ESTRENO DE MARÍA ANTONIETA POR EL BALLET DE SANTIAGO. (Elenco 2)
El Ballet de Santiago, que dirige César Morales realizó el primer estreno bajo su dirección, el que obtuvo gran éxito entre los espectadores que llenaron el Teatro Municipal, nos referimos del Ballet María Antonieta, basado en la vida de la reina de Francia, esposa de Luis XVI quienes fueron guillotinados durante la Revolución francesa.
Escena de conjunto en la corte de María Antonieta foto Patricio Cortés
La coreografía pertenece al maestro francés Thierry Malandain, y el estreno mundial tuvo lugar en el Teatro del Palacio de Versalles el año 2019.
A juzgar por la fundamentación que Malandain hace de su coreografía, así como de su libreto para el ballet, no nos cabe duda que él es mucho mejor coreógrafo que escritor, pues ambas confunden más que aclaran la historia, que por lo demás es muy compleja de llevar al ballet.
En la vereda opuesta tenemos la coreografía que es de una belleza tal que a ratos sobrecoge, con múltiples detalles tanto en los grandes grupos como en solos o grupos más pequeños, la coreografía se se complementa con la hermosa escenografía y vestuario de Jorge Gallardo y la iluminación de Francois Menou, que en su conjunto crean un espectáculo que no cede nunca en su atractivo.
La música pertenece a tres sinfonías de Haydn y a un trozo arreglado para dos arpas de la ópera de Gluck: Orfeo y Euridice, obras que son interpretadas por la Orquesta Filarmónica de Santiago, dirigida por Pedro Pablo Prudencio conjunto que realizó un excelente trabajo tanto en estilo como en belleza sonora, con toda la transparencia que exige Haydn, debemos además destacar el estupendo y poético desempeño de los arpistas; creemos que esta música de temprano clasicismo se adecúa muy bien a los propósitos de la coreografía por su elegancia.
Los adolescentes María Antonieta (Laleska Seidel) y Luis XVI (Gustavo Echevarría) foto María Pía Merani
La escenografía consiste básicamente en un espacio casi cuadrado, con una gran cantidad de puertas que permiten ver lo que al parecer son nubes y cielo, similares a las de las pinturas barrocas, estas solo se cubrirán al final con cortinas negras, las que al abrirse permitirán al populacho revolucionario ingresar al palacio, para llevar a la pareja a la guillotina.
Los diferentes lugares de la acción están determinados por la certera y sutilmente bella iluminación, cuyo logro emocional mayor se da en la escena final cuando cae sobre María Antonieta y Luis XVI la guillotina con su metálico ruido.
La coreografía en una perfecta síntesis entre el neoclasicismo y la modernidad, manejado con maestría por Malandain, estos se concretan en las escenas tanto de conjunto como en solos, dúos, tríos y otras combinaciones, no obstante estas características no son suficientes como para distinguir a muchos de la gran cantidad de personajes que contiene, puesto que además el vestuario de gran belleza y elegancia que alude a lo barroco, tampoco lo hace en razón a su diseño y colores que tienden a ser muy semejantes. Lo que sí se diferencia muy bien son la protagonista, el Delfín futuro Luis XVI, Fersen, Perseo y Medusa, en los demás es necesario inferir.
No obstante un gran logro obtuvo Malandain, al recrear el ambiente cortesano, con sus intrigas y sensualidad, así como en algún momento las diferencias de clases, asimismo deja muy definida la evolución de los adolescentes María Antonieta y el Delfín hasta su adultez, recordemos que tenían al momento de casarse 14 y 15 años respectivamente, razón por la que, entre otras, el matrimonio solo se consumó recién siete años después, en este sentido el carácter de ambos y su evolución fue magníficamente representado por Laleska Seidel y Gustavo Echevarría, tanto en baile como actuación, ingenuos e inocentes al comienzo, de una sutileza enorme en la consumación del matrimonio y posteriormente como adultos enfrentando las manipulaciones de los cortesanos y en el caso de ella sus infidelidades.
Luis XVI adolescente (Gustavo Echevarría) foto Marcela Reyes
Gustavo Echevarría y Laleska Seidel continúan en su carrera ascendente como bailarines, pues en cada rol que asumen, lo realizan con un profesionalismo de la mejor factura, tanto que el público que ya los reconoce les brinda ruidosas manifestaciones de admiración.
Como bien se sabe, en el período barroco era muy usual que en la recepciones se ofreciera a los invitados la representación de breves ballets u obras de teatro, con argumentos inspirados en la mitología de la antigüedad, es así que acá se ve la representación del mito de Perseo y Medusa, a quien el primero le corta la cabeza a Medusa en lo que tal vez es una premonición de lo que le ocurrirá a María Antonieta, a quien se le ofrece el ballet, como parte de una fiesta.
Los roles de Perseo y Medusa fueron asumidos por Carlos Aracena y Karen Chambers, con gran fuerza, prestancia y carácter, logrando un gran aplauso al finalizar su parte.
Medusa (Karen Chambers) foto Marcela Reyes
El embajador sueco Fersen (el bello Fersen, según la reina), que tiene una relación algo más que amistosa con María Antonieta, fue asumido con la elegancia, discreción y carácter por Felipe Arango, quien ya tiene experiencia en este tipo de roles de carácter, el resto de los personajes tienen intervenciones menores.
Fersen (Felipe Arango) y María Antonieta (Laleska Seidel) atrás Luis XVI (Gustavo Echevarría) foto Marcela Reyes
No podríamos finalizar este comentario sin referirnos al Cuerpo de Baile, cuya intervención fue fundamental en el éxito obtenido, mostrando gran disciplina y prestancia escénica en esta coreografía que les obliga a transitar con total normalidad entre lo clásico y lo moderno, o bien moviendo elementos como en las primeras escenas, donde deben jugar con lo que es el marco de la mesa del banquete, que es bastante grande, mientras realizan diversas figuras coreográficas de gran perfección, la misma que mostraron en los bailes cortesanos o en los de la escena campestre, con justicia recibieron una gran ovación al final.
María Antonieta (Laleska Seudel) y Luis XVI (Gustavo Echevarría) adultos foto Marcela Reyes
María Antonieta el nuevo estreno del Ballet de Santiago con sus noventa minutos de duración (sin intermedio), logra captar permanentemente la atención gracias a la calidad de las primeras figuras de la Compañía, el sólido Cuerpo de Baile y la creativa y hermosa coreografía, con sus complementos escenográficos, de vestuario e iluminación, así como la siempre sólida Filarmónica de Santiago dirigida por Pedro Pablo Prudencio.
Gilberto Ponce (CCA)