VERSIÓN INTERNACIONAL DE SIMÓN BOCCANEGRA.
El análisis de esta reposición de la famosa ópera de Giuseppe Verdi “Simón Boccanegra”, en el marco de la Temporada de Ópera 2011 del Teatro Municipal, nos lleva a plantearnos tanto algunos reparos, como así mismo varios aciertos.
Si bien la escenografía de Ramón López, resiste bastante bien el paso del tiempo –fue la misma del año 1991-, algo parecido ocurre con el vestuario de Marco Correa, al que tal vez le falten contrastes, pues la iluminación del mismo López, no consigue realzarlo, tanto como algunas escenas, pues al parecer busca asociarla a lo oscuro del argumento.
Todo lo anterior, se habría sostenido mucho mejor, de haber mediado una régie más consistente, en relación con el desarrollo dramático del argumento y con la evolución de los personajes.
Filippo Crivelli, es sin duda uno de los más respetados directores de escena, que hayan pisado el escenario del Municipal, pero creemos que en esta oportunidad, solo se limitó a recrear sus régie anteriores, sin considerar, su evolución en los últimos años; no se trata de pedir extravagancias, solo lograr que el argumento, sea lo más creíble posible.
Esta es la razón, por la que pensamos que su régie resulta tan convencional, y muy estática, sin mayor fuerza, dejando en manos de los cantantes el peso dramático, y bien se sabe que algunos de ellos, no poseen un gran talento dramático-teatral; incluso a veces daba la impresión, que todos se regían por una especie de plantilla, que dictaba sus gestos; en el caso del coro, que tuvo un impecable trabajo vocal, los movimientos fueron elementales, ausentes de peso dramático.
Maurizio Benini, quien dirige por primera vez esta ópera, consiguió una bella respuesta de la orquesta, pero estimamos, que no perfiló lo suficiente algunas melodías, que son el sustento, o la contraparte del canto, solo hacia el final, entró en el drama con toda la fuerza que su batuta es capaz de lograr; la función que analizamos es la del viernes 19, esta bien pudo resultar más baja que las restantes, no olvidemos, que estamos frente a una empresa humana.
Roberto Frontali, puso al servicio de su personaje, no solo su hermosa voz, también logró evolucionar dramáticamente a Boccanegra;
Alexia Voulgaridoula bella soprano griega que
encarnó a Amelia, tiene una hermosa y poderosa voz, pero su actuación es una verdadera maqueta, canta casi todo tomándose las manos por delante, e inclinando su cuerpo hacia atrás, con una pequeña torsión, y al parecer la régie, no señaló nada en relación a una posible evolución del personaje.
Fiesco, fue cantado en gran forma por el bajo armenio Arutjun Kotchinian, aunque siempre con la solemnidad de un príncipe; el tenor coreano Woo-Kyung Kim, cantó con su magnífica voz, como Gabriele Adorno, mostrando una vez más,
su gran facilidad para los agudos; él requiere, que la dirección de escena, le entregue pautas claras, que al parecer, no existieron.
Roman Burdenko, abordó con gran calidad vocal, y solvencia actoral a Paolo Albiani; los comprimarios chilenos, una vez más a la altura de los extranjeros, ellos fueron Constanza Domínguez (Sirvienta de Amelia), Pablo Jiménez (Pietro) y Claudio Fernández (Capitán).
Ya mencionamos el brillante desempeño del Coro del Teatro Municipal, dirigido por Jorge Klastornick, y la muy profesional respuesta de la Orquesta Filarmónica de Santiago.
Una producción, que a pesar de algunos reparos, satisfizo al público, que la aplaudió largamente.
Gilberto Ponce. (CCA)