PAPELUCHO EN EL ESCENARIO DEL MUNICIPAL.
De la mano de Sebastián Errázuriz, compositor y María Izquierdo libreto y règie, llegó hasta la serie Pequeño Municipal, Papelucho en la ópera, convertido en un espectáculo destinado a niños.
Empeño que nos parece de gran importancia, sobre todo, por el acercamiento de los más pequeños, a uno de los géneros artísticos de mayor relevancia; por ello es que sus resultados nos merecen algunos reparos, puesto que en variados aspectos la producción nos parece de la mayor excelencia.
El libreto de María Izquierdo, nos parece de gran factura en el desarrollo, mientras que en su inicio y conclusión, no son lo suficientemente claros, precisamente para los niños; luego del mágico comienzo, donde desde abajo de las cortinas aparecen diversos personajes de cuentos infantiles, para luego tomar preponderancia Alicia del país de las Maravillas, y El Principito, quienes influirán en Marcela Paz, que está tratando de crear un personaje; creemos que los adultos, que conocen ambos cuentos, entenderán el enganche, para los niños difícil; del mismo modo, no queda para nada claro, la razón por la que la Mujer pobre, a quien Papelucho le regaló el abrigo de piel y joyas de su mamá, llega al basurero, donde los compañeros del internado, lanzaron el Diario de vida de Papelucho, para rescatarlo y convertir al personaje en “inmortal”.
El resto es coherente y comprensible, con momentos de gran humor, no solo para los más pequeños, asimismo, nos parece de gran belleza y sugerente la escenografía de Rodrigo Claro, que con singular creatividad transformó los espacios, para las diversas escenas; otro gran logro es el hermoso vestuario de Montserrat Catalá, tanto como la iluminación de Ricardo Castro.
No obstante lo anterior, el logro mayor lo encontramos en la dirección de escena de María Izquierdo, que fue capaz de crear y perfilar personajes creíbles a la vez que humanos. En este sentido pensamos que, delineó estupendamente a Papelucho (Valentina Paz González) que al igual que con los alumnos del internado, costó creer que se trataba de mujeres, (Camila García, Florencia Romero, Javiera Saavedra, Tabita Martínez, Fanny Leiton, Micaela Morales, Pilar Garrido, Chynthia Lemarie y Denise Torre).
Marcela Paz, siempre presente en el escenario, lo cantó con el profesionalismo de siempre Claudia Godoy, y actuando como la discreta y elegante Ester Huneeus, nombre real de Marcela Paz.
Notable nos pareció la caracterización del Rector del internado, no tanto como el papá, ambos a cargo de Pedro Espinoza, algo similar ocurre con el desagradable Urquieta, compañero de Papelucho, en una magnífica personificación de Andrea Betancourt, que es más débil como la mamá del héroe. Domitila la nana, tan importante para Papelucho, fue estupendamente recreada por Camila García, tanto, que creemos merecía un tratamiento musical mayor.
La Mujer pobre, a cargo de la bailarina Teresa Prieto, mejor como bailarina que actriz.
La música de Sebastián Errázuriz, tiene aciertos muy interesantes, como en la escena donde los niños, leen y se burlan del diario de Papelucho, en el resto es un tanto reiterativa, incluyendo algunos agudos vocales, no siempre justificables.
Pensamos asimismo, que el Ensamble MÚSICACTUAL, fue desfavorecido, con su ubicación en el escenario, ya que se perdieron muchos de los perfiles melódicos, no obstante la correcta dirección de Errázuriz, mantuvo siempre la continuidad del espectáculo; interesante en lo visual, pero un enigma para los niños, fue que el director, apareciera vestido como el conejo de Alicia en el País de las Maravillas.
En resumen, un espectáculo que en lo visual y en actuación es brillante, trayendo a escena a uno de los personajes más queridos de la literatura nacional, texto que ha logrado una enorme cantidad de traducciones a diversos idiomas.
Gilberto Ponce. (CCA)