DEL MET AL FORESTAL.
En el estupendo ciclo de conciertos que está realizando el Dúo Mistral, que integran las pianistas Paulina Zamora y Karina Glasinovic, en el cómodo departamento frente al Parque Forestal, conciertos que cuentan con un público fiel que llena el recinto, debido a la excelencia de las intérpretes; ahora dio un gran paso hacia la internacionalización de sus programas, al presentar en forma exclusiva a la famosa mezzosoprano, Nancy Fabiola Herrera, que pertenece al elenco del Metropolitan de New York.
El programa de gran interés, abarcó obras desde el siglo XVII hasta el siglo XX, y fue acompañada en forma alternada por Karina Glasinovic y Paulina Zamora; a través de el, fue posible apreciar su bellísimo timbre, pastoso y aterciopelado, lleno de armónicos, mientras daba cuenta de su enorme musicalidad, y certero acercamiento estilístico.
Es absurdo, hacer mención de los aspectos técnicos, perfectamente internalizados, pero es preciso señalar que, sus pianissimo y forte, son un verdadero goce de escuchar, al aplicarlos en su acercamiento a lo bucólico, lo sensual, a lo tierno o al desgarro, que le permite crear un vínculo con el público, con el que conmueve.
Las dos obras del Cancionero de Pradell, fueron interpretadas con gracia, sensualidad y carácter teatral, mientras que en las obras de Anton García Abril, se destacaron por su manejo dinámico y el desarrollo de la progresión dramática, obras que se acercan al lenguaje popular; sin duda, que los logros no serían tan grandes, de no contar con el ajustado, preciso y musical acompañamiento en piano.
En un lenguaje cercano al impresionista se desarrolla Romance de la Luna, Luna de Miguel Ortega, aquí destacó el inteligente uso dinámico, y la expresividad de las secciones a capella, con las que creó magia.
Toques algo populares posee Cantar del Alma de Federico Monpou, en esta obra apreciamos una magnífica progresión, que culmina en un hermoso y expresivo agudo, que completa el dramatismo del texto.
Las Dos Canciones de Manuel de Falla, nos llevaron desde la gracia de El Paño Moruno, hasta la emocionante intimidad de Nana.
Una elegante línea de canto, combinada con una sensualidad graciosa, que culmina en una verdadera explosión expresiva, se escuchó en la Habanera la primera de las dos obras de Pauline Viardot, a la que siguió Les filles de Cadix, que se acompañó con castañuelas, canción que plantea desafíos expresivos para cada estrofa.
El público, mostraba cada vez, mayor admiración por la estatura de la cantante; en seguida a manera de paréntesis, las anfitrionas ofrecieron la Barcarola de la Suite Nº 1 para dos pianos de Sergei Rachmaninov, obra de monumentales dificultades, no solo en lo técnico, también en expresividad.
Su abigarrada estructura requiere del más completo afiatamiento entre ambas pianistas, por la combinación de complejidades rítmicas y las figuraciones en torno al tema central, que no deben jamás perder la expresividad, estas características y despliegue técnico, hicieron que el público ovacionara a Paulina Zamora y Karina Glasinovic.
Lo anterior, condujo a las Dos Canciones del mismo Rachmaninov, con que finalizó el recital de Nancy Fabiola Herrera, en las que cambió radicalmente de estilo de canto, con más peso, debido a la amplia tesitura de las obras.
En ellas el dominio de las progresiones expresivo-dinámicas, combinadas con el virtuosismo que exigen, maravillaron de tal forma, que ella se vio obligada a ofrecer como encore, la Habanera, ahora de Carmen de Bizet, rol que la ha llenado de fama, no solo en el Met, también en muchos otros grandes teatros del mundo, su versión ratificó todos sus méritos y valores como intérprete.
Finalizó la velada, con la extraordinaria artista compartiendo con el público, el coctel con que finalizan tradicionalmente estos eventos.
(La artista ofreció además una Master Class, en la Academia de Verónica Villarroel)
Gilberto Ponce. (CCA)