NUEVO TRIUNFO DEL BALLET DE SANTIAGO.

DOS JOYAS DEL BALLET DE SANTIAGO.

Una muestra cabal del alto nivel en que se encuentra el Ballet de Santiago, que dirige Marcia Haydée, fue el estreno en un programa doble, de dos obras maestras en su género.

Dama (Natalia Berríos) conoce a los bufones (Rodrigo Guzmán y Esdras Hernández) foto Patricio Melo
La Capricciosa (Natalia Berríos) conoce a los bufones (Rodrigo Guzmán y Esdras Hernández) foto Patricio Melo

Una suerte de fábula enternecedora, con la Dama y el Bufón y la estremecedora tragedia del Joven y la Muerte, se convierten en un contraste arrebatador, que no deja a nadie indiferente, por la potencia de ambos relatos, que en sus diferencias, muestran un abanico de sentimientos humanos, a través de sus exigentes coreografías.

La Muerte (Romina Contreras) seduce al Joven (Luis Ortigoza) foto Patricio Melo
La Muerte (Romina Contreras) seduce al Joven (Luis Ortigoza) foto Patricio Melo

Ambas con cierta cercanía a la danza-teatro, o al mimo drama, exigen el desarrollo de personajes en sus circunstancias, por ello es imprescindible la buena elección de los elencos; y es en este aspecto, donde la experticia de la dirección, obtiene un resonante triunfo, pues al parecer, partiendo de las características de los bailarines, se acertó plenamente el objetivo de caracterizar a cada uno de los personajes, aspecto que significó la merecida y muy larga ovación, por parte del público asistente.

La Dama y el Bufón, un trabajo temprano de uno de los más grandes coreógrafos del siglo XX, John Cranko, que utiliza arreglos de música de Verdi, plantea la tierna historia del como una dama de sociedad, a la que aspiran muchos nobles pretendientes, se rinde ente el amor de un bufón (algo vagabundo), quien sin ningún estereotipo, la conquista con la pureza de su sencillez.

Los Bufones (Rodrigo Guzmán y Esdras Hernández) foto Patricio Melo
Los Bufones (Esdras Hernández y Rodrigo Guzmán) foto Patricio Melo

En el, tal como ocurre con otros trabajos de Cranko, se combina la danza clásica y la contemporánea, en una síntesis, donde no se elude la danza-teatro, mostrando en este caso el contraste de dos mundos tan opuestos, como lo son la aristocracia y el de los bufones, algo mendicantes.

La fiesta en la casa del Señor Midas. foto Patricio Melo
La fiesta en la casa del Señor Midas. foto Patricio Melo

La funcional escenografía de Elizabeth Dalton, responsable además del hermoso vestuario, junto a la eficaz iluminación de Ricardo Castro, son el marco de esta especie de fábula, remontada en esta oportunidad por Rolando D´Alesio, quien perfiló muy bien cada uno de los personajes, logrando diferenciar por ejemplo, al dueño de casa, al capitán y al príncipe, tanto como a los diferentes concurrentes a la fiesta, lo anterior, es para señalar, que su trabajo no solo estuvo dedicado a los solistas.

La Capricciosa (Natalia Berríos) en la fiesta. foto Patricio Melo
La Capricciosa (Natalia Berríos) en la fiesta. foto Patricio Melo

Natalia Berríos, fue la Capricciosa, la misteriosa dama de los antifaces, desarrollando magníficamente su papel, desde la indiferente ante el cortejo cortesano, para rendirse luego e incondicionalmente a Moondog; su presencia escénica, la seguridad de sus pasos y desplazamientos, la interacción con el resto de los personajes, le permitió crear un poderoso personaje, que conquistó al público.

Bufones en su presenatción en la fiesta. foto Patricio Melo
Bufones (Rodrigo Guzmán y Esdras Hernández) en su presentación en la fiesta en casa del Sr. Midas. foto Patricio Melo

Enternecedores fueron Rodrigo Guzmán y Esdras Hernández, como los bufones amigos, Moondog y Bootface; agregado a su estupenda técnica danzística, mostraron una teatralidad, a ratos conmovedora, sus gestos, propios de la mimo-danza, y cercanos a lo chaplinesco, llenaron de humanidad el escenario.

Moondog (Rodrigo Guzmán) y la Capricciosa (Natalia Berríos) foto Patricio Melo
Moondog (Rodrigo Guzmán) y la Capricciosa (Natalia Berríos) foto Patricio Melo

La escena, cuando Moondog baila con la Capricciosa, mientras son observado por Bootface, sentado en el suelo, detrás de una silla, fue de poética belleza, tanto como la exuberante presentación de ambos, ante los invitados; la escena final de los tres en la calle, es digna del teatro de Beckett.

