ESTRENO TRIUNFAL DE GISELLE EN EL MUNICIPAL.
Con gran expectación acudieron los aficionados al ballet, al estreno de Giselle, con música de Adolphe Adam, uno de los ballets clásicos más queridos por el público, estreno que estaría a cargo del Ballet de Santiago, que dirige Luis Ortigoza, quien además firmó la coreografía.
Escena del Primer acto, Giselle (Katherine Rodríguez) y el resto de la compañía, al fondo a la derecha, detrás del Heraldo de negro, Noelia Sánchez y Gustavo Echevarría (Pas Paysan) foto Patricio Melo
La hermosa escenografía y el vestuario, los realizó Pablo Núñez, uno de los mejores profesionales en estos rubros, demostrando una vez más, su buen gusto y certero profesionalismo, escenografía muy concreta, como debe ser, en el primer acto, y sugerente tanto como mágica en el segundo, que contó con la acertada iluminación de Ricardo Castro. El vestuario hermoso en diseño y colorido, marcando bien las diferencias entre nobleza y campesinos en el primer acto y delicados diseños para el acto blanco, del reino de las Willis.
Desde que Luis Ortigoza asumiera la dirección de la compañía, esta ha mantenido el nivel de excelencia, que la ha ubicado como una de las mejores del continente, por ello es, uno de los orgullos que puede exhibir nuestro país.
El estreno de Giselle, confirmó con largueza, la solidez de un grupo que se ha consolidado a través de los años, transformándose en una garantía de calidad, algo que el público que asistió en esta ocasión, no se cansó de manifestar, a través de constantes ovaciones y aplausos. El cuadro blanco, que corresponde al segundo acto, fue interrumpido entusiastamente por los asistentes, que obligaron al director Roberto Rizzi-Brignoli, ha realizar pausas en el continuo de su dirección.
La Filarmónica de Santiago, ratificó una vez más su reconocida calidad, a la estupenda afinación agrega su bello sonido, siguiendo las precisas indicaciones de Rizzi-Bignoli, quien consiguió perfectos balances además de interesantes juegos dinámicos y súbitos cambios de tempi que agregaron interés a la partitura, sin que se viera afectada la danza en lo más mínimo. Las ovaciones a la orquesta y al director, fueron más que justificadas.
La coreografía de Ortigoza, introduce algunos cambios principalmente en el carácter de los personajes, diferenciando, a manera de ejemplo a Hilarión, como un recio personaje popular, como lo es en realidad, guarda eso sí, la inocencia de la joven Giselle, que descubre el amor tanto como su desilusión posterior, que posteriomente en un rapto de locura la conduce a la muerte, esta escena mostró toda la capacidad interpretativa de Katherine Rodríguez, que conmovió con su desgarro, mientras que poco antes fue la inocente doncella, que se abría esperanzada al amor.
Su espléndida técnica y su gracilidad, la convirtieron en la perfecta Giselle en el primer acto, mientras que en el segundo, se convirtió en ese espíritu casi concreto, que demanda ese acto, sus solos y pas de deux, fueron notables, no solo por su seguridad en giros, también por su expresividad. El complemento perfecto fue el Albrecht, que bailó Emmanuel Vásquez, quien sigue dando pasos enormes en un camino que seguramente le llevará a convertirse en uno de principales bailarines de la compañía, él posee la apostura precisa para el príncipe, a ello aporta una técnica en la que derrocha seguridad, sus solos encendieron al público en el segundo acto.
Esta pareja, creemos se convertirá en un referente, podemos decir que “respiran” juntos, mientras que sus arcos y figuras en el espacio son precisas y gráciles en lo técnico, además agregan poesía a su danza; ambos fueron -aunque suene contradictorio-, una sólida unidad, que fue ovacionada largamente por los asistentes.
Cristopher Montenegro, como Hilarión fue un viril y resuelto muchacho campesino, que lucha por su enamorada, para luego caer en la desesperación y la ira al contemplar el derrumbe de Giselle, luego le veremos desolado llegando hasta la tumba de su amada, hasta que sus amigos le van a buscar, este es otro giro de la versión de Ortigoza; su reconocido valor como bailarín le hizo triunfar ampliamente.
Mirtha, la reina de las Willis, fue encarnado por Mariselba Silva, con muy buen derroche técnico, asumiendo a su personaje que le exige, ser hierática en el poder que ejerce sobre las doncellas-almas, y en particular sobre Giselle que quiere defender a Albrecht, del acoso de esta y sus doncellas, que tratan de matarlo.
El cuerpo femenino en este cuadro blanco, mostró disciplina técnica y espíritu de cuerpo, además de sensibilidad atemporal. En el primer acto, el cuerpo de baile fue muy sólido en los grandes despliegues, y con estupenda respuesta en aquellas secciones de grupos más pequeños, siendo importante que en todo momento se les vio involucrados en el desarrollo dramático.
Debemos hacer mención al Pas Paysan, lo bailaron con una prestancia que les augura gran futuro, por Noelia Sánchez y Gustavo Echevarría, mostrando talento y personalidad, tanto en sus solos como en sus dúos.
Una función que nos reencuentra con una de las mejores compañías del continente, el Ballet de Santiago, dirigido por Luis Ortigoza, compañía que cuenta con una legión de fanáticos que se regocija, con éxitos como el presenciado en esta oportunidad, y que satisfizo todas las expectativas que habían creado sobre Giselle.
Una vez que veamos los dos elencos restantes, haremos el comentario de su desempeño.
Gilberto Ponce. (CCA)
Muy buena crítica,concuerdo absolutamente con ella,fue una muy buena función.
Comparto totalmente esta crítica,fue una muy buena función
Para mí volver a ver Giselle después de algunos años y con una nueva coreografía de Luis Ortigoza más escenografía y vestuario de Pablo Núñez y bella iluminación de Ricardo Castro,fue una verdadera fiesta.No voy a agregar mucho más a la acertada crítica con la que estoy plenamente de acuerdo.Si puedo decir que además del lucimiento de los bailarines ,orquesta y su director ,,el maestro Rizzi-Brignoli,en especial destacó el maravilloso desempeño del cuerpo de baile en el segundo acto,la belleza y lo etéreo de sus movimientos me hicieron entrar en ese mundo mágico,fue maravilloso.Ahora que he visto las fotografías de Patricio Melo ,,siempre magníficas,vuelvo a recordar y me transportó de nuevo al Teatro.Yo asistí el día 4 de Agosto con el mismo elenco del estreno.Felicitaciones a todos y a Luis Ortigoza por mantener la calidad que le imprimió a la Compañía nuestra querida Marcia Haydee.