STRAVINSKY BALLET DE SANTIAGO.

BALLET DE SANTIAGO GRAN ÉXITO CON FESTIVAL STRAVINSKY.

En medio de las celebraciones de sus 60 años de existencia, el Ballet de Santiago enfrentó un desafío mayúsculo, nada menos que ofrecer en la misma función, dos de los ballets más emblemáticos de Igor Stravinsky, uno de los cuales fue la coreografía de Marcia Haydée para El Pájaro de Fuego, junto a la reposición de La Consagración de la Primavera en la famosa versión de Glen Tetley.

Ante un teatro colmado de un público expectante, y contando además con el acompañamiento de la Filarmónica de Santiago dirigida por Pedro Pablo Prudencio, se llevó a efecto una extraordinaria velada, que no contó con la presencia de Frédéric Chambert, director general del Teatro.

El Pájaro de Fuego (Andreza Randisek) y el árbol de las manzanas mágicas. foto Patricio Melo

Lo afirmamos así porque desde el certero y musical acompañamiento de Prudencio y sus músicos, cómo olvidar el apoteósico final con un par de trompetas desde arriba en uno de los palcos laterales al escenario, junto a la prestancia y profesionalismo de cada uno de los bailarines, el público gozó de cada uno de los trabajos, quedando en claro porqué el Ballet de Santiago es considerado un referente en el continente.

Sin duda contar con Marcia Haydée en la dirección del mismo, es garantía no solo en los aspectos técnicos, pues en lo artístico sus resultados son de excelencia, en un repertorio que aborda y mezcla inteligentemente lo tradicional con innovaciones.

Los Príncipes (Emmanuel Vázquez y Katherine Rodríguez) foto Patricio Melo

En muchas oportunidades el acompañamiento musical se realiza con grabaciones, por ello se agradece que en esta ocasión, haya sido la Filarmónica de Santiago quien lo realizara en vivo, dándole especial relevancia al evento.

El Pájaro de Fuego fue uno de los ballets que abrió nuevos rumbos a la danza, mientras en paralelo lo hacía en la música, tan alejada de los patrones tradicionales planteando un gran desafío para cualquier coreógrafo, pues desde que, Michel Fokine lo hiciera en su estreno en 1910, un importante número de artistas lo han recreado con coreografías de mayor o menor suceso.

El Mago Kastchei (Gustavo Echeverría) y su corte. foto Patricio Melo

En este caso Marcia Haydée convierte en un joven al Mago Kastchei, creando pasos y giros de acuerdo a ello en su enfrentamiento con el Príncipe, asimismo el manejo de la corte del Mago, tanto doncellas como en los infernales, es de una sólida integración con los protagonistas.

El contraste que plantea para los roles del Pájaro de fuego y la Princesa, donde en el Pájaro su constante juego de brazos, piernas y cabeza, lo convierten en un personaje mítico, mitad ave, mitad mujer, opuesto a la dulzura e inocencia de la Princesa, es otro de los grandes aciertos del trabajo. Destacamos asimismo la incorporación de secuencias de danzas rusas para el Príncipe, las que fueron estupendamente realzadas por la orquesta.

Una vez más el fino trabajo de Pablo Núñez en escenografía y vestuario, crea un fabuloso y mágico mundo, que se transforma según sea la escena, el complemento de Ricardo Castro en iluminación cierra el círculo de atmósferas de la escenografía, el enorme aplauso que se llevó Núñez al final fue muy merecido.

El Pájaro de Fuego (Andreza Randisek) lucha contra las huestes de Kastchei. foto Patricio Melo

Estimamos soberbio el trabajo de Andreza Randisek como el Pájaro de Fuego, la gracilidad y finura de sus constantes movimientos y la sutil mímesis hacia lo humano, lograron que su rol sea inolvidable, no en vano estamos frente a una Primera Bailarina Estrella.

Una de las figuras que sigue dando sólidos pasos para convertirse en un grande, es Emmanuel Vásquez, su estupenda técnica, cada vez más refinada y su prestancia escénica convirtieron a su Príncipe en un personaje magnético tanto para la Princesa como para el Pájaro, mientras fue el polo opuesto y perfecto para el malvado Kastchei.

Este mago fue bailado por Gustavo Echeverría, quien combinó fuerza con sinuosidad de movimientos para llevar su personaje a cimas de perversión y lujuria, su muerte fue un momento estelar en su brillante desempeño.

Kastchei (Gustavo Echeverría) y una de sus doncellas prisionera. foto Patricio Melo

Katherine Rodríguez fue la Princesa, comunicando la inocencia de su puro amor por el Príncipe, la levedad y gracia de sus movimientos, convirtieron a su personaje en referente.

Hemos visto en varias ocasiones otras coreografías, por ello no dudamos en considerar el trabajo de Marcia Haydée como uno de los más logrados.

Rodrigo Guzmán, el joven que será sacrificado. foto Patricio Melo

Entre una de las tantas coreografías creadas para la música de La Consagración de la Primavera, está la de Glen Tetley, que es de una intensidad física tan enorme, que exige un cuerpo de baile (en su mayoría masculino), preparado tanto física como técnicamente, y como en esta ocasión la respuesta de los solistas y cuerpo de baile fue de tal perfección, no extrañaron las muestras de admiración de los repositores, Bronwen Curry y Alexander Zaitsev hacia solistas y cuerpo de baile al final de la función.

Un momento de La Cosagración de la Primavera, Rodrigo Guzmán, atrás Lucas Alarcón y José Manuel Ghiso. foto Patricio Melo

Aclaremos que en el original, una doncella es sacrificada para honrar a la tierra al inicio de la Primavera, en esta coreografía es un joven quien morirá exhausto al final del sacrificio, en un rito que alude tanto a lo sexual como a la muerte y la posibilidad del amor.

Natalia Berríos y Cristopher Montenegro en un momento de La Cosagración de la Primavera. foto Patricio Melo

Rodrigo Guzmán, Primer Bailarín Estrella de la compañía asumió como el joven que será inmolado, su técnica se realzó aún más con la perfección de un trabajo que casi no tiene tregua, tanto en la soledad de su sacrificio, como en las interacciones con el resto, su desempeño fue ovacionado.

Él fue secundado en forma brillante por Natalia Berríos que entregó junto a Montserrat López y María Dolores Salazar, el sentido fundamental de lo femenino, en este rito esencialmente masculino. Dos de los mejores primeros bailarines José Manuel Ghiso y Lucas Alarcón fueron extraordinarios trabajando generalmente a dúo, mientras que otra de las figuras que se consolidan Cristopher Montenegro, fue fundamental en los dúos con su contraparte femenina Natalia Berríos, pues aportan lo sensual y erótico que posee el rito, la prestancia escénica de Montenegro y su técnica cada vez mejor, fue premiada con una gran ovación al final, pero seríamos injustos si no reconociéramos el notable, por lo perfecto, desempeño de cada uno de los bailarines, en este Festival Stravinsky.

Rodrigo Guzmán. foto Patricio Melo

Una velada que sin duda quedará en la memoria.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Elisa Álvarez
Elisa Álvarez
5 Años Hace

Asistí a la segunda función,con el mismo elenco y no tengo mucho que agregar a la excelente factura de tu crítica,sólo decir que cada día la Compañía de Ballet del Municipal,se supera a sí misma,brindando espectáculos de gran calidad,lo mismo se puede decir de la Orquesta Filarmónica, en esta ocasión dirigida por el maestro Prudencio ,todo esto hizo que la función fuera excelente en su totalidad y ojalá tengamos a Marcia Haydee mucho tiempo más en la dirección.Felicitaciones a todos

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