ENCANTO CHECO.

TRIO GUARNIERI DE PRAGA EN FUNDACIÓN BEETHOVEN.

En su anterior visita, deslumbraron, y tal como ocurre siempre con los grandes artistas, en el concierto ofrecido en el Teatro Municipal de Las Condes, como parte de la “Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas”, que organiza la Fundación Beethoven, volvieron a asombrar, con su inaudita prestancia y sencillez.

No necesitan de gestos grandilocuentes -que a veces ocultan defectos-, el “Trío Guarnieri de Praga”cumple con una sola misión; interpretar su repertorio, con asombrosa perfección técnica y en el más estricto estilo, algo que es reflejo de un profundo estudio, aquel que vienen realizando desde hace más de veinticinco años, época de la fundación del conjunto.

Trío Guarnieri. Ivan Klansky, Cenek Pavlik y Merek Jerie. foto Fundación Beethoven

El programa de indudable belleza, consultó obras de Haydn, Brahms y Mendelssohn.

Primero interpretaron el “Trío en Sol mayor, Hob. XV: 25” de Franz Joseph Haydn, en el que además de mostrar la liviandad sonora propia del clasicismo, privilegiaron una total claridad para cada una de las voces, todo inserto en un elegante fraseo.

Franz Joseph Haydn. foto vidasymusicos

En este trío, mostraron una de las constantes de su presentación; balances perfectos en cada instrumento, siempre de acuerdo a las necesidades del fragmento; el segundo movimiento mostró extrema gracia,  y una clásica expresión.

El virtuosismo llegó en el tercero, que lo calificaremos de brillante, sacando a luz, todos los elementos de carácter popular que tiene.

Su versión es vital, alejada de otras anodinas, como tratando de hacer creer que Haydn es un compositor, solo “muy agradable” de escuchar, sin lograr rescatar, la enorme cantidad de valores implícitos en sus obras.

Johannes Brahms. foto Wikipedia

La levedad clásica, dio paso al peso del romanticismo presente en el “Trío en Si mayor Op. 8” de Johannes Brahms, aquí el “canto” de las voces asume una expresividad más contundente,  contribuyendo a describir el oscuro mundo interior descrito por su autor; para ello Brahms recurre a una abigarrada polifonía, que acentúa la expresividad.

Extraordinario resultó observar, los mínimos gestos con que los músicos se comunican entre sí logrando fragmentos de una sutileza increíble.

El virtuosismo total, apareció en el “Scherzo”, de sorprendente precisión a pesar de su rapidez, por ello se admira su seguridad en ataques, cortes y la precisión con que marcan las respiraciones entre frases, el “trío” inserto en este movimiento lo  interpretaron dando relevancia a las articulaciones y  contrastes.

Etéreo fue el “Adagio”, mencionaremos la enorme expresividad dramática del trozo, en el que el acompañamiento pianístico, recuerda las “Rapsodias” del mismo Brahms.

La pasional entrega del “Allegro final”, terminó por rendir al público presente.

Felix Mendelssohn. foto visionescriticas

Finalizaron con su versión del “Trío en Re menor Op. 49” de Felix Mendelssohn, en el que su goce mostrado en su interpretación, se transmitió a los espectadores; exquisitos fueron sus acelerando y retardando, transformando los diálogos en verdaderos juegos; aquí como en casi todas las obras de Mendelssohn, el piano es exigido al máximo, permitiendo a Ivan Klansky, mostrar su virtuosismo.

El “Andante” que recuerda inevitablemente a las “Canciones sin palabras” del mismo autor, fue íntimo y poético.

Virtuosismo extremo exhibieron en el vertiginoso “Scherzo”, resaltando los contrastes dinámicos y expresivos; como era de esperar, el “Finale”fue una síntesis de los valores mostrados anteriormente.

Trío Guarnieri de Praga. foto Fundación Beethoven

Respondiendo a la ovaciones, fueron generosos al ofrecer tres “encores”, con fragmentos de obras de Dvorak, que maravillaron al público.

Gilberto Ponce. (CCA)

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