BRILLANTE FLAUTA MÁGICA INAUGURA TEMPORADA DE ÓPERA 2024

LA FLAUTA MÁGICA DE MOZART INAUGURA TEMPORADA 2024 EN EL MUNICIPAL.

(Análisis de los dos elencos)

El Teatro Municipal de Santiago dio inicio a su Temporada de Ópera 2024, con la famosa y muy popular ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, “La Flauta Mágica”, su último trabajo que cuenta con el libreto de Emmanuel Schikaneder.

Producción que contó con la dirección de escena de Christine Hucke, la escenografía y vestuario de Jorge “Chino” González y la iluminación de Ricardo Castro, participando como director musical Pedro Pablo Prudencio frente a la Orquesta Filarmónica de Santiago, y al Coro del Teatro Municipal de excelente desempeño dirigido por Jorge Klastornick y Alejandro Reyes como subdirector.

 

Escena en el templo, Pamina (Annya Pinto), Sarastro (Taras  Berezhansky) y Sacerdotes. foto Patricio Cortés

Sin duda alguna la Flauta Mágica es una síntesis entre fábula y cuento infantil, siendo además expresión de muchas características humanas, como amor, lujuria, odio, venganza, valentía, cobardía, perdón, sabiduría y hasta humor, mezclados con algunos elementos propios de ritos masónicos, todo con una música de una genialidad absoluta.

Sus personajes son reflejo de estos sentimientos, aunque sin tener un mayor desarrollo dramático.

Como se sabe, estaba destinada para un teatro de carácter popular, por ello la fórmula utilizada fue la del Singspiel, o sea música mezclada con diálogos hablados, los que en este caso se redujeron a lo esencial para una mejor continuidad dramática.

Papageno (Ramiro Maturana) y el Príncipe Tamino (Brayan Avila) foto Patricio Cortés

La Flauta Mágica representa un gran desafío en su puesta en escena, por la gran cantidad de escenas ubicadas en diferentes espacios, algunos con elementos sobrenaturales, razón por la que las soluciones escenográficas no deben entorpecer el desarrollo dramático. En este sentido creemos que la producción acertó plenamente al lograr una continuidad que no perdió ritmo nunca, todo gracias a la inteligente dirección escénica y una solución escenográfica que mezcló proyecciones, en medio de una multiplicidad de telones semi transparentes, que subían y bajaban para dar los diferentes ambientes, los que eran apoyados por una generalmente lograda iluminación.

Pero bien sabemos que a veces hasta las mejores intenciones, tienen inconvenientes, como ocurrió en el estreno, cuando en la primera escena el Príncipe Tamino es perseguido por una serpiente, pues el reptil no se vio como en la segunda función, donde fue posible ver quien perseguía a Tamino, todo lo demás funcionó a la perfección.

Papageno toca el Carillón para protegerse él mismo y a Pamina del ataque de Monostatos y sus esclavos, los que se convierten en «dulces bailarines». foto Patricio Cortés

No creemos equivocarnos al decir, que esta producción, encanta por una gran cantidad de factores, destacando lo simbólico de muchos ellos, donde lo mágico no está ausente. No obstante lo anterior, nos parece que las primeras escenas, pecan de oscuridad, y al parecer no buscan la belleza, a manera de ejemplo, las ventanas y puertas desde donde salen las Tres damas de la Reina de la Noche, para descubrir a Tamino, así como la llegada posterior de esta en una escenografía demasiado concreta, le resta el elemento sobrenatural que la envuelve, en contraste y antes, la llegada de Papageno con sus jaulas iluminadas, lo creemos un acierto.

Las fotos que incluimos, dan fe de muchos de los aciertos, con momentos de gran belleza plástica,, como cuando Tamino encanta con la flauta a los animales, o cuando Papageno tocas su carillón para salvar a Pamina y a él mismo de Monostatos y sus esclavos, de hilarante finura. Encontramos estupendas las soluciones para el templo, al crear varios ambientes, con solo subir o bajar los telones con cambios de iluminación, tanto como la bajada del simbólico Sol del final, estás soluciones permitieron el fluido ingreso y salida del Coro, del mismo modo nos parecieron muy inteligentes las soluciones para las pruebas del fuego y el agua, o bien las escenas de la llegada de Papagena a encontrarse con Papageno, recordamos también la impresionante escena y aria de la Reina de la Noche cuando pide a Pamina que asesine a Sarastro, en fin podríamos señalar muchas otras por el buen gusto y sencillez conque fueron resueltas.

El Príncipe Tamino (Brayan Avila) encanta con su flauta a los animales foto Patricio Cortés

Alabamos que la dirección del Teatro Municipal de Santiago se resista a incorporar producciones, que por afán de innovar llegan a un feísmo inútil que termina por desvirtuar el propósito del autor y el espíritu de las obras, las que terminan por dejar un sabor amargo en el público y lo que es peor, pasan al olvido con rapidez.

