ESTELARES (NACIONALES) BODAS DE FÍGARO EN EL MUNICIPAL
Con una gigantesca ovación y con el regiseur Pierre Constant de rodillas aplaudiendo al elenco, algo absolutamente inusual en nuestro medio, finalizó la función de estreno del Elenco Estelar de la genial ópera de Wolfgang Amadeus Mozart, Las Bodas de Fígaro con un reparto muy homogéneo que incluyó solo a cantantes nacionales.
Este triunfo mayor se debió sin duda al conocimiento que cada uno de ellos tiene de las potencialidades del otro, siendo muy importante el hecho que la régie se haya enriquecido con pequeñas intervenciones y con la chispa propia de cada uno, es así que con su notable actuación hasta hicieron olvidar una de las más desafortunadas y poco ingeniosas escenografías que hayamos visto, al llenar el escenario con su prestancia escénico-humorística.
Incluso hasta hicieron creer que este resultado fue producto de largos ensayos, pero bien se sabe que este elenco solo lo hace una vez en escenario con la orquesta, antes solo con piano y viendo los ensayos del elenco Internacional, este factor sin duda agrega valor a su performance.
La Filarmónica de Santiago dirigida por Attilio Cremonesi, volvió a maravillar con su sonido y enfoque historicista, tanto como insistiendo en tomar a gran velocidad muchos de los tempo, no obstante en esta oportunidad, no se produjeron desajustes entre cantantes e instrumentos, incluso Cremonesi no tuvo que gesticular ampulosamente dejando que la música fluyera con naturalidad entre foso y escenario.
El Coro replicando su estupendo trabajo de la versión Internacional.
El enamoradizo Conde de Almaviva fue asumido por Patricio Sabaté, quien con su prestancia habitual dio el perfil exacto del personaje, con sutilezas vocales como cuando asume desde el noble autoritario para llegar al sensual enamorado de Susanna, tanto como pasando por las perplejidades que le provocan las diversas trampas que le tienden desde Fígaro junto a su esposa entre otros, este ha sido otro de los grandes triunfos que Sabaté sigue cosechando en su carrera.
La Condesa que cantó Paulina González, fue desde la desencantada esposa por las infidelidades del Conde, hasta la mujer que trata de hacerle creer que ella usa sus mismas reglas, para culminar en la escena cuando disfrazada de Susanna coquetea abiertamente con él, en lo vocal dio el perfil exacto a sus dos arias importantes, incluso en Dove sono de la segunda parte, creemos que la batuta tomó el tempo un poco más lento, pudiendo la soprano desplegar su expresividad; destacaremos el musical y encantador dúo con Susanna.
Javier Weibel dio cuenta de sus notables avances vocales, pues como actor ha sido siempre excelente, destacaremos “si quiere bailar señor Condesito”, y “donde irás bravucón amoroso”, o aquella donde invita a los hombres a abrir los ojos con sus esposas, dando a cada una el carácter preciso, y por supuesto, sus juegos escénicos con el resto del elenco en las grandes escenas de conjunto, fueron extremadamente graciosos.
Susanna de Patricia Cifuentes conquistó desde la entrada, ella añade a sus condiciones vocales, entre las que destacan además de su bella voz, su agilidad vocal y manejo dinámico, que mezcla diestramente con una actuación de enorme naturalidad, sus guiños tanto a personajes como al público, convierten a este en cómplice de sus acciones, notable su escena en el jardín con Fígaro cuando trata de engañarlo o en aquellas con el Conde cuando este quiere seducirla.
Marcela González conquistó con las mejores armas vocales y de actuación, con su Cherubino, el enamoradizo paje que simplemente ama a todas las mujeres, su delgada figura ayudó espléndidamente a sus gestos de adolescente masculino, y como posee un desplante natural convirtió a su Cherubino en un personaje inolvidable.
Pomposamente gracioso estuvo Rodrigo Navarrete como Don Bartolo, tanto como certeramente divertida fue Marcellina que cantó Andrea Aguilar, cambiando de carácter notablemente desde cuando pretende cobrar el préstamo a Fígaro, para casarse con él, para convertirse luego en la más amorosa de las mujeres, al descubrirse que ella es su desaparecida madre.
Notable la creación de Francisco Huerta como el intrigante Don Basilio y lleno de matices en actuación estuvo Exequiel Sánchez como Don Curzio, completaron este estupendo reparto Matías Moncada como Antonio el jardinero y encantadora como Barbarina fue el desempeño de Annya Pinto.
Una función que será recordada por mucho tiempo.
Gilberto Ponce. (CCA)