CONCLUYE TEMPORADA SINFÓNICA.

SINFÓNICA FINALIZA TEMPORADA 2013.

De gran nivel fue el último concierto de la Temporada 2013, de la Orquesta Sinfónica de Chile, siendo su mayor responsable el maestro Víctor Yampolsky, quien ya había obtenido un señalado éxito, en el concierto anterior.

El maestro Víctor Yampolsky. foto welltempered
El maestro Víctor Yampolsky. foto welltempered

Su amplia experiencia, serio trabajo y gesto preciso, sin ninguna ampulosidad, además del profundo conocimiento de las obras, le han significado un generalizado reconocimiento del público y la orquesta.

Poderosa, festiva y con todos los contrastes requeridos, fue su versión de la Obertura Festival Académico, de Johannes Brahms, obra escrita como respuesta al nombramiento de Doctor Honoris Causa que le otorgó la Universidad de Breslau, esto explica la inclusión en la obra, de varias canciones populares estudiantiles.

Johannes Brahms. foto visionescriticas
Johannes Brahms. foto visionescriticas

La orquesta respondió estupendamente, particularmente en el carácter, poca  importancia tuvo, una pequeña inseguridad de las trompetas en su inicio, pues el desarrollo y el jubiloso final, que incluye el Himno Gaudeamus Igitur, provocó una enorme ovación.

Luego del joven compositor chileno Juan Quinteros, interpretaron La Red de Indra, obra que según su autor, pretende sintetizar algunos conceptos budistas, con patrones de la música popular latina.

El compositor Juan Quinteros. foto elquehaydecierto
El compositor Juan Quinteros. foto elquehaydecierto

En verdad, nos parece más lograda aquella parte referida a lo latino, pues los principios serenos del budismo, se diluyen con muchos sonidos generalmente crudos y violentos. La obra posee fragmentos de gran interés, como aquel del ostinato, que se opone a esquicios melódicos; además debemos reconocer que Quinteros resuelve muy bien timbres y colores, particularmente en las secciones alusivas a ritmos latinoamericanos.

Yampolsky realizó una buena versión, destacando aquellos puntos de mayor interés.

Ernst Chausson. foto commons
Ernst Chausson. foto commons

No se interpreta demasiado, tal vez por la ausencia de espectacularidad, nos referimos al Poème Op. 25 para violín y orquesta de Ernst Chausson, que fue interpretado de memoria y gran seguridad por Clèmence Labarrière, francesa avecindada en Chile.

La violinista Clèmence Labarrière. foto estoy
La violinista Clèmence Labarrière. foto estoy

La obra, que transcurre con fina y serena expresividad, fue interpretada con estupenda musicalidad y afinación por la bella solista, su sonido hermoso pero no demasiado poderoso, se ensambló perfectamente con la orquesta, gracias al sensible manejo de Yampolsky, quien logró un fluido diálogo entre la solista y los instrumentos. Destacaremos la sección donde el violín canta en un diálogo con el oboe.

Finalizaron con uno de los monumentos de la creación humana, nos referimos a una de las obras más conmovedoras y vigentes de todos los tiempos; las razones son múltiples, comenzando por su única y poderosa música, que difícilmente puede dejar a alguien indiferente, otra y muy importante, por su contenido ético y humano.

Busto de Ludwig van Beethoven. foto visionescriticas
Busto de Ludwig van Beethoven. foto visionescriticas

Estamos hablando de la Sinfonía Nº 5 en Do menor Op. 67 de Ludwig van Beethoven, una de las expresiones más grandes de cómo el espíritu humano puede triunfar sobre la adversidad.

Nunca dejará de causar admiración, el como Beethoven es capaz de construir una enorme estructura musical, a partir de un pequeño motivo de solo cuatro notas, que transforma en infinitas combinaciones, logrando siempre novedad. Este motivo, del  que podríamos decir, que está en la herencia genética universal, ha sido muchas veces manoseado, y hasta casi vulgarizado; no obstante su esencia se mantiene incólume.

La versión de Víctor Yampolsky, estuvo plagada de fuerza y emotividad, destacando los contrastes, que en Beethoven son de primera importancia; logró hermosos diálogos y fraseos, destacó frases y temas, todo en una progresión y arco expresivo a lo largo de sus cuatro movimientos, que inician con toda la severidad esas cuatro notas, que simbolizan lo trágico del destino, para luego de su desarrollo concluir, en ese verdadero triunfo del espíritu, que es el movimiento final.

Destacaremos el sensible solo del oboe en el primer movimiento, la bella expresividad de chelos y violas en el segundo, tanto como el brillo de los bronces; llamó la atención el interesante juego dinámico realizado por el timbal; asimismo la participación estupenda de los cornos en el tercero, tanto como la precisión del fugato de las cuerdas.

Intensamente emotiva fue la transición al cuarto, que conduce al jubiloso y brillante final, que fue de tal impacto, que al público le costó iniciar, las que luego serían interminables ovaciones, premiando la notable versión de la Sinfónica y Víctor Yampolsky; un broche de oro para finalizar la Temporada 2013.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Claudia Durán
Claudia Durán
10 Años Hace

Hola, trabajo en una fundación y quisiéramos tener el mail de contacto de Gilberto Ponce, será posible?

Saludos

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