MÚSICA INSPIRADA EN SHAKESPEARE EN EL MUNCIPAL.
El Municipal de Santiago, sigue sorprendiendo a su público en las Temporadas de la Orquesta Filarmónica de Santiago con programaciones originales y de gran interés, anteriormente obtuvo un resonante éxito con la presentación semi actuada de la breve ópera de Rimsky Korsakov, Mozart y Salieri, ahora nos introduce en la figura de William Shakespeare, presentando tres obras inspiradas en trabajos del bardo inglés, una de ellas con una pequeña escenificación.
Como primera obra Pedro Pablo Prudencio condujo a la Filarmónica, dirigiendo el estreno de la Obra ganadora del Primer Concurso de Composición del Municipal de Santiago, galardón que recayó en el joven compositor Ignacio Salvo de solo 23 años, quien en su obra La isla encantada recreó dos escenas de La Tempestad las que llamó; Ariel e Idilio (Miranda y Ferdinando).
La estupenda dirección de Pedro Pablo Prudencio destacó la transparencia de la composición y su cuidadosa orquestación, con ella Salvo consigue la creación de sugerentes atmósferas a través de recursos timbrísticos y la intercalación de pequeñas melodías en un logrado equilibrio, la dirección consiguió expresivas progresiones dinámicas. El Idilio nos muestra diálogos que describen a los personajes a quienes se asignan esquicios melódicos, algunos de ellos algo danzables.
El público recibió con bastante entusiasmo el estupendo trabajo de Ignacio Salvo, quien a pesar de su corta trayectoria ya conoce el significado del triunfo, pues ha ganado diversos certámenes.
Continuaron con una de las obras más populares de Piotr Ilich Tchaikovsky, la Obertura-Fantasía Romeo y Julieta, el conjunto mostró una vez más el bello sonido que les está caracterizando, en una versión con énfasis en lo dramático que dio cuenta de las contingencias que quiere reflejar su autor, la batuta logró dar plenamente el carácter solemne y oscuramente dramático del final, luego el público respondió con largos y cálidos aplausos.
Para cerrar el programa en la segunda parte se escuchó y tal vez por primera vez en nuestro país, la versión integral de la música que Felix Mendelssohn escribió para la celebérrima comedia de Shakespeare, Sueño de una noche verano, que consulta actores, dos sopranos y coro femenino.
Recordemos que Mendelssohn era un adolescente cuando conoció la obra de Shakespeare, siendo tal su impresión que tan solo con 17 años escribió la Obertura, que sintetiza perfectamente el mundo mágico que se recrea en la obra, anticipando algunos de los temas que aparecerán después cuando el rey Federico Guillermo IV de Prusia le encargó componer la música incidental para Sueño de una noche de verano, que conserva todo el espíritu de la juvenil obertura, escrita casi 17 años antes.
En la versión que escuchamos, sin duda que lo más logrado fue lo musical, Pedro Pablo Prudencio solo con algún olvidable leve desajuste, condujo con pulso firme las diversas secciones desde el logrado carácter contrastante de la Obertura, a la sutileza del Nocturno, el carácter casi impetuoso de la Marcha nupcial, tanto como en los melodramas que acompañan textos de actores, asimismo consideramos notable la participación de las sopranos Yaritza Véliz y Tabita Martínez y el Coro Femenino del Coro del Municipal de Santiago (Jorge Klastornick), que realzaron bellamente las dos partes en que participan.
En relación a la semi teatralización de Fabiola Matte, quien también asesoró el guión, es donde encontramos algunas objeciones de forma; en ella actuaron Héctor Noguera y Tita Iacobelli, quienes asumieron algunos de los múltiples roles incluyendo algo de narración, pero como esta producción fue pensada para el Pequeño Municipal, creemos que la adaptación será de difícil comprensión para los niños, en primer lugar porque solo aparecen algunos de los muchos personajes y el salto entre las escenas no queda claro, solo el momento de teatro dentro del teatro con la Tragi-Comedia de Píramo y Tisbe existe sentido cerrado de escena, por otro lado la perfecta dicción de Héctor Noguera no encontró la correspondencia necesaria en Tita Iacobelli en particular por usar un remedo de voz infantil bastante irritante, que hizo que su dicción no siempre se entendiera.
La idea nos parece genial, pero creemos que habría sido mejor utilizar un narrador que enlazara algunos de los diálogos escogidos, para que los actores los interpretaran, no obstante estos factores no impidieron que el resultado final fuera altamente positivo considerando la seriedad de una propuesta que el público aplaudió entusiastamente.
Gilberto Ponce. (CCA)