LA CREACIÓN EN LA USACH.
Hace bastante tiempo, que no se escuchaba en Santiago, el hermoso oratorio de Franz Joseph Haydn, «La Creación».
En esta oportunidad se presentó, en el Aula Magna de la Universidad de Santiago, una de las salas con mejor acústica de la capital; sus intérpretes fueron: la soprano Paulina González, el tenor Rodrigo del Pozo y el barítono Pablo Oyanedel, junto al Coro de la Universidad de Santiago, que dirige Santiago Marín, el Coro Madrigalista UMCE, que dirige Ruth Godoy, todos bajo la dirección general de David del Pino Klinge.
Consideramos la versión como bastante satisfactoria, con aspectos muy logrados, y otros, que al parecer merecían una mayor cantidad de ensayos.
La respuesta de orquesta, fue buena, con algunas fallas de balance entre sus familias, y a veces con el Coro; las maderas tuvieron un desempeño bastante bueno, las cuerdas alternaron entre hermoso sonido, con fragmentos algo descuidados, sólido fue el continuo de Gabriela Olivares (chelo), en los bronces, los cornos deben mejorar mucho, sus accidentes fueron demasiado vistosos; destacaremos lo musical y alerta que se observó al timbalista.
Los coros, tuvieron momentos entrañables, como el mágico inicio, asimismo algunos fragmentos corales mostraron belleza y una gran potencialidad, a pesar del dispar desempeño de las voces; pero fue en las dos partes finales donde sus voces se delinearon y apreciaron mejor; los bajos son excelentes, hermosas voces, musicalidad y amplia tesitura, que les permite una hermosa linea de canto, los tenores sobresalieron solo en algunas de las fugas, al igual que las contraltos, las sopranos desaparecieron en largos momentos, hacia el final se impusieron, logrando exhibir su voces.
Importante es la voz de Elena Pérez, la contralto del coro, que cantó en el cuarteto final.
Llamó la atención en el coro, lo desatentos que se vio, a dos barítonos, de la fila superior al centro, comentando el desarrollo, y hasta sonriendo entre ellos, algo similar, en desatención, ocurrió en la fila de los violines primeros; nos permitimos este comentario, pues creemos, que los integrantes de los conjuntos, estaban dando lo mejor de ellos, para las cosas salieran en forma óptima, aún más, concientes de no haber tenido todos ensayos programados.
Paulina González, exhibió su hermosa y gran voz, gran seguridad en los agudos, aunque atrasó algunas de las coloraturas, cuando cantó como Eva, lamentablemente no tuvo contrapartida en el barítono, perdiendo expresividad.
Sorprendió gratamente el volumen de voz, que ha
desarrollado Rodrigo del Pozo, su hermoso material, lo puso espléndidamente al servicio de su personaje, dice con convicción el texto que canta, haciéndolo con extrema musicalidad, sin duda, fue el punto más alto de la presentación.
Pablo Oyanedel, quien ha mostrado en anteriores ocasiones, voz y talento, en esta oportunidad se le vio dubitativo, a ratos con voz inaudible y como ajeno al evento, solo algunos chispazos mostraron al barítono de siempre, en los tríos prácticamente no se escuchó, y fueron deplorables sus dúos con la soprano.
Esperamos, que esto sea producto de alguna enfermedad pasajera, para poder volver a escuchar a uno de los mejores barítonos de nuestro país.
David del Pino Klinge, no solo dirigió, asumió como clavecinista del continuo, algo que se volvió en contra, en muchos de los inicios, de algunos coros o arias, cuyo pulso, no quedó lo suficientemente claro.
Creemos que de mediar todos los ensayos previstos, el director, habría podido lograr su concepto en la versión, debido a que en varias secciones, se vio obligado a armar, más que concentrarse, solo en dirigir.
También conspiró en contra de la natural fluidez, el hecho que los solistas, le dieran la espalda, debiendo volverse tanto él como los cantantes, para poder seguir los gestos del director.
En todo caso, queda en claro, que David del Pino, sabe muy bien lo que quiere, solo que en esta oportunidad le faltó tiempo para concretarlo.
Y como siempre, la belleza de la música termina por imponerse, ante el público que termina por rendirse ante ella; por ello, se agradece a los conjuntos participantes, la oportunidad de escuchar una de las obras más hermosas de la historia de la música.
Gilberto Ponce. (CCA)