LA SINFÓNICA Y EL MUNDO DE SHAKESPEARE.
Mika Eichenholz, fue el encargado de materializar una propuesta, muy atractiva en el segundo concierto de Temporada 2012, de la Orquesta Sinfónica de Chile; se le llamó “Universo Shakespeare”, con selecciones sinfónicas inspiradas en obras del bardo inglés, adicionándose algunos monólogos, que estuvieron a cargo del renombrado actor Hugo Medina.
El programa generó altas expectativas, que desafortunadamente, en esta ocasión se concretaron, solo a medias.
En primer lugar, Eichenholz no logró recuperar el sonido, al que la orquesta nos acostumbró; poco afiatado, muchas veces crudo, e incluso con golpes innecesarios, las diversas familias, tienen momentos muy hermosos, que se contrarrestan con algunos descuidados; en fin, aún le falta espíritu de cuerpo.
Otro aspecto que no fructificó, fue el relacionado con los monólogos, Hugo Medina, acentuó la gravedad de su voz, logrando que su dicción fuera poco clara, pero a favor de él, debemos decir, que en varios momentos, la amplificación, fue deficiente.
Asimismo creemos, que su voz no se presta para todos los fragmentos; del mismo modo, resulta extraño, que leyera los textos, a pesar que estos eran bastante breves.
Un acierto, fue el final del monólogo de Romero y Julieta, que se enlazó con los primeros acordes de la Obertura Fantasía, creando un instante mágico.
El concierto se inició, con cuatro fragmentos de la Música incidental para “Sueño de una noche de Verano”, de Felix Mendelssohn, no entendemos que no se incluyeran, las partes para solistas vocales y coro femenino, que habrían enriquecido la versión.
La “Obertura”, escrita por Mendelssohn a los 17 años, es una obra maestra que resume en forma genial, el espíritu mágico y lúdico de la comedia de Shakespeare, su música es de un refinamiento casi puntillista; en ella, fue muy logrado el inicio y el final a cargo de las maderas, pero las partes rápidas de las cuerdas, fueron en general imprecisas, las partes forte, fueron lúdicas y descriptivas, y en momentos brillantes.
El “Intermezzo”, fue irregular en su inicio, mejorando hacia el final. Un notable triunfo fue el comienzo del “Nocturno” a cargo del corno solista y el fagot, no obstante creemos, que su pulso, fue demasiado rápido y no mágico en su dinámica piano.
Bastante logrado en carácter, fue el “Scherzo”, a pesar de sus fraseos duros, en la sección central, destacaron las maderas.
La obra siguiente, fue la Obertura “Otelo” de Antonín Dvorak, obra poco frecuente en nuestros escenarios, como posee una brillante orquestación, muy propia de Dvorak, por ello creemos que el director, debe enfatizar los aspectos oscuros del drama, aspecto poco logrado.
Los balances sonoros no fueron siempre bien resueltos, del mismo modo, creemos que a la obra le faltó unidad.
Finalizaron con la versión de la “Obertura Fantasía Romeo y Julieta” (no una obertura para ballet, como señala el programa impreso) de Piotr Ilich Tchaikovsky, en ella el sonido de orquesta mejoró bastante, y el carácter, en general fue bastante logrado.
No obstante los aciertos, nos habría gustado mayor claridad de las cuerdas, en las partes rápidas; aunque en contraste fue evidente, el gran compromiso de cada uno de los integrantes de la orquesta, por alcanzar, los mejores resultados.
En suma, un concierto plagado de luces y sombras, en el que la orquesta aún está en camino de alcanzar el nivel logrado anteriormente, no cabe duda, que lo lograrán, para ello cuenta con una planta de profesionales de primer nivel.
Gilberto Ponce (CCA)