El vestuario que también corresponde a Jorge “Chino” González, apostó por la sobriedad, tratando de asimilarlo al carácter de los personajes, lo que nos parece un acierto, pues además fue de buen gusto. Adecuado en factura y color el de Pamina, el del Príncipe Tamino realzando la nobleza del personaje, muy hermoso a la vez que sencillo el de la Reina de la Noche, lo mismo ocurrió con los de sus damas. Complementando el de los Tres Genios, unas esferas lumínicas, que fueron un aporte a los elementos mágicos, asimismo de gran belleza en su inmaculado blanco el de Sarastro, que acentuó su imponente prestancia, muy de acuerdo a sus personajes los de Papageno y Papagena mientras que el de Monostatos acentuó su perversión y lujuria, un gag de humor fue cuando se ofrece a Pamina desabrochándose su uniforme; bastante imponentes los Hombres Armados y sobrios y solemnes los sacerdotes y muy de acuerdo a sus roles los esclavos de Monostatos, así como los bailarines de la escena cuando Tamino encanta los animales con su flauta.

Parte de la escena final. foto Patricio Cortés

La dirección musical correspondió a Pedro Pablo Prudencio, realizando un trabajo de enorme calidad, donde primó la musicalidad y el estilo, otorgándole a la producción una continuidad y agilidad, que creemos está muy en el espíritu de la obra, tratando de apegarse al máximo al sentido del texto, incluso apuró o retuvo los tempi de acuerdo al sentido del texto, la orquesta y los cantantes le respondieron certeramente, ya en la Obertura fueron apreciables acertados cambios dinámicos, algunos novedosos. Nos parecieron muy merecidas las ovaciones que le brindó el público con ambos elencos, las que también recibió en justicia la orquesta, de estupendo cometido, en sonido, afinación y estilo.

Final del Primer Acto,en el Templo, Sarastro (Eric Delagrange), Pamina (Shelén Hughes), Papageno (Ramiro Maturana) a la derecha junto a Sacerdotes y pueblo. foto Patricio Cortés

PRIMER ELENCO

La soprano chilena Annya Pinto asumió el rol de Pamina, vocalmente muy expresiva, estupenda afinación y musicalidad, cantó muy bien su dúo con Papageno, pero su gran éxito fue su aria donde cree que Tamino no la quiere, recibiendo una gran ovación.

El Príncipe Tamino fue el tenor ruso Dmitri Ivanchey, quien tuvo un comienzo muy dudoso en lo vocal, debido a su débil proyección, mejorando importantemente en el segundo acto, aunque creemos que su debilidad está en la actuación, pero es joven y puede sin duda mejorar.

Las Tres Damas de la Reina de la Noche (Andrea Aguilar, Camila Aguilera 7 Evelyn Ramírez), Papageno (Alexandr Miminoshvili) y el Príncipe Tamino (Dmitri Ivanchey) foto Patricio Cortés

Aigul Khismatullina soprano rusa cantó el complejo rol de La Reina de la Noche, ella posee gran presencia escénica y una poderosa y bella voz, y asumió su dramático papel con la fuerza necesaria, en su primera aria no fueron muy perfiladas las coloraturas, pero en su gran aria del segundo acto, simplemente maravilló consiguiendo una enorme y sostenida ovación.

La Reina de la Noche (Aigul Khismatullina) cantando su gran aria. foto Patricio Cortés

Sarastro fue el bajo ucraniano Taras Berezhansky, de imponente presencia dio el perfil perfecto a su personaje, posee un hermosa y poderosa voz del registro medio hacia arriba, pero tiene poca proyección en las notas graves, lo que no le resta éxito en su cometido.

El barítono ruso Alexandr Miminoshvili fue un simpatiquísimo Papageno, muy bien el lo vocal y convincente actuación conquistó con facilidad al público con su simpatía y filosofía de vida.

Papagena, fue una convincente Marisol Vega la soprano chilena, con estupenda proyección vocal en los diálogos hablados y muy sólida cantando.

Papageno (Alexandr Miminoshvili) y Papagena (Marisol Vega) foto Patricio Cortés

El perverso y lascivo Monostatos fue el tenor Gonzalo Araya, con voz precisa y una actuación convincente, conquistó al público a pesar del personaje.

Andrea Aguilar, Camila Aguilera y Evelyn Ramírez fueron unas estupendas Damas de La Reina de la Noche, espléndidas en lo vocal y en actuación, geniales cuando intentan cada una de ellas, quedarse con el Príncipe.

Encantadoras en voz y actuación, al asumir como los Tres Genios estuvieron Javiera Barrios, Nicole Galleguillos y Pilar Garrido.

