NOTABLE ELENCO 2 DE ROMEO Y JULIETA.
El hecho de haber podido presenciar, dos de los elencos del ballet Romeo y Julieta, por el Ballet de Santiago, solo puede provocar satisfacción, pues se comprueba el alto nivel alcanzado por la Compañía, aún más si consideramos que existió además un tercero. Sólo las grandes compañías, pueden darse un lujo semejante, razón de más, para cuidarla con mucho celo.
La coreografía de John Cranko, traduce hasta en mínimos detalles la música de Prokofiev, en ello radica su éxito, porque esta es vital, sutil, apasionada, sensualmente romántica, desgarradora y energética, y su arco expresivo requiere de una entrega total, de todos los bailarines, no solo de los solistas, pues el cuerpo de baile, es exigido al máximo, no solo en técnica, debe tener una presencia escénica contundente, así es que debe ser, tanto alegremente jubilosa en lo festivo como doliente al acompañar las escenas más dramáticas.
Escena del Carnaval con el Cuerpo de Baile. foto Patricio Melo
Con ambos elencos, su rendimiento fue óptimo, recordemos solo las escenas de las grescas, sin duda además de bailar bien, son estupendos actores.
Dijimos que esta coreografía, capta ampliamente el espíritu de la tragedia de Shakespeare, y al igual que en la obra teatral, existe una gradual progresión de sentimientos; Cranko, expone radicales diferencias entre las escenas casi atropelladas, de los primeros encuentros, donde todo es espontanea pasión, a la inocencia fogosa de la escena del balcón, en contraste, con el desgarro de la despedida, al amanecer del día cuando Romeo, debe partir al exilio, para finalizar con el contundente dolor de los amantes antes de quitarse la vida.
Julieta (Katherine Rodríguez) y Romeo (Gustavo Echevarría). foto Patricio Melo.
Una vez más la Filarmónica de Santiago, dirigida por Pedro Pablo Prudencio, acompañó con la calidad acostumbrada, acentuando lo íntimo y lo externo, como asimismo convirtiéndose en cómplice, en las grandes escenas colectivas, los cariñosos y efusivos aplausos que el público le brinda al final de las funciones, es la justa retribución a desempeño.
Los roles principales los asumieron Katherine Rodríguez y Gustavo Echevarría, quienes lograron conmover profundamente al público, debido a la humanidad que le otorgaron a su Romeo y Julieta, haciendo uso de una técnica depurada, con gran expresividad corporal y de brazos, pero particularmente viviendo los avatares de sus personajes.
Katherine Rodríguez, no solo fue alada en su baile, también en su espontaneidad, lúdica al inicio, sorprendida e incrédula al conocer a Paris, el esposo escogido por sus padres, deslumbrada al conocer a Romeo, locamente recatada, en la escena del balcón, ansiosa y dubitativa antes de beber la pócima, y dolorosamente impactada, al contemplar a Romeo muerto a su lado; creemos que esta, ha sido una de sus presentaciones más brillantes.
Julieta (Katherine Rodríguez) y Romeo (Gustavo Echevarría) foto Patricio Melo
Pensamos que Gustavo Echevarría, ha logrado la madurez y seguridad necesarias, para enfrentar, no solo este rol, pudiendo acceder a mayores desafíos, sus avances tanto técnicos como expresivos le han convertido en un estupendo partenaire, comenzó con una espontanea, adolescente y jubilosa interacción con sus amigos, luego arrobado al conocer a Julieta, ansiosamente expresivo en la escena del balcón, estupefacto ante la lucha entre Teobaldo y sus amigos, donde trata de mediar, para luego exaltado al luchar matando a Teobaldo, quien a su vez había dado muerte a Mercucio, su amigo, fue muy convincente en la despedida antes del exilio, tanto como abrumado al creerla muerta, para luego darse muerte.
Sin duda las ovaciones recibidas por ambos, testimonian el impacto provocado en el público.
En la fiesta Mercucio (Luciano Cresto), foto Patricio Melo
Un gran trabajo como bailarín y actor desempeñó Luciano Cresto, en el papel de Mercucio, lúdico, burlesco tanto como notablemente expresivo en su muerte, siendo burlón hasta el final.
Simón Hidalgo, fue un solvente Benvolio, completando el trío de amigos.
Arrogante, a la vez que certero en la escenas de lucha de espadas, con gran despliegue técnico, observamos a Cristopher Montenegro en el rol de Teobaldo. Mientras que David Saavedra le entregó toda la dignidad requerida a su papel de el príncipe Paris.
Paris (David Saavedra) y Julieta (Katherine Rodríguez) foto Patricio Melo
María Dolores Salazar, Miroslav Pejic y Cyril de Marval repitieron sus estupendas presentaciones en elenco 1, como Lady y Lord Capuleto y Fray Lorenzo respectivamente.
Ioula Koutenkova, fue una eficaz y simpática Rosalina, mientras que, Montserrat López, Deborah Oribe y Esperanza Latuz fueron unas energéticas, lúdicas y expresivas gitanas. Felipe Lorca cumplió eficientemente como el Rey del Carnaval.
Función largamente aplaudida, reconociendo el gran y profesional trabajo, de todos quienes participaron.
Gilberto Ponce (CCA)