LA PASIÓN SEGÚN SAN JUAN DE BACH EN EL BAQUEDANO.
En varias ocasiones hemos escuchado, la interpretación de Juan Pablo Izquierdo para la Pasión según San Juan de Johann Sebastian Bach, algunas de las cuales han sido simplemente memorables.
En esta ocasión, y al igual como ocurre en otros países, la versión coincidió felizmente, con las celebraciones de Semana Santa, que fue precisamente el objetivo con que fue concebida; en esta oportunidad, sus intérpretes fueron un grupo de instrumentistas de la Orquesta Sinfónica de Chile, cinco solistas vocales y la Camerata Vocal y el Coro Sinfónico ambos de la Universidad de Chile, conjuntos que dirige Juan Pablo Villarroel.
Pensamos que la versión fue ascética en expresividad, con una primera parte débil, mejorando bastante en la segunda -tal vez se produjo una relajación luego del exitoso estreno realizado en Valparaíso el sábado anterior-, en general se caracterizó por tempos estrictos, y en ocasiones, peligrosamente rápidos los de algunos coros, como fue el caso de; “Lasset uns den nicht zerteilen”, donde se produjo una gran confusión entre las voces de la Camerata y los instrumentos.
La Camerata Vocal, se llevó el gran peso de la obra, pues cantó todos los coros, incluso en aquellos asignados a la turba, donde se supone, que debiera existir mayor peso vocal, no imaginamos, que el Coro Sinfónico, no fuera capaz de preparar esas partes, pues solo les correspondió cantar junto a la Camerata el coro inicial y el final, además de todos los corales, algo muy en estilo, pues estos estaban destinados a ser cantados por la congregación de fieles.
Debemos destacar la claridad enorme de las semicorcheas del coro inicial, y su perfecta articulación, tanto como la fuerza del mismo, no obstante debemos señalar algunos desajustes en las maderas, que completan el entramado polifónico.
La Camerata cantó en forma espléndida y con carácter aquellos coros, donde no tuvieron que sobre cantar; y ambos grupos mostraron asimismo una estupenda preparación, cantando con segura afinación y musicalidad.
El grupo instrumental, tuvo rendimiento irregular, siendo sorprendentes algunos breves desajustes de pulso, particularmente en las maderas. Señalaremos además que en ocasiones el balance entre cuerdas y maderas, no fue siempre acertado.
El Continuo, vital en una obra de estas características, fue interpretado por Camilo Brandi en clave y órgano, junto a Celso López en violoncello, consideramos disparejo su desempeño, López se vio distante al Evangelista, sin esa fusión total que debieran tener, además su afinación, fue poco segura en varios momentos, mucho más certero fue Brandi, quien demostró ser un experto en este repertorio.
No cabe duda que Rodrigo del Pozo, es el intérprete más idóneo en nuestro país para los roles de Evangelista, pero el día del estreno mostró evidentes muestras de no estar bien de salud, por ello se le escuchó con escasa voz, aunque musicalmente, en particular en las arias.
Creemos que la hermosa voz de Claudia Pereira, no es la más adecuada para este repertorio, debido a su fuerza interpretativa, que le hace luchar contra su natural vibrato, creemos que su musicalidad va muy bien en otro tipo de obras. Su primera aria (Ich folge dir) no fue muy afiatada con la flauta, mientras que la segunda (Zerfliesse, mein Herze) si fue un logro, acompañada estupendamente por la flauta y los oboes da caccia.
Evelyn Ramírez la mezzosoprano, cantó con musicalidad y hermosa voz, cada una de sus arias, en la primera, debió luchar contra el enorme sonido del fagot y los dos oboes, no obstante en la segunda (Es ist vollbracht), fue realmente emocionante, siendo ahora muy bien acompañada por Celso López, en violoncello, que reemplazó a la viola da gamba, del original.
Patricio Sabaté, el barítono, dio amplias muestra de su versatilidad, cantando como Jesús, aunque nos hubiera gustado, un canto más amplio en los ariosos; brilló en las arias (Eilt ihr angefoch´nen) y (Mein teurer Heiland), mientras que, en las secciones para bajo, cantó incómodo debido a la tesitura.
Una muy grata sorpresa fue el barítono Ramiro Maturana, quien cantó como Pilato, haciéndolo con estupenda voz y gran carácter, será muy interesante escucharle en otras obras.
No dudamos, que las funciones siguientes verán ampliamente superados los inconvenientes de esta primera función santiaguina, imponiéndose como siempre la musicalidad del maestro Juan Pablo Izquierdo.
Gilberto Ponce. (CCA)
Tuve la fortuna de ver la última función (Jueves Santo), y la mayoría de los desajustes que se mencionan, no los percibí en esa función. Además, se pudo ver a Del Pozo espléndido en todo el sentido de la palabra, aunque quizás un tanto incómodo en la primera aria. En el caso de Sabaté, lo percibí justamente muy cómodo cantanto como bajo, la verdad, un estricto bajo-barítono y de muy particulares características. Coincido en parte respecto a Claudia Pereira, fundamentalmente en su cometido de la primera aria.
Sin duda no todas las funciones son iguales, y felicito al crítico por señalar que se trataba de una primera función. En todo caso, hay ocasiones que por muy primeras funciones, existen interpretaciones que vienen con «fallas de fábrica», o más teológicamente hablando, con «pecado original»…. Felizmente, no fue este el caso, y me alegro haber visto la última función, donde pudieron remediarse la mayor parte de las observaciones. En todo caso, no me cabe duda que Juan Pablo Izquierdo es una autoridad en Bach, aceptando ciertas aprensiones de algunos respecto a la forma en cómo lo aborda. En todo caso, Izquierdo no se hace eco necesariamente de meros ejercicios estilísticos que buscan la «mejor aproximación» en tales direcciones, sino lo interpreta y transmite en su más fiel sustancia, independientemente de los estilos que pueda adoptar. Después de todo, estamos hablando de música no históricamente bien informada, lo que da pie para múltiples lecturas.
Un saludo cordial,
Jaime Torres Gómez