OTELLO NUEVO TRIUNFO DE LA ÓPERA ESTELAR.
Una vez más el elenco de la Ópera Estelar, conquistó un resonante éxito, en la brillante producción de Pablo Maritano para Otello de Giuseppe Verdi.
En medio de grandes expectativas, generadas por la presencia de algunos de los mejores cantantes nacionales, subió al escenario del Municipal, la tragedia de Shakespeare, a la que Verdi puso la música para el libreto de Arrigo Boito.
La escenografía de Enrique Bordolini, que recrea el Teatro El Globo, en cuyo escenario central, se alude a representaciones del período isabelino, termina transformándose en el cuarto acto, en el lecho de muerte de Desdémona, y es allí, donde los espectadores del Globo, contemplan con horror su asesinato y la muerte de Otello.
Este escenario móvil, crea diferentes espacios, y está íntimamente ligado a la sugerente iluminación, que además, con sutileza o fuerza, acentúa las situaciones; a manera de ejemplo, los claroscuros de la escena de la tormenta, o el brillo de la escena de los embajadores, la asfixiante atmósfera de la escena del credo de Yago y el posterior dúo de Otello con Yago, tanto como el rojo en la escena de los celos, y la fuerza del traje blanco de Desdémona, en contraste con el negro de la habitación, donde morirá, para que finalmente, al caer la cortina negra, reaparezca el Teatro El Globo, fuertemente iluminado, mostrando en siluetas a los espectadores, esta luego se desvanece hasta desaparecer, al morir Otello, en una imagen visual desgarradora.
En esta ocasión, hubo un pequeño cambio en la règie, en la escena del Credo de Yago, ahora el personaje la finaliza en el escenario del Globo, y no en la boca del Municipal.
No debemos olvidar la minuciosidad de Pablo Maritano –director de escena-, en acda una de las escenas, como en la llegada de Otello, en medio de la tempestad, pues cada corista o figurante, realiza movimientos precisos y acotados, al igual que en la escena de los embajadores. Del mismo modo, es importante destacar, el haber logrado de cada uno de los protagonistas, una actuación de enorme verosimilitud, consiguiendo que cada cantante -en ambos elencos-, extrajera sus mejores dotes de actor, aspecto fundamental, para que la ópera conmoviera fuertemente en muchos momentos.
El elenco de solistas, se encuentra en un nivel, que bien podría presentarse con mucho éxito, en cualquier escenario; ya lo hemos comentado anteriormente, los cantantes chilenos han dado pasos gigantescos en lo vocal y como actores, por ello se han convertido en factor de éxito asegurado, en muchas producciones.
Otello, lo vivió, y es justo decirlo así, pues José Azocar no solo cantó, se convirtió en el personaje; el tenor que está pasando por uno de los mejores momentos de sus carrera, agrega a su bella voz, la fuerza y dramatismo de sus agudos, que son de gran solidez, y como ahora es un buen actor, vivió su personaje, pasando desde el aguerrido combatiente del primer acto, a la sutileza de las escena de amor, luego al desconcierto e ira de duda por los celos, para finalizar con fuerza inusitada en el crimen y en su suicidio.
Paulina González, confirma el porqué ganó el premio de la crítica, a su magnífica voz, de sólidos forte y emocionantes pianissimo, agrega su capacidad dramática que le permite desarrollar un personaje, que desde al ingenuidad amorosa del inicio, luego sorprendida e incrédula ante las dudas y celos, del hombre que ama, para posteriormente y en medio del dolor, culminar en la violenta escena de los celos, donde será golpeada por Otello, por último, al intuir su muerte, canta en el dormitorio la bellísima canción de el Sauce y su conmovedor Ave María de gran impacto emocional. Tampoco será fácil olvidar el dúo de amor con Otello, de gran fuerza expresiva.
Un gran descubrimiento fue Fabián Veloz, que fue el malévolo e intrigante Yago, el barítono argentino, tiene una hermosa y poderosa voz, además de gran musicalidad, a ello suma una gran presencia escénica y fluidos desplazamientos, que le permiten ir tejiendo la trama de su intriga.
Sus cínicos comportamientos con Otello, tanto como con Rodrigo y Casio, para luego, al estar solo, hacer aflorar el malvado que lleva dentro, le convirtieron en un personaje tan repulsivo como atrayente, su Credo fue memorable, y tal vez, debido a su potente voz, la règie lo ubicó en el final de su aria, hacia el fondo, sobre el escenario del Globo; debemos mencionar su dúo con Otello, uno de los momentos más electrizantes de la función.
Gran prestancia vocal y escénica mostró el joven Nicolás Fontecilla, como Rodrigo, mientras que Paola Rodríguez, fue una muy convincente Emilia. Casio recayó en el talentoso y joven tenor Leonardo Navarro, de muy hermosa voz y convincente como actor.
La hermosa y potente voz, de Alexey Thikhomirov, acompañada de una gran presencia escénica, le permitió al bajo ruso, crear a un gran Ludovico, papel que también canta en la otra versión, al igual que Sergio Gallardo, que repite su buena actuación como Montano. Augusto de la Maza completa el reparto de esta estupenda versión de Otello.
El Coro, repite su gran performance, mientras que la Orquesta, ahora dirigida por José Luis Domínguez, cumplió una muy correcta tarea, Domínguez tuvo momentos muy logrados, solo al inicio se le produjo un pequeño desfase de pulso, con la cuerdas bajas del coro, que solucionó rápidamente, y en otros a su dirección le faltó la tensión necesaria, como en el dúo de amor, en contrario en el de Otello y Yago, obtuvo rotundo éxito, tanto como en la escena de los embajadores, y en el dramático final.
El público ovacionó largamente a cada todos los participantes de esta estupenda versión de Otello de Giuseppe Verdi.
Gilberto Ponce. (CCA)