MÚSICA DESDE EL BÁLTICO EN LA BEETHOVEN.

SOBERBIA PRESENTACIÓN DE LA KREMERATA BÁLTICA.

Ha sido una de las grandes sorpresas, que ha traído la Fundación Beethoven, a su Temporada Internacional Fernando Rosas, del Teatro Municipal de Las Condes, y como era lógico, terminó con el público ovacionando de pie.

La Kremerata Báltica. foto kursaal
La Kremerata Báltica. foto kursaal

Nos referimos a Kremerata Báltica, que dirige su fundador, el afamado violinista Gidon Kremer, quien para traspasar su gran experiencia, decidió fundar en 1997, este conjunto que cuenta con jóvenes instrumentistas de Estonia, Letonia y Lituania.

En su corta existencia, se han ganado un enorme prestigio, razón por la que grandes solistas vocales e instrumentales, no han dudado en actuar junto a esta estupenda orquesta de cámara.

Su director Gidon Kremer, sin duda es, lo más alejado a un divo, pues jamás busca protagonismo a través de piruetas virtuosas, en él, solo importa el hacer música, y de la grande, con su sonido hermoso y casi íntimo, muy acorde a las obras presentadas.

Gidon Kremer y la Kremerata Báltica. foto nytimes
Gidon Kremer y la Kremerata Báltica. foto nytimes

Su labor, se ha enfocado en la búsqueda del bello sonido que tiene la orquesta, logrando una musicalidad que les brota naturalmente, con ataques, cortes, acentos, fraseos y arcos de gran perfección, razón por la que cautivaron al público, con cada una de las obras que interpretaron.

El programa mezcló inteligentemente obras clásicas y contemporáneas, en un orden que sorprendió gratamente a los asistentes.

Mieczyslaw Weinberg. foto visionescriticas
Mieczyslaw Weinberg. foto visionescriticas

Comenzaron con el Concertino para violín y cuerdas, Op. 43 de Mieczyslaw Weinberg, caracterizada tanto por el bello sonido, como por su afiatamiento, manejando perfectamente el balance sonoro, entre solista y conjunto, con gran expresividad a la vez que mostrando elegantes pizzicato.

Giya Kancheli. foto wikipedia
Giya Kancheli. foto wikipedia

Siguieron con la Oración Silenciosa del georgiano Giya Kancheli, obra para violín, chelo y vibráfono, que destaca por su bello juego de timbres y atmósferas, en su lenguaje oscuro, ascético y moderno, aquí nos mostraron un lujo de crescendo y diminuendo, mezclado con súbitos contrastes dinámicos; la sutil y expresiva obra, en la que no solo destacó la interpretación de Kremer, también se admiró la solvencia y musicalidad, de la hermosa solista en chelo Giedre Dirvanauskaite.

Una gran sorpresa, se produjo en el público, cuando antes de iniciar la segunda parte, se pidió al público, no aplaudir, sino al final de las tres obras, ya que estas se interpretarían sin interrupción, la sorpresa estaba en que la segunda, era nada menos que Cuadros de una Exposición, a la que seguiría, una obra para violín solo.

Pero cuanta razón había en la petición, pues el arco expresivo conseguido en esta fusión, solo vino a maravillar aún más al público, al comprender el porqué de la petición.

El compositor Piotr Ilich Tchaikovsky. foto viisonescriticas
El compositor Piotr Ilich Tchaikovsky. foto viisonescriticas

La Serenata Melancólica de Piotr Ilich Tchaikovsky, en un arreglo de Desyatnikov, nos mostró la sensibilidad extrema de Kremer, en sus diálogos con el conjunto, con progresiones dinámicas, que solo llegan al mezzoforte, acentuando la profunda melancolía, que serenamente llega a la sutileza del final; todo mientras Gidon Kremer, hacía abandono del escenario discretamente, para dar paso al arreglo de Cohen/Pushkarev de los famosos Cuadros de una Exposición de Modest Mussorgsky, recordemos que el original es para piano, y posteriormente Maurice Ravel, la orquestó, en la mundialmente conocida versión.

Este arreglo, es solo para cuerdas y percusión, no obstante es de tal creatividad, en cuanto a la creación de timbres, así como en la inteligente incorporación de la percusión, que constantemente entrega novedad.

Kremerata Báltica. fofo nytimes
Kremerata Báltica, y Gido Kremer finalizando una obra, en otra presentación. foo nytimes

Bien se sabe de las grandes dificultades rítmicas que presenta la partitura, en sus doce partes, además del famoso Promenade, sin embargo, la versión de ejecutó, sin director, y con pasmosa perfección; fraseos musicales, ataques y cortes perfectos, arcos impecables, asombrosos pizzicato, y como si fuera poco, juegos dinámicos que iban del pianissimo al fortissimo, con la más absoluta naturalidad.

Modest Mussorgky joven. foto wikipedia
Modest Mussorgky joven. foto wikipedia

Es difícil establecer categorías, en relación a que número, fue mejor, por ello destacaremos la calidad de los solos instrumentales, violín (Dzeraldas Bidva), chelo (Giedre Dirvanauskaite) y los sorprendentes dos percusionistas (Andrei Pushkarev y Pavel Bialiayeu), que acometieron una gran cantidad de instrumentos.

Valentyn Silvestrov foto. allmusic
Valentyn Silvestrov foto. allmusic

El poderoso forte, con concluye, tuvo un decrescendo, mientras ingresó nuevamente Gidon Kremer, para interpretar la Serenata para violín solo de Valentyn Silvestrov, de inspirada y sutil quietud, que mantuvo en vilo a los presentes, tanto por la versión como por su poesía.

El público, de pie no cansó de ovacionar, hasta que el conjunto ofreció un sólido Piazzolla como encore.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Jaime Torres Gómez
Jaime Torres Gómez
8 Años Hace

GRAN concierto, suscribiendo totalmente esta crítica!!!!,
Jaime Torres .

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