Señor Midas (José Miguel Ghiso) y la Capricciosa (Natalia Berríos) foto Patricio Melo
Señor Midas (José Manuel Ghiso) y la Capricciosa (Natalia Berríos) foto Patricio Melo

El Señor Midas, fue asumido con el profesionalismo y prestancia de siempre por José Manuel Ghiso, mientras que el Príncipe Arroganza, lo bailó Sebastián Vinet, le vimos un tanto frío e impersonal en expresividad, tal vez algo indicado por la dirección, para acentuar el carácter de su personaje, pero muy sólido técnicamente; muy histriónico y muy bien en baile, estuvo Lucas Alarcón, quien con mucha gracia, fue el Capitán Adoncino. El complemento del resto de la compañía, fue de gran solidez y presencia escénica.

Señor Midas (José Mauel Ghiso), Capitán Adoncino (Lucas Alarcón) y el Príncipe Arroganza (Sebastián Vinet) foto Patricio Melo
Señor Midas (José Mauel Ghiso), Capitán Adoncino (Lucas Alarcón) y el Príncipe Arroganza (Sebastián Vinet) foto Patricio Melo

Simplemente extraordinario, encontramos El Joven y la Muerte, en estreno para Chile, la sobrecogedora coreografía de Roland Petit, con libreto de Jean Cocteau, que utiliza la música de la Passacaglia en Do menor para órgano, en una orquestación, que nos parece de Leopold Stokowski.

La Muerte (Romina Contreras) seduce al suicidio al Joven (Luis Ortigoza). foto Patricio Melo
La Muerte (Romina Contreras) seduce al suicidio al Joven (Luis Ortigoza). foto Patricio Melo

Se trata de una coreografía expresionista, con tintes existencialistas, que utiliza el marco original escenográfico de Georges Wakhévitch, el vestuario de Karinska, además de la iluminación de Jean-Michel Désire, creando un impacto visual casi surrealista, cuyo final es de arrolladora e impactante fuerza.

El Joven (Luis Ortigoza). foto Patricio Melo
El Joven (Luis Ortigoza). foto Patricio Melo

La reposición fue del coreógrafo Luigi Bonino, quien contó para los dos roles protagónicos, con un formidable Luis Ortigoza, que en la plenitud de sus condiciones, con una madurez expresiva sobresaliente, crea un personaje difícil de olvidar, muy alejado de todos sus roles anteriores, su trabajo físico, sus impresionantes saltos, el uso de sillas y mesas, pero por sobre todo, su fuerza como actor, en soledad o interactuando con la Muerte, le ratifican como figura indispensable de la danza de nuestro país.

La Muerte (Romina Contreras) y El Joven (Luis Ortigoza). foto Patricio Melo
La Muerte (Romina Contreras) y El Joven (Luis Ortigoza). foto Patricio Melo

Una estupenda sorpresa, fue su debut, en un rol protagónico de esta naturaleza, de Romina Contreras, que lleva poco más de una año en la compañía; no se equivocó Luigi Bonino al escogerla, primero por su extrema juventud, 18 años, su solidez técnica, presencia escénica, convirtiendo su participación junto a Ortigoza, en una de las grandes revelaciones en danza, ya que demostró en el oscuro y sensual rol de la Muerte, una gran madurez.

El suicidio del Joven (Luis Ortigoza) foto Patricio Melo
El suicidio del Joven (Luis Ortigoza) foto Patricio Melo

La enorme ovación que lograron al final de la presentación, fue el justo premio, para una labor de excelencia.

La Orquesta Filarmónica de Santiago, fue dirigida por José Luis Domínguez, logrando carácter y hermoso sonido de ella, algún pequeño desajuste, o sonido crudo, no empañó para nada el buen resultado.

Una función que dejó a muchos espectadores, con deseos de verla nuevamente.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Elisa Álvarez
Elisa Álvarez
9 Años Hace

Plenamente de acuerdo con que el penúltimo programa del ballet fue una verdadera fiesta para los sentidos y para el alma,quedé emocionada con La Dama y el Bufón y sobrecogedora co El Joven y la Muerte.Luis Ortigoza está bailando mejor que nunca haciendo un papel alejado de la mayoría de los que ha hecho anteriormente,tiene mucho talento actoral y como bailarín superlativo.Romina Contreras ,una gran revelación ,su técnica y sobre yodo su elegancia y prestancia sólo permiten visualizar un gran futuro .

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