SOBERBIO PROGRAMA SINFÓNICO.

OBRAS ESCANDINAVAS CON ARI RASILAINEN. (Concierto del viernes)

El último programa de la Orquesta Sinfónica de Chile, que dirigió el sólido director finlandés Ari Rasilainen, será recordado, no solo por la belleza e interés del programa, también lo será por su alta excelencia.

Ari Rasilainen. foto tonhalle

El finlandés Einojuhani Rautavaara, uno de los más importantes compositores contemporáneos, no ha gozado en nuestro país de una difusión, que haga justicia a su valor musical; por ello nos enorgullece comentar que, en 1986 y conmemorando los cincuenta años del asesinato de Federico García Lorca, estrenamos con el Coro de Cámara de la Universidad de Chile -que dirigía en ese entonces-, su “Suite Lorca” para coro mixto, evento que contó con la participación de actores del Teatro Nacional Chileno, en un Teatro Antonio Varas repleto de público.

Ahora fue la Sinfónica la encargada de estrenar “Cantus Articus” (Concierto para Pájaros y Orquesta) Op. 61, obra de poética belleza, de la podríamos decir, es una perfecta mímesis (en el sentido de imitación) a cargo de la orquesta, de cantos de diferentes aves, ello la repleta de sugerencias e imágenes, algunas conmovedoras.

El espléndido sonido orquestal, se inició con la entrada de las flautas de la primera parte: “Suo” (La laguna), sus envolventes figuras melódicas ceden paso al hermoso sonido de los bronces, luego en una sólida progresión dinámica, estructuran un esquema melódico, mientras sutilmente se inicia la audición del canto de los pájaros en la ciénaga, sobreponiéndose los violines al canto de la aves, en un bello concepto melódico.

Einojuhani Rautavaara. foto retroklang

Los elementos sugestivos continúan en “Melancolía” su segunda parte, el canto de la alondra, provoca una extraña y evocadora sensación de brisa, la finura lograda por los músicos, fue un triunfo absoluto.

“Joutsenet Muuttavat” hace escuchar el canto de los cisnes migratorios, que se disuelve mágicamente, al ingresar la orquesta en una apuesta de carácter impresionista. Destacaremos la belleza sonora de cornos y chelos, de enorme expresividad, aunque la excelencia fue responsabilidad de toda la orquesta.

La cuidadosa dirección de Rasilainen, fue factor determinante en el éxito de la obra.

Mahani Teave. foto 24horas

Luego la bellísima pianista pascuense Mahani Teave, dio cuenta de sus grandes condiciones al interpretar el celebérrimo Concierto en La menor, Op. 16 para piano y orquesta de Edvard Grieg.

Ya habíamos comentado antes, las cualidades musicales y técnicas de Mahani Teave, donde su grácil figura no predice para nada la fuerza que despliega en el teclado.

Su enfoque fue secundado estupendamente por Rasilainen, plasmándose los contrastes de tempo y dinámica, mientras que, el balance sonoro fue cuidadosamente observado.

Edvard Grieg. foto lastfm

Mahani Teave mostró prestancia y arrojo en las partes de intensidad dramática, y dulzura expresiva en las calmadas, y cada diálogo con algunos instrumentos, fue musicalmente perfecto.

La cadenza del primer movimiento fue brillante, en contrastes y virtuosismo.

Mágico fue el segundo movimiento desde el ingreso de las cuerdas el fagot y corno, mientras en su desarrollo sobresalieron las sutiles figuraciones de la solista.

Mahani Teave. foto mahaniteave

Gracia y contrastes caracterizaron el tercer movimiento, en la calma sección central destacaremos a la flauta solista y la dulzura expresiva de Mahani Teave.

El triunfo de su interpretación se vio coronado por una enorme ovación, que le obligó a entregar  como encore, una sensible versión del Nocturno Nº 1 de Frederic Chopin, de gran despliegue musical.

Jean Sibelius. foto uv.es

Finalizaron con la Sinfonía Nº 2 en Re menor, Op. 43 de Jean Sibelius, obra de grandes dificultades de interpretación, debido a lo hermético de algunas partes, que nos puede conducir a las profundidades de Ibsen, el dramaturgo noruego.

La versión de Rasilainen, fue en extremo pulcra en destacar cada tema y sus pequeñas variaciones, mostró con claridad cada subtema y sus pequeñas células melódicas o rítmicas.

No podemos dejar de mencionar los musicales pizzicato de contrabajos y chelos de inusitada musicalidad, tanto como el estupendo brillo de cada uno de los bronces, en un día excepcional; maderas y el resto de las cuerdas, rivalizaron en excelencias, mientras que, el timbalista ofreció una clase magistral en musicalidad.

Contrastes de carácter y una poderosa progresión expresiva fueron la tónica del primer movimiento; al inicio del segundo, la magia misteriosa de contrabajos y chelos, se complementó con el canto del fagot y las llamadas del corno, envueltas en el expresivo sonido de los violines, que parecieran hablar de estados del alma.

El tercer y cuarto movimientos de encuentran enlazados, en una especie de continuo melódico, que debe ser graduado de tal forma, que no se haga rutinario, manteniendo un férreo dominio de la progresión y los planos sonoros, en este sentido Ari Rasilainen consiguió el más rotundo éxito, por la expresividad y la magnífica respuesta de la Sinfónica.

Ari Rasilainen. foto viikkoset

La enorme ovación del público que repletaba el teatro, agradeció al gran maestro y a la orquesta, la estupenda versión.

Ojalá volvamos a verle pronto en el podio de la Sinfónica.

Gilberto Ponce. (CCA)

0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar de
guest

1 Comment
Más antiguo
El más nuevo Más Votados
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
Jaime Torres
Jaime Torres
11 Años Hace

Gilberto:
No dudo que la venida de Rasilainen ha sido de lo mejor que ha pasado por la Sinfónica este año, y quizás en muchos años. Lo encontré NOTABLE, con un fino sentido musical y tremendamente eficiente en sus resultados con la orquesta. Le vi los dos programas, e incluso me repetí la sinfonía de Sibelius el sábado (gran versión).
Sin embargo, no coincido en tu apreciación de Mahani Teave, a quien vi el día viernes. Si bien tiene gusto para tocar, pero su Grieg me aburrió enormemente, amén que tuvo algunos descuadres (muy mínimos) y en varios momentos con notas falsas. Su Grieg -elegante, sí-, pero fuera de estilo, al punto que parecía más una obra concertante que un concierto solístico (y romántico) propiamente tal. No tuvo protagonismo alguno, a pesar del inteligente enfoque de Rasilainen para colaborarle.
La verdad, el Grieg de Teave (repito, función del día viernes), no hizo gala de vuelo, demasiado recatado y con problemas técnicos que espero se hayan subsanado en la función del sábado. Según comentarios, habría salido mejor ese día. Sinceramente, quisiera que así hubiera sido, pues Mahani Teave tiene talento, normalmente tiene buen gusto, pero a veces es muy fría.
Como siempre, un muy cordial saludo,
Jaime Torres G.

Últimas Críticas

1
0
Me encantaría tu opinión, por favor comentax