INÉS DE SUAREZ ÓPERA CHILENA

ÁNGELA MARAMBIO ASUME COMO INÉS DE SUAREZ.

Inés de Suarez, pintura J.M. Ortega. foto educarchile

El regreso de la soprano Ángela Marambio a Chile, fue la oportunidad para conocer algunos fragmentos de la ópera “Inés de Suarez” del compositor italiano  Elio Piattelli, con textos de otro italiano, Giuseppe Guerra, y basada en fragmentos de la vida de la compañera de Pedro de Valdivia en su viaje a Chile, la obra fue estrenada en 1941, y que solo tuvo dos funciones, desde allí desapareció, hasta que hace poco, se encontró una reducción para canto y piano, material que fue tomado por el compositor chileno Andrés Maupoint, quien realizó su orquestación, la traducción fue encargada a Fernando Puiggros.

Ángela Marambio foto saborizante

El “reestreno” contó con la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigida con solvencia absoluta por Rodolfo Fischer, además el evento contó con el auspicio de la Fundación Teatro a Mil y del Teatro Municipal de Las Condes, lugar donde se presentó.

Agradeciendo los aplausos. foto santiagoamil

Luego de escuchar el material ofrecido, cabe preguntarse, cuanto queda del original, debido a la moderna orquestación que a ratos recuerda a R. Strauss o a O. Respighi, puesto que el trabajo, es producto de otro compositor, Andrés Moupoint.

Andrés Maupoint. foto uach

Como música, tiene momentos del mayor interés, aunque resta por conocer el resto de la obra. Luego de la extensa obertura, que apunta a muchos temas sus resultados un tanto grandilocuentes, debido a lo grueso de su orquestación.

Para las escenas presentadas, se requirió de un grupo de comprimarios que asumieron los roles de miembros de la expedición de Pedro de Valdivia, el grupo de tenores y barítonos respondió con el mayor profesionalismo, ellos fueron Cristián Moya, Patricio Álvarez, Carlos Moreno, Leonardo Pohl y Alexis Sánchez.

Patricio Sabaté. foto enterarte

Pedro de Valdivia lo cantó  con el profesionalismo por el que es reconocido, Patricio Sabaté, su perfecta dicción hizo innecesario leer los sobretítulos, su arenga y el dúo con Inés fueron muy expresivos.

Ángela Marambio. foto bligoo

Ángela Marambio como Inés de Suarez, asumió con gran voz e histrionismo el rol; muy emotiva fue su plegaria y el dúo lo cantó con la ambigüedad que el texto exige, nos habría gustado una dicción más clara, pues su hermoso material vocal se aviene mucho con el papel.

El acompañamiento de Fischer, fue atento y musical, cuidando balances sonoros de la gran orquesta, la sinfónica respondió con el mayor profesionalismo y bello sonido.

No podemos soslayar un hecho de la mayor importancia, la Orquesta Sinfónica de Chile, sonó espléndidamente en el amplio escenario del Municipal de Las Condes, teatro que cuenta con excelente acústica, dejando en evidencia la absoluta necesidad que esta orquesta, la más antigua e importante del país, tenga una sala adecuada, no comprendemos que los fondos comprometidos para la gran sala del GAM, hayan tenido otro destino.

Rodolfo Fischer. foto emol

El resto del programa resultó un tanto desconcertante, debido al carácter y orden de las obras escogidas.

Evelyn Ramírez. foto uchile
Claudia Pereira. foto emol

Primero, fragmentos de “El Caballero de la Rosa” de Richard Strauss, interviniendo Claudia Pereira y Evelyn Ramírez, para la “Presentación de la Rosa” como Sophie y Octavián, alternando momentos muy logrados con otros más dudosos, debido al balance sonoro con la orquesta, en el “Trío final de acto III” con Ángela Marambio como la Mariscala, tampoco el balance las favoreció, si bien la línea de canto mostró la ambigüedad de los sentimientos, de quien deja para siempre a su joven amor.

Siguieron con Preludio y muerte de amor” de Tristán e Isolda a cargo de Ángela Marambio, Fischer obtuvo de la orquesta una espectacular respuesta, la “muerte de amor”, fue cantado por Marambio muy expresivamente, pero aún está alejada del carácter etéreo y casi metafísico de una de las páginas más bellas de la música, si bien mostró su espléndido caudal de voz y manejo dinámico, solo a momentos entró en su desolado espíritu.

Y como final, luego de “Inés de Suarez”, Ángela cantó una estupenda versión de “La mamma morta” de la ópera Andrea Chenier de Umberto Giordano, la soprano estuvo en la plenitud de sus condiciones vocales, sin duda es el repertorio que en este momento más le acomoda, lo alemán aún va en vías de la perfección. El público aplaudió sin reservas esta muestra del mejor canto.

Gilberto Ponce (CCA)

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