REQUIEM DE VERDI.

RÉQUIEM DE VERDI EN LA SINFÓNICA. (Primera función)

La gran convocatoria de público, es un índice del enorme interés que existe por la  extraordinaria Misa de Réquiem de Giuseppe Verdi, explicando el porqué el Teatro de la Universidad de Chile, se desbordó de público, incluyendo una gran cantidad de jóvenes, señalando su atractivo transversal.

Música poderosa, reflejo de los patrones del más puro romanticismo, escrita por uno de los más grandes compositores de ópera, por ello es que nadie debiera extrañarse de su concepción lírica; pretender compararlo con otras obras similares es inútil, pues se comparan partituras de diferente época y estilo.

Giuseppe Verdi .foto intofineart

Como el texto alude a muchas de las interrogantes que el hombre se ha planteado desde siempre, no extraña que junto a su potente música, la obra se convirtiera en una de las favoritas del público.

Zsolt Nagy, el solvente director húngaro, estuvo al frente del enorme contingente de intérpretes; la Orquesta Sinfónica de Chile, el Coro Sinfónico y la Camerata Vocal de la Universidad de Chile y cuatro solistas.

Creemos que su versión, impecable en lo formal, adoleció del elemento emocional que marca la partitura; fuerza, desolación, desgarro y temor, que junto a la esperanza, que sí se apreció, son claves importantes en su interpretación, y si algunos de estos factores no están muy presentes, creemos que el propósito de Verdi se diluye.

Zsolt Nagy. foto zsoltnagy

Por eso estimamos, que a la perfección formal de la versión, le faltaron en buena medida contrastes expresivos. Solo más allá de la mitad de la obra, la expresión se incrementó, compensando la circunspección de los primeros números.

Coro Sinfónico y Camerata Vocal de la Universidad de Chile. foto ceac

El Coro Sinfónico y la Camerata, fueron preparados en forma estupenda por Juan Pablo Villarroel, mostrando seguridad, junto a hermosas y timbradas voces; si en algunas secciones la expresión fue demasiado medida, lo atribuimos a la dirección; en todo caso, su canto fue expresivo y muy afinado en las partes “a capella”, sutil en los piano, y sólido en los forte.

La Sinfónica, respondió con excelente sonido, ductilidad y musicalidad, con los bronces en un muy buen día, en particular las trompetas desde fuera del escenario, en el Dies Irae.

Orquesta y Coro, en otra presentación. foto ceac

El cuarteto de solistas, fue encabezado por la soprano Carolina García, quien como es habitual, mostró su hermoso material vocal, no obstante su gran triunfo lo obtuvo en los números finales, particularmente en el “Libera me”, exhibiendo toda su potencialidad; en la primera mitad, fue excesivamente medida en expresión, y su afinación no fue sólida en los agudos, algo que salvó espléndidamente en el final.

Carolina arcía. foto biobiochile

Pilar Díaz la mezzosoprano, dio un paso más allá es su carrera, pues mostró gran caudal de voz, con excelente proyección, con bellísimos  y timbrados agudos y graves,  con la musicalidad que se le conoce. Ella agrega además una compenetración de los textos, que logra conmover, su afinación a toda prueba, se comprobó en los tríos a capella, con el tenor y el barítono; el más que exigente trabajo planteado por Verdi a la mezzosoprano, se convirtió en un gran triunfo para ella.

Pilar Díaz. foto portaldelarte

Ambas solistas se vieron muy complementadas en sus timbres, siendo todas sus participaciones del más alto nivel, como muestra, el Agnus Dei.

El tenor José Azocar, tuvo un promisorio inicio en el Kyrie, pero después sus intervenciones merecieron varias dudas, que se contrastaron con momentos brillantes, llamó la atención lo inseguro en los concertatos con los otros solistas, y una afinación poco clara.

José Azocar. foto premioaltazor

Arturo Jiménez que cantó como bajo barítono, tiene una hermosa voz y es naturalmente musical, pero la obra exige más carácter y un caudal vocal mayor, pues tiene todos los agudos y graves exigidos, además creemos que debiera preocuparse de no cortar las palabras para respirar; no nos cabe duda, que como se trata de un cantante joven, estos problemas se solucionarán perfectamente.

Arturo Jiménez. foto ceac

Independiente de las observaciones, la fuerza de la partitura y los valores generales de la versión, provocaron un verdadero alud de ovaciones, las que habrían sido mayores si  se hubiesen proyectado los textos.

Gilberto Ponce. (CCA)

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