ORQUESTA HÚNGARA.

ORQUESTA FESTIVAL BUDAPEST.

Esta orquesta, que visita USA casi anualmente, dio su primer concierto anoche en el Carnegie Hall, dirigida por su fundador Iván Fischer. En esa época (1983) la intención fue crear una orquesta, para un Festival a celebrarse en la capital húngara, la que estaría integrada por los músicos jóvenes más talentosos del país. El Festival nunca se realizó, pero la orquesta se mantuvo hasta ahora, con algunos de los músicos originales, incluyendo gente más joven que se ha incorporado a través de los años.

Orquesta Festival Budapest. foto quincenamusical
Orquesta Festival Budapest. foto quincenamusical

Nos parece, que el conjunto parece estar tratando de mantener un sonido orquestal similar al predominante durante la primera parte del siglo XX, enfatizando un grueso sonido de bronces y maderas lo más brillante posibles, pero con las cuerdas desempeñando un rol más secundario. Este tipo de balance ha cambiado completamente en la actualidad, otorgando roles mas uniformes para todas las familias, con cuerdas de sonidos sólidos, sedosos, bajos y profundos. Bien se sabe que no siempre el modo tradicional calza, con el sentido y estilo utilizados ahora en el repertorio moderno.

Carl María von Weber. foto wikipedia
Carl María von Weber. foto wikipedia

El concierto comenzó con una excelente interpretación de la Obertura El Cazador Furtivo de Carl María von Weber, apreciándose un equilibrado balance sonoro, enfatizando inteligentemente los cornos de la segunda parte de la obra. En este caso, Fischer decidió colocar 2 cornos a cada lado de la orquesta, en un perfecto, preciso y brillante afiatamiento, mostrando el talento de estos músicos. El resto de la pieza estuvo bien equilibrado, hasta que llegó al tema final y principal de la Obertura donde el director, eligió un tempo excesivamente rápido, restándole romanticismo, otorgándole un aire frenético casi Rossiniano. Aun así fue muy bien recibido por los oyentes.

Franz Liszt. foto ordenycultura
Franz Liszt. foto ordenycultura

Continuaron con el Concierto #1 de Franz Liszt, acompañando al pianista canadiense Marc-André Hamelin, en una interpretación bastante rapsódica, exagerando algunos tempos, aumentando el valor de las pausas naturales de la obra, resultando más bien una rapsodia, que un concierto tradicional. Pero, esta obra asimila fácilmente estas aparentes distorsiones, por su carácter de una obra romántica. El pianista y su director supieron complementarse plenamente, aunque los tempos lentos, fueron excesivos, en contrario Hamelin lució toda su técnica y control en la partitura, produciendo bellos tonos, claridad, transparencia y contrastes dinámicos. El acompañamiento de la orquesta fue sólido y totalmente adaptado a la interpretación del solista. Aunque el último movimiento, allegro marcial, fue interpretado como una marcha relativamente lenta, pero muy efectiva.

Marc-André Hamelin. foto nytimes
Marc-André Hamelin. foto nytimes

Me pareció inteligente, el que Fischer haya ubicado al solista en triangulo, casi al lado del pianista por su importancia en el ultimo movimiento, donde debe ser claramente escuchado -por ello ciertos críticos lo llamaron irónicamente “concierto para triangulo y orquesta”-, la musicalidad del percusionista, le llevó a recibir su propia ovación.

Luego, como encore, Hamelin tocó un arreglo para piano solo, de una de las poco conocidas canciones de Chopin, la excelencia de la versión, la hizo merecedora de una calurosa recepción por parte del público.

Sergei Prokofiev. foto wikipedia
Sergei Prokofiev. foto wikipedia

Después del intermedio, la orquesta presentó la 5a Sinfonía de Sergei Prokofiev en una interpretación que curiosamente no disfruté, no obstante ser una obra tan conocida y apreciada por todo oyente. El problema principal es que Fischer decidió tomar tempos que borraron el humor intrínsico de la obra, y el sonido orquestal, demasiado grueso, ya no calza con las interpretaciones actuales.

Así fue que la vida orgánica de esta obra, de brillante orquestación, preciosas melodías y brillantes sonidos, estuvo ausente en la sinfonía, básicamente el tempo fue demasiado lento, pues el director parecía decirnos que nos fijáramos más en los sonidos orquestales, más que en la sonoridad propia de la obra.

Iván Fischer dirigiendo a Orquesta Festival Budapest. foto borggreve
Iván Fischer dirigiendo a Orquesta Festival Budapest. foto borggreve

No le dio oportunidad a las cuerdas a brillar, como a Prokofiev le gusta hacer en casi todas sus obras orquestales, colocando melodías y acompañamientos de las cuerdas altas una octava o mas allá de las cuerdas secundarias, técnica que es una de las firmas de este autor.

A pesar de la precisión y pulcritud de la versión esta solo obtuvo un tímido aplauso del público. Aun así, Fischer sorprendió con una obra coral, perteneciente a la iglesia ortodoxa rusa del siglo 19, basada en una oración similar al texto del Padre Nuestro cristiano.

La obra a capella, mostró voces propias de un coro profesional, tonos sólidos, clara fonética y perfecta gradación dinámica; realmente impresionante, aún más por el hecho de que los miembros del coro, fueron los miembros de la orquesta, que dejando sus instrumentos a un lado, y de pie hicieron su presentación. Algo que no he visto nunca en mi vida, y que el publico recibió con admiración y una calurosa ovación

Carlos Miranda desde USA.

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