EN GLORIA Y MAJESTAD VUELVE ROMEO Y JULIETA.

IMPACTANTE REPOSICIÓN DE ROMEO Y JULIETA.

Dando inicio a su Temporada 2015, el Ballet de Santiago, que dirige Marcia Haydée, repuso uno de sus grandes éxitos, nos referimos a la notable coreografía de John Cranko, para Romeo y Julieta, ballet creado por Cranko, para la propia Marcia, cuando ella era primera bailarina en Stuttgart.

Marcia Haydée. foto municipal.cl
Marcia Haydée. foto municipal.cl

La obra cuenta con música de Sergei Prokofiev, y es considerada como una de las mejores partituras, en música para ballet, en cuanto a belleza y dificultades técnicas y expresivas, por ello requiere de una orquesta y un director, que acierten plenamente en los objetivos, como afortunadamente ocurrió, en esta oportunidad.

El gran Baile en casa de los Capuleto. foto Patricio Melo
El gran Baile en casa de los Capuleto. foto Patricio Melo

Consideramos que la reposición de Egon Madsen, que además asumió el rol de Lord Capuleto, es en extremo cuidadosa, sin dejar nada al azar, logrando que desde las primeras figuras, hasta aquellas que tienen roles muy menores, desempeñen sus papeles en propiedad; no se puede olvidar las grandes escenas del mercado, o la fiesta en casa de los Capuleto, de gran perfección y realismo, por solo nombrar algunas.

Otro aspecto, muy logrado fueron las escenas de espadas, por su gran naturalidad y dramatismo, haciendo casi olvidar, que se trataba de una coreografía.

Konstantin Chudovsky. foto visionescriticas
Konstantin Chudovsky. foto visionescriticas

Otro aspecto fundamental en el éxito, estuvo en el acompañamiento de la Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigida genialmente por Konstantin Chudovsky, quien con pulso claro y firme, de cuidadosos fraseos, contrastes dinámicos y de carácter, manejo del rubato, y por sobre todo, por el arco expresivo, iniciado en el preludio, para cerrar en el emocionante final; creemos que fue un lujo, escuchar a la orquesta convertida en otro protagonista, algo que el público reconoció con grandes ovaciones, tanto para él como para su orquesta.

La pareja protagónica; Natalia Berríos (Julieta) y Luis Ortigoza (Romeo). foto Patricio Melo
La pareja protagónica; Natalia Berríos (Julieta) y Luis Ortigoza (Romeo). foto Patricio Melo

En la hermosa escenografía y vestuario de Elizabeth Dalton, que contó con la precisa iluminación de Ricardo Castro, basada en el guión de José Luis Fiorruccio, se desarrolló la inmortal historia de amor.

El sólido protagonismo de Natalia Berríos (Julieta) y Luis Ortigoza (Romeo), logró que sus personajes vivieran y conmovieran, ya desde el mágico instante en que se conocen y enamoran, con toda la pasión juvenil a flor de piel, o en la poética escena del balcón, tanto como en la mañana después de la boda, o la potencia desgarrada del trágico final.

Escena del Balcón. Julieta (Natalia Berríos) y Romeo (Luis Ortigoza) foto Patricio Melo
Escena del Balcón. Julieta (Natalia Berríos) y Romeo (Luis Ortigoza) foto Patricio Melo

Natalia Berríos, manejó estupendamente los estados anímicos, de excitación, al sentirse realmente enamorada, rebeldía, ante al obligación de casarse con Paris, duda, antes de beber la pócima de Fray Lorenzo, así como temor y dolor, antes de suicidarse.

Luis Ortigoza, perfiló muy bien al joven, que vive de diversos amores, que finalmente descubre al verdadero, en la fiesta en casa de enemigos, para posteriormente correr a casarse con Julieta, y que por lo mismo se resiste a enfrentarse a Teobaldo Capuleto, para finalmente, producto de la ira, por la muerte de su amigo Mercucio, luchar con él y matarlo.

Notable fue su escena final, cuando descubre a su amada, creyéndola muerta. Sin duda estamos ante una pareja poderosa, tanto en lo técnico como en lo expresivo.

El burlesco Mercucio (José Manuel Ghiso) en casa de los Capuleto. foto Patricio Melo
El burlesco Mercucio (José Manuel Ghiso) en casa de los Capuleto. foto Patricio Melo

El burlesco y osado Mercucio, fue bailado en forma arrolladora por José Manuel Ghiso, su escena cuando es muerto por Teobaldo, fue de gran impacto emocional, por su dramático desarrollo.

Con gran prestancia asumió como Teobaldo, Agustín Cañulef, mostrando orgullo y arrogancia, frente a lo que considera atropellos e insultos.

Con su histrionismo habitual, sustentado en su estupenda técnica, Esdras Hernández bailó Benvolio.

Con gran carácter, y prestancia escénica Gabriel Bucher asumió el papel de Paris.

Lady Capuleto (Marcela Goicoechea) llora la muerte de Teobaldo (Agustín Cañulef). foto Patricio Melo
Lady Capuleto (Marcela Goicoechea) llora la muerte de Teobaldo (Agustín Cañulef). foto Patricio Melo

Marcela Goicoechea, mostró como la gran figura que es ella, puede llenar el escenario, con su sola presencia, convirtiendo a su Lady Capuleto en un emocionante personaje, augusta, inconmovible ante los ruegos de su hija, y desgarradora en la escena de la muerte de Teobaldo.

A su vez, Egon Madsen creó potentemente al duro y obstinado Lord Capuleto.

Simpatiquísima e histriónica fue la Nodriza de Carolina Jiménez, pero no tan convincentes como actores, fueron Sergio Morales como Fray Lorenzo e Italo Jorquera como el Duque de Verona.

El rey del Carnaval (Gustavo Echevarría) y sus pierrots. foto Patricio Melo
El rey del Carnaval (Gustavo Echevarría) y sus pierrots. foto Patricio Melo

Chispa y gracia en las Tres Gitanas que bailaron Montserrat López, María Lovero y Elizabeth Espinoza, mientras que encontramos del mejor nivel al Rey del Carnaval, que asumió Gustavo Echevarría.

Ya hicimos mención a la solidez del cuerpo de baile, que destacó particularmente en el Baile en casa de los Capuleto, y en el Carnaval.

Una reposición en la que el público que repletaba el Teatro Municipal de Santiago, ovacionó largamente al Ballet de Santiago, que dirige Marcia Haydée.

Gilberto Ponce. (CCA)

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