GIANNI SCHICCHI UNA FIESTA BUFA. (SEGUNDO ELENCO)
Solo palabras de admiración, mereció el último trabajo de Miryam Singer, nos referimos a su puesta en escena de la ópera de Giacomo Puccini, Gianni Schicchi, donde una vez más, la talentosa artista, asume règie, escenografía, vestuario e iluminación, razón por la que esta versión resulta de enorme unidad, en particular al trasladar la acción desde el siglo XIV, hasta un casi atemporal siglo XXI.
El cambio de época, en nada afecta su desarrollo, puesto que este argumento, es tan universal como atemporal, aunque habrá alusiones a la época del Dante, ya que el personaje, fue extraído de uno de los círculos del Infierno de La Divina Comedia.
Miryam, realiza una síntesis, en la que mezcla inteligentemente desde la Comedia del Arte, hasta alusiones al cine de Tim Burton, o incluso la serie de TV, Los Locos Adams, resultando todo perfectamente coherente.
Ahora bien, esta síntesis obliga a un extraordinario trabajo de règie, donde Singer triunfa en toda la línea, ya que cada detalle en los movimientos corporales, gestos faciales, o inflexiones en el canto, están de tal forma conseguidos, que parecieran haber sido creados así; claro está, que en este logro, debemos considerar también el talento actoral de los cantantes, algo demostrado ampliamente.
La escenografía, ubica la acción en el derruido dormitorio de la mansión donde morirá Buoso Donati, un rico comerciante; allí es donde su familia, que ha esperado ansiosa el deceso, buscará compulsivamente el testamento, pues suponen que les podría mejorar para siempre, su mala situación económica; como se ve, poco ha cambiado la sociedad a través de los tiempos.
Cada pequeña escena, del desarrollo, ilumina sutilmente a los personajes en acción, destacándolos del numeroso contingente de familiares, que se desplazan, entre los variados muebles y estantes del dormitorio, donde además cuelgan cuadros de grandes maestros, botín con el que arrancarán, luego de haber sido engañados por Schicchi.
El vestuario acentúa las características personales, mostrando no solo codicia, pues aflora hasta la lascivia, pero sobre todo, todas esas inevitables rencillas familiares, entre quienes desean quedar bien parados en la herencia.
Eduardo Browne, dirige estupendamente a los veinticinco músicos, que corresponden a la orquestación reducida, realizada por el compositor Héctor Panizza, creando los ambientes necesarios, y apoyando con precisión a los solistas, particularmente, los numerosos concertatos, que involucran a casi todos los personajes.
En esta ópera, que de acuerdo al plan de Puccini, no podía ser demasiado extensa, el compositor entrega pocas y breves arias a ciertosos personajes, por ello es que mencionaremos a aquellos cantantes (personajes), que tienen partes más destacadas.
Sin duda alguna, que grandes palmas se lleva Javier Weibel, que asume como Gianni Schicchi, él ha demostrado que no solo posee una hermosa y poderosa voz, porque además de su musicalidad, es un tremendo actor, aquí se desdobla entre el padre amoroso, y el astuto que inventa la estratagema para engañar a la parentela de Donati, no trepidando en suplantar al occiso.
Carla Paz Andrade, fue una sorprendente Lauretta, de estupenda actuación, suma a ello, una muy hermosa y poderosa voz, su aria O mio babbino caro, arrancó justificadas ovaciones.
Rinuccio cantado por Pedro Espinoza, le permitió mostrar su sólido material vocal, además de sus indudables condiciones de actor.
Angélica Cárdenas, fue una arrolladora Zita, mientras que la Nella cantada por Yeanethe Münzenmayer, aplicó sensualidad a su codicioso personaje.
Muy simpático en su solemnidad fue Cristián Reyes haciendo de Simone, muy divertida Nancy Gómez en su rol de Ciesca, mientras que Nicolás Suazo acertó como el crédulo médico, y Ramiro Maturana concedió irónica solemnidad a su Notario.
Completaron el elenco, con toda la prestancia necesaria, Víctor Escudero. Sebastián Gutiérrez, Matías Moncada, Diego Álvarez, Byron Santander, Juan Contreras Armijo y el simpático niño Ismael Browne, que anuncia la llegada de Gianni Schicchi a la casa de Buoso.
Un espectáculo, que fue larga y cálidamente ovacionado, en la excelente puesta en escena de Miryam Singer, en otra de las apuestas operáticas, del Teatro Municipal de Las Condes.
Gilberto Ponce. (CCA)