SEGUNDO PROGRAMA DE CÁMARA UC.
Doce músicos dieron vida al segundo programa de la “Temporada de Música de Cámara UC.” que se está desarrollando en el GAM.
Las obras de los seis compositores presentados, son de diferente calibre, demostrado por la fría reacción del público, ante algunas de ellas, independiente de la interpretación, que fue extremadamente profesional.
Guillermo Lavado en flauta, Rodrigo Pozo en viola
y Carlos Arenas en contrabajo, abrieron la presentación con el “Concertino” de Erwin Schulhoff, para esta atrayente combinación instrumental. La obra escrita en 1925 tiene un lenguaje que se acerca al expresionismo, manejando contrastes de color entre las cuerdas y la flauta, logrado gracias al excelente balance sonoro, incluso alterna la flauta con el flautín, en el segundo movimiento y haciendo tocar ambos en el último. Con el instrumento más liviano acentúa lo rítmico, y con el otro lo melódico. La obra fue muy bien recibida, por lo contrastante de sus partes, que demandan un gran virtuosismo de sus intérpretes, el que fue plenamente logrado por cada uno de los músicos.
Luego Luis Alberto Latorre en piano y el mismo Lavado en flauta, abordaron la “Sonata para Flauta y Piano” de René Leibowitz, escrita en 1944, obra bastante hermética, cercana al dodecafonismo, exige del flautista sonidos poco usuales, presentando en ambos instrumentos esquicios melódicos, a la manera minimalista; no obstante la estupenda versión, el público la recibió discretamente. El “Trío para Saxofón tenor, viola y piano” de Paul Hindemith, fue estrenado recién ahora en Chile, pese haber sido compuesto en 1928, la objeción mayor para la versión, se refiere al balance, Miguel Villafruela uno de los mayores expertos de nuestro país, no logró equilibrar el gran sonido del saxofón, con los otros instrumentos.
La obra, se inicia con un contundente solo del piano, magníficamente tocado por Latorre, que abordó las innumerables dificultades, con su habitual profesionalismo, la obra divaga bastante, pero amalgama bien el sonido instrumental, en un momento alude al jazz, que contrapone a fragmentos tensos, siempre de gran dificultad, todos resueltos estupendamente por los tres solistas, recordamos las expresivas y musicales frases de la viola.
El “Minimalismo” pleno, se hizo presente en el
“Cuarteto para violín, clarinete, saxofón tenor y piano” de Anton Webern, en su primer movimiento expone un tema reiterativo en dinámica piano, que gracias a la dirección de Aliocha Solovera, consiguió un perfecto balance y gran cohesión, en el segundo marcado por el forte, se juega con crescendo y diminuendo, que comunican una enorme tensión y angustia; de la versión solo podemos decir, que fue espléndida.
Nos parece que una de las obras de mayor interés fue,
“Slavonic Rhapsody Op. 23” de Viktor Ullmann para saxofón y piano, con Villafruela y Latorre como intérpretes. La obra transita por diversos estados, desde la ironía al tormento, la amarga alegría a un aparente júbilo del final, todo mezclado con temas de carácter popular, cantábiles y muy expresivos, la versión fue un éxito rotundo, reconocido con enormes aplausos por la concurrencia.
Finalizaron con una estupenda versión del “Noneto 1” de Hans Eisler, obra para flauta, clarinete, fagot, corno, saxofón, piano y cuerdas, que fue dirigida por
Aliocha Solovera, manejando en gran forma tanto los cambios de carácter, como los contrastes dinámicos, en un lenguaje expresionista y ecléctico en su modernismo, a lo largo de su desarrollo, quedó de manifiesto la musicalidad y gran profesionalismo del director, como de cada uno de los ilustres intérpretes.
Gilberto Ponce. (CCA)