Los Tres Genios (Javiera Barrios, Nicole Galleguillos y Pilar Garrido), con Papageno (Alexandr Miminoshvili) y Tamino (Dmitri Ivanchey) foto Patricio Cortés

Prestancia vocal y actuación convincente tuvieron Matías Moncada, Homero Pérez-Miranda y Pedro Espinoza como Primer Sacerdote, Segundo hombre Armado y como Segundo Sacerdote y Primer hombre Armado respectivamente.

Demás esta decir que ante el hermoso y mágico espectáculo presenciado, el público respondió con largas ovaciones para cada uno de los intérpretes.

SEGUNDO ELENCO.

La soprano boliviana Shelén Hughes, fue una notable Pamina, a su natural y muy buena actuación, le suma una hermosa presencia y expresiva voz, su Pamina es real y vital comunicando sus sentimientos con gran humanidad, el dúo con Papageno y su aria del segundo acto fueron de gran impacto. Al final fue ovacionada.

El tenor mexicano Brayan Avila, actualmente desarrollando carrera en Europa y antes de importante desempeño en nuestro país, fue el Príncipe Tamino, en esta oportunidad abandonó Verdi o Bizet, para cantar muy en estilo ahora Mozart, y como posee prestancia escénica y es buen actor esto le permite abordar en propiedad su rol, se complementó muy bien y en carácter tanto con Pamina como con Papageno. Fue uno de los grandes triunfadores.

Las Tres Damas (Vanessa Rojas, Marcela González y Francisca Muñoz) contemplan al desvanecido Príncipe Tamino (Brayan Avila), foto Patricio Cortés

La Reina de la Noche fue la soprano argentina Laura Pisani, su bella voz la complementa con fluidas y muy afinadas coloraturas, asumiendo todo el dolor y la ira de su personaje, su segunda aria fue retribuida con ruidosas ovaciones.

El bajo estadounidense Eric Delagrange fue Sarastro, su hermoso timbre parejo en toda la tesitura y sólidos graves, le generaron gran aceptación y como tiene prestancia escénica, fue otro de los triunfadores, se recordará su ariaO Isis und Osiris”.

En el Templo, Pamina (Shelén Hughes), Tamino (Brayan Avila), Sarastro (Eric Delagrange), Papageno (Ramiro Maturana) junto a Sacerdotes y miembros de la corte. foto Patricio Cortés

Una gran y grata sorpresa como actor, ya que le conocíamos su gran calidad vocal, fue el barítono chileno Ramiro Maturana que asumió como Papageno, de espontánea simpatía, muy divertido en sus diálogos, hasta conmovía tanto en sus deseos por encontrar a su Papagena, como en sus sustos por las pruebas a que sería sometido, más que merecidas las ovaciones que recibió.

Constanza Olguín fue una muy simpática Papagena, que resolvió a maravillas la velocidad que le imprimió la batuta al genial dúo con Papageno, solo podríamos desear que manejara mejor, el volumen a sus diálogos hablados.

Pamina (Shelén Hughes) y la Reina de la Noche (Laura Piasani) foto Patricio Cortés

Con histrionismo a la vez que con graciosa libidinosidad, cantó como Monostatos David Rojas, y muy bien vocalmente y en actuación.

Vanessa Rojas, Marcela González y Francisca Muñoz fueron sólidas en voz y actuación como las Damas de la Reina de la Noche.

Estupendo en lo vocal y sólido en actuación fue Pedro Alarcón, como Orador y Primer Sacerdote, tanto como Sergio Gallardo como Segundo Hombre Armado, y en sus dos papeles Felipe Gutiérrez como Segundo Sacerdote y Primer Hombre Armado.

Los Tres Genios encontraron en Claudia González, María José Uribarri y Valeria Vega las intérpretes precisas.

Una producción de La Flauta Mágica de Wolfgang Amadeus Mozart que de la mano de Christine Hucke logró encantar y emocionar, por ello las ruidosas y muy largas ovaciones, con dos elencos que con sus características propias triunfaron en la inauguración de la Temporada de Ópera 2014 del Teatro Municipal de Santiago.

Gilberto Ponce (CCA)

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Elisa Alvarez Beca
Elisa Alvarez Beca
3 Meses Hace

Parece que debería haber ido a ver el segundo elenco pues a excepción de las tres damas del primer elenco y también en menor medida Pamina de Anya Pinto ,que me gustaron mucho,no así Papageno ni Sarastro, es cuestión de gustos,no digo que lo hicieran mal,no me gustaron sus voces.Tengo demasiado en la memoria la versión de Myriam Singer que fue excelente, mágica, colorida, los animales de verdad,la serpiente impresionante, en fin ,tal vez no es justa mi impresión de la versión actual. La Orquesta y la dirección del maestro Prudencio y el coro ,excelentes..

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