LA ESTELAR CONDENACIÓN DE FAUSTO.
Creemos que el título lo dice todo, pues fue radical el cambio observado en la presentación del elenco Estelar de La Condenación de Fausto la ópera de Héctor Berlioz, que se presentó en el Municipal de Santiago.
Como dijimos en el comentario de la versión Internacional, se trata de una ópera muy compleja de presentar y con una estructura musical más cercana al oratorio que a la ópera, con largas escenas donde los personajes cavilan, por ello toda la expresividad queda a merced de la interpretación de los cantantes, y es en este aspecto donde la versión del elenco Estelar, logró establecer un contacto emocional con el público, transformando lo estático en algo vivo y dramático.
En el aspecto de la puesta en escena, volvemos a ratificar el mérito de Ramón López en escenografía, cuyos aciertos de vieron realzados con la actuación fluida y natural de los protagonistas.
Observamos algunos cambios en la puesta, como la aparición de unas momias tipo zombie, en la escena del pandemónium, que provocó hilaridad en parte de los asistentes, así como una mayor naturalidad y precisión en la escena de la taberna.
Del mismo modo, la primera escena, tal vez una de las más hermosas, adquirió mayor relevancia con la interacción de Fausto con las imágenes proyectadas, a modo de ejemplo, Fausto sigue con la vista y gestos el vuelo de las bandadas de pájaros, y se conmueve con los cantos y bailes campesinos.
Otro aspecto de interés es el como los personajes lograron interactuar entre ellos, revelando emociones, ironías, esperanzas y deseos, asumiendo el escenario y los pocos elementos de la minimalista escenografía; convincente la escena de amor entre Fausto y Margarita, tanto como los desafiantes diálogos de Mefistófeles con Fausto, o como este último se dirige a los parroquianos en la taberna, a sus huestes sean estos espíritus, silfos, fuegos fatuos o habitantes del inframundo.
Maximiano Valdés obtuvo un señalado éxito en esta función, perfilando estupendamente los temas esenciales de la música, logrando de la Filarmónica de Santiago el sonido a que el conjunto nos tiene acostumbrados, además en ningún momento se produjeron desajustes, acompañó secundando la expresividad de los solistas y realzó muy bien las partes corales y las de ballet, y en la compleja escena final que incluye además el coro de niños, ubicado en los palcos laterales superiores al lado de escenario, fluyó a la perfección, contrastándose perfectamente los timbres del coro adulto con el infantil.
En cuanto al ballet, en este no se produjeron novedades, y se nos acentuó la idea que se incentivó la improvisación por lo confusas de algunas escenas, particularmente en las de los silfos y en el pandemónium, a gran distancia del acierto de la primera escena, con campesinos y soldados o con la plasticidad de los fuegos fatuos.
El Coro del Municipal, volvió a mostrar toda su potencialidad, bellísimo canto, musicalidad, expresividad y talento actoral, y volvemos a decirlo, se trata de un conjunto que es un lujo para cualquier teatro.
Antonio Bürgi, el tenor argentino que cantó el rol de Fausto, mostró su hermosa y expresiva voz, que aunque no es muy grande la maneja inteligentemente, preocupándose esencialmente de expresar el texto, y con ello las emociones que embargan al personaje, y como es naturalmente un estupendo actor, conquistó con facilidad al público, creemos y sin desmerecer nada, que sus mejores logros estuvieron en la primera escena en el ámbito natural, luego en su estudio, en la que pasa por diversos estados emocionales, como el cansancio de la falta de objetivos, la tentación de atentar contra su vida, el arrepentimiento al escuchar el canto de resurrección y su diálogo con Mefistófeles; posteriormente sus escenas con Margarita, desde cuando la sueña hasta la seducción, y posteriormente en la escena de La invocación de la Naturaleza.
Margarita fue asumida en forma espléndida por Evelyn Ramírez, la mezzosoprano chilena que confirma una vez más que es una de las voces más importantes de nuestro país, su bella y poderosa voz, acompañada de su natural musicalidad, convencen desde que se la escucha, además como posee gran talento como actriz, hizo de Margarita un personaje creíble y lleno de matices; sus escena de la canción del Rey de Thule, la Romaza posterior y sus dúos con Fausto fueron soberbios.
Homero Pérez-Miranda obtuvo un resonante triunfo como Mefistófeles, un papel que le queda a la medida para lucir toda su potencialidad vocal, dotando a su personaje de una verdadera galería de personalidades; astuto, cínico, irónico, desfachatado y adulador, con estupendo manejo escénico, permitiéndose interactuar con soltura maquiavélica con el resto de los personajes, genial en su aria de la Pulga, sugestivo en la escena de las invocaciones a espíritus, silfos y fuegos fatuos y potente en la escena del pandemónium.
Con mayor soltura y mejor vocalmente cantó ahora el rol de Brander, Sergio Gallardo, convirtiendo su aria de la Rata, en un gran éxito.
Una función larga y justamente aplaudida, reconociendo los grandes valores expuestos.
Gilberto Ponce. (CCA)