigida por Maximiano Valdés.

Creemos que esta versión de las canciones de Mahler, fue uno de los grandes momentos musicales de esta temporada.

Gustav Mahler. foto klassikakzente
Gustav Mahler. foto klassikakzente

Finalizaron con la versión de la Sinfonía Nº 5 en Do sostenido menor, del mismo Mahler, una obra que presenta singulares contrastes, a lo largo de casi todos sus movimientos, solo el Adagietto rompe esa norma, por ello su interpretación presenta siempre dificultades no menores.

Pensamos que Valdés, obtuvo logros parciales, debido a que la relación entre cada sección de los movimientos, no siempre alcanzó la continuidad necesaria; cada fragmento tiene siempre diferente carácter a la sección anterior, por eso es preciso encaminar la versión en forma unitaria, a pesar de sus diferencias; creemos que este aspecto fue conseguido en ciertos fragmentos.

Estimamos que entre los mayores logros, se encuentran la tercera sección del primer movimiento, muy exitosa en carácter, recordamos los musicales diálogos de las cuerdas con otras familias.

Del mismo modo, el Adagietto, mostró un sensible y hermoso desarrollo, en la interacción de las cuerdas y el arpa.

El efusivo movimiento final, con su brillantez, consiguió una ruidosa respuesta del público.

No obstante lo anterior, es preciso señalar nuevamente el musical y hermoso sonido, conseguido en toda la orquesta, a lo largo de toda la obra.

Maximiano Valdés y la Orquesta Filarmónica de Santiago, agradeciendo las ovaciones del público. foto Patricio Melo
Maximiano Valdés y la Orquesta Filarmónica de Santiago, agradeciendo las ovaciones del público. foto Patricio Melo

Gilberto Ponce. (CCA)

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