DOBLE TRIUNFO DE PUCCINI.

PUCCINI LOGRA SONORO DOBLE TRIUNFO EN SANTIAGO.

No es usual que en dos días seguidos nuestra capital se vea enfrentada a dos producciones de tanta calidad y orígenes tan dispares, como los vistos el viernes con Suor Angélica a cargo de un grupo entusiasta de jóvenes artistas chilenos y por otro lado la estupenda puesta en escena de Tosca del sábado en la transmisión en directo desde el Met de New York, con las dos haciendo justicia al espíritu que seguramente Giacomo Puccini deseó para ambas.

Monjas y Novicias. foto Riel independiente

Suor Angélica es un proyecto autogestionado por Jaina Elgueta y un grupo de musicales sopranos, mezzos y contraltos, que contaron con el apoyo de un pequeño y profesional grupo instrumental de solo tres violines, dos violas y dos violonchelos además de teclado, en una reducción donde las cuerdas tocaron las partes del original y el teclado de Bárbara Pavez asumió maderas y bronces, con un resultado a todas luces pucciniano por su profesionalismo; gran logro de los músicos y su director Nicolás González.

El Grupo Instrumental a la derecha el director Nicolás González. foto Diego Martínez

Suor Angélica es una obra de grandes tensiones emocionales apenas suavizadas con algunos momentos más relajados a cargo del grupo de novicias y monjas, las que deben enfrentar el drama de una de ellas, Suor Angélica quien por el hecho de haber sido madre fuera del matrimonio fue recluida en el Convento, donde se entera dos años más tarde que su hijo ha muerto, llevándola a cometer suicidio.

Monjas y Novicias en un momento de relajo. foto Diego Martínez

El hecho que se haya buscado una iglesia, encontrando la mejor disposición en la de Jesús Nazareno de Providencia le dio el ambiente preciso a esta puesta, destacándose el hecho de utilizar el altar y las naves laterales en forma inteligente y coherente, para ello contaron con una precisa dirección de escena de Álvaro Toledo, que junto a algunos interesantes efectos lumínicos a cargo de Ricardo Castro logró una poderosa progresión dramática; impresionante resultó el ingreso del hijo de la monja desde atrás con un foco que proyectaba su imagen en el altar, para encontrarse al fin con su madre muerta.

La Principessa (Jaina Elgueta) y Suor Angélica (Sonia Vásquez), cuando le comunica la muerte de su hijo. foto Riel independiente

Sin duda la acústica algo reverberante del templo impidió que los textos de algunas de las cantantes se entendieran mejor, tanto como que a veces el volumen instrumental fue demasiado alto en algunas secciones particularmente en el teclado, desperfilando algunas de las voces, circunstancias que no restaron en absoluto calidad al todo.

Suor Angélica (Sonia Vásquez) en las escenas finales. foto Diego Martínez

Los dos roles principales fueron asumidos por, la soprano Sonia Vásquez que cantó como Suor Angélica, ella posee una hermosa voz de gran caudal logrando emocionar con su canto, tanto que en el penúltimo soliloquio consiguió un enorme aplauso, luego en la escena del suicidio volvió a lograrlo, pero sin restarle mérito, creemos que es preciso que haga un trabajo actoral intenso, porque tanto facial como corporalmente tiene mucho camino que recorrer, superado este factor podría realizar una estupenda carrera.

El Hijo de Suor Angélica (Santiago Ordoñez) se encuentra por fin con su madre Suor Angélica. foto Diego Martínez.

La Pricipessa un personaje de características cercanas a la maldad, necesita no solo una voz amplia y poderosa, debe además retratar la maledicencia, Jaina Elgueta es dueña de esas características, su voz se escucha sin problemas en el registro grave y sus agudos son sólidos, además cuenta con una presencia escénica que la hizo triunfar ampliamente, logrando un suceso que se tradujo en una impresionante ovación a pesar de lo desagradable de su personaje; el desempeño del resto fue de gran profesionalismo.

El público que llenaba el recinto siguió el desarrollo en expectante silencio, ovacionando al final largamente este trabajo realizado con enorme calidad y gran entusiasmo.

Cerró el círculo de óperas de Puccini la estupenda puesta en escena de Tosca que vimos al día siguiente en el Teatro Nescafé de las Artes, que contó con la vigorosa y certera dirección escénica de David McVicar y una hermosa escenografía de John MacFarlane de novedosa tradicionalidad, en ella cantaron la soprano Sonya Yoncheva como una sólida, dramática y expresiva Floria Tosca, el potente Mario Cavaradossi cantado por Vittorio Grigolo, para culminar con un soberbio Scarpia que cantó Zeljko Lucic, todo habría sido perfecto si el sonido del segundo acto hubiera mantenido la calidad del primero y tercero, no obstante este inconveniente no logró impedir la gran satisfacción del público ante la producción.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Jaina Elgueta
Jaina Elgueta
6 Años Hace

Maravillosa critica y visión de nuestro trabajo! muchas gracias por darnos este espacio. Este proyecto fue creado con mucho esfuerzo, entrega de sus artistas y ganas de seguir ampliando escenarios y llegar a nuevos públicos, reivindicando el valor del artista Nacional!

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