VILA, BARTÓK Y MOZART POR BORTOLAMEOLLI.

PAOLO BORTOLAMEOLLI CON LA ORQUESTA DE CÁMARA DE CHILE.

En la Parroquia Nuestra Señora de las Nieves, continuó la Temporada de Conciertos 2014 de la Orquesta de Cámara de Chile, teniendo en esta oportunidad como director invitado, al joven Paolo Bortolameolli, a quien vimos en su exitoso debut junto a la Filarmónica de Santiago dirigiendo La Consagración de la Primavera de Igor Stravinsky.

Mérito enorme fue el alcanzado en esa oportunidad, frente a uno de los hitos de la música contemporánea, quedando por ver su desarrollo frente a otro repertorio y a otros conjuntos.

Paolo Bortolameolli. foto radio.uchile
Paolo Bortolameolli. foto radio.uchile

Este trabajo, ya lo está realizando, y con bastante éxito, tanto en Santiago, como en otras ciudades de nuestro país; creemos que este camino, le obliga a enfrentar orquestas de diversa envergadura y calidad, por ello crecerá enormemente, pues cuenta con una sólida formación, además de indudable talento, y bien podemos afirmar, según lo escuchado en este concierto, que sigue dando potentes pasos, para convertirse en un director de fuste.

Es así, que debiera tener en cuenta, que a éxitos rotundos, se sucederán otros relativos, y tal vez más de alguna desilusión, pero así es el aprendizaje, que conduce al éxito.

Con gesto claro, y a veces con un entusiasmo propio de su juventud, enfrentó las tres obras del programa.

Cirilo Vila. foto premioaltazor
Cirilo Vila. foto premioaltazor

Este se inició, con la Elegía (In memoriam Béla Bartók) del notable pianista y compositor chileno, Cirilo Vila, esta se destacó por un inteligente fraseo, que mostró nítidamente cada uno de los pequeños fragmentos melódicos, tanto como el recurrente y casi ostinato de cuatro notas.

Pensamos que, a pesar de haber logrado el carácter elegíaco de la obra, a esta le faltó mayor peso sonoro, pues debemos recordar que esta fue escrita, para una orquesta de mayores dimensiones, a las de la Orquesta de Cámara de Chile; pero sin duda, la versión fue exitosa, gracias a su cuidadosa dirección, significando una efusiva respuesta del público.

Béla Bartók. foto wikipedia
Béla Bartók. foto wikipedia

Continuaron con el famoso Divertimento para cuerdas y timbal de Béla Bartók, en el que se mezclaron momentos totalmente logrados, con algunos desajustes de pulso en las transiciones melódicas.

No obstante, Bortolameolli consiguió entrar en el carácter, a través de un fuerte énfasis en los contrastes rítmico-melódicos, solo con algunos pequeños problemas de afinación y sonido crudo en algunas secciones, además que, el grupo de solistas se mostró poco afiatado.

El Molto adagio, que sigue, fue un enorme logro, por la claridad en los diálogos entre las voces, y la gran expresividad de la segunda sección, que en su desolación, recuerda a una parte del Concierto para Orquesta del mismo Bartók.

El tercero, fue de arrebatador carácter, aunque no plenamente seguro en lo rítmico, pero a pesar de estas aprensiones, la versión dio cuenta de la potencialidad del joven director.

Wolfgang Amadues Mozart. foto wikipedia
Wolfgang Amadues Mozart. foto wikipedia

Finalizaron con la Sinfonía Nº 39 en Mi bemol mayor de Wolfgang Amadeus Mozart, en una versión que calificaremos de fogosamente juvenil, tanto que se acercó a veces peligrosamente a lo romántico, por ello creemos que su entusiasmo desbordante, le impidió manejar de mejor forma el balance sonoro, entre las cuerdas y el resto de las familias, por consiguiente y en general, estas se escucharon poco.

Su primer movimiento, mostró hermoso sonido en los violines, en el fluido primer tema, mostrando un concepto claro en la dirección, solo mencionaremos, algunos desajustes de pulso en las transiciones temáticas.

El segundo, mostró estupendos diálogos, entre maderas y cuerdas, gracias a la excelente conducción de cada tema, por parte de Bortolameolli.

Con arrollador carácter se mostró el Minuetto, pero una vez más la falta de balance, ensució el resultado, al desaparecer casi los violines, al mismo tiempo, esta característica, le restó liviandad y elegancia, y el trío se acercó demasiado a lo marcial; además consideramos irregular el desempeño de los clarinetes, el primero de ellos, muy solvente.

La extrema rapidez del cuarto, impidió la claridad en las figuras, al tocarse poco liviano.

Paolo Bortolameolli, foto paolobortolameolli
Paolo Bortolameolli, foto paolobortolameolli

Nos habría gustado mayor éxito en los contrastes dinámicos, pero, la fuerza, el vigor y entusiasmo de Paolo Bortolameolli, no solo contagiaron a la orquesta, que respondió con grandes y hermosas frases, pues también entusiasmó a los presentes, que aplaudieron largamente, la versión, y a los músicos, tanto como a su joven invitado, un director, que está dando sólidos pasos, para afianzar una exitosa carrera.

Gilberto Ponce. (CCA)

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