Enero, es el mes en que muchas personas aprovechan para asistir, a la gran variedad de espectáculos que se ofrecen en Santiago.
Como muchos de ellos son gratuitos, el interés es doble, y no es extraño que los lugares donde estos se presentan, se vean sobrepasados por una enorme cantidad de espectadores.
La larguísima fila, que llegaba desde el Centro de Extensión UC hasta Marcoleta, confirma el aserto, se trataba de la versión comprimida a dos horas sin interrupción, de la famosísima ópera de Wolfgang Amadeus Mozart “La Flauta Mágica”, cuyo estreno en Diciembre se había suspendido, debido a la tragedia de la Cárcel de San Miguel.
Una vez más Miryam Singer, estaba a la cabeza del proyecto, generando grandes expectativas, debido a sus anteriores y exitosas puestas en escena.
Con una sala desbordante, se presentó esta “ópera para la familia”, suprimiendo algunas partes, y a veces las segundas estrofas de las arias, los recitativos se simplificaron a un lenguaje más cotidiano y fueron en español.
La puesta en escena fue muy lúdica, haciendo un uso estupendo de multimedia como soporte escenográfico, baste señalar el formidable y mágico inicio durante la obertura, los ingresos de los personajes a los templos, o bien cuando estos aparecen entre nubes o flores; sería muy largo enumerarlos todos.
En este marco se desarrolló la historia, con los personajes vestidos a la usanza de cuento infantil, con guiños a lo moderno, incluso algunos desplazándose en bicicletas o patines, con apariciones que no cesaban de sorprender a los espectadores, contando a muchos niños, que manifestaban sin inhibiciones y en voz alta su sorpresa o admiración, como ante la deliciosa escena del encantamiento de los animales, genialmente resuelta por un grupo del coro.
Para nadie es un misterio, que “La Flauta mágica” es una de las óperas más complejas de montar, por su infinidad de escenas contrastantes, que se suceden sin pausa, en este sentido y considerando las escasas condiciones físicas del Centro de Extensión UC, la puesta en escena fue un éxito notable.
Una vez más, Miryam Singer asumió el diseño de vestuario, iluminación, régie, guión y la dirección audiovisual, para la realización audiovisual -del más alto nivel- contó con Arnaldo Valdés, Erwin Shell, y Miguel Ángel de la Sotta (quien produjo además el asombroso dragón), vestuario confeccionado por Angélica Concha y las ilustraciones de Jessica Espinoza.
Paulina González soprano fue una estupenda “Pamina”, a su bellísima voz y presencia escénica, se agrega su desempeño actoral, “Tamino” lo asumió el tenor Iván Rodríguez, el papel parece ser a su medida, muy bien vocalmente, brillante al comienzo, con gran apostura escénica, mucho más suelto que en otras oportunidades, parece haber reencontrado su rumbo.
Madelene Vásquez como “Reina de la Noche”, se desenvuelve muy bien en su máquina escénica, que le otorga altura y presencia, pero sus dos arias, fueron contrastantes, en la primera, se le vio nerviosa, no obstante en la más famosa, cuando pide a “Pamina”, que mate a “Sarastro”, obtuvo un resonante éxito.
El papel de “Papageno” codiciado por los barítonos, fue estupendamente resuelto por Cristián Moya, a su gran seguridad agrega su timbrada voz y una natural y espontánea simpatía actoral. Graciosa y simpática fue “Papagena” que cantó muy bien Jenny Muñoz. “Sarastro” un rol difícil, se convirtió en un problema –al menos en el estreno- para el solvente David Gáez, con voz muy irregular, incluso con leves desafinaciones, muy lejos de otras presentaciones, como “Hombre armado 2” se superó ampliamente, correcto Francisco Espinoza como “Hombre armado 1”.
Muy bien perfilado en lo vocal y como actor estuvo Daniel Farías como “Monostatos”, debemos alabar la gracia, simpatía y extraordinaria seguridad vocal de los “Tres Genios” que cantaban mientras se desplazaban en patines y bicicletas (Carla Pérez, Grete Bussenius y Elena Pérez), el otro trío, el de las “Tres Damas” de la Reina de la Noche, vocalmente impecables, y sensuales en su actuación (Jessica Rivas, Constanza Dörr y María José Uribarri).
El “Coro de Estudiantes UC” (Dir. Víctor Alarcón) con un entusiasmo contagioso, muy seguros, con voces timbradas y gozando su actuación.
La “Orquesta USACH” que dirige David del Pino Klinge, tuvo un correcto desempeño, con momentos francamente brillantes, siempre muy alertas a una batuta, que no fue siempre muy precisa, incluso le adjudicamos algunos pequeños desencuentros con los cantantes, creemos que en ciertos momentos le faltó la fuerza necesaria para obtener resultados más vibrantes.
En todo caso, fue el sustento justo para una función que no defraudó y encantó al público que abarrotó el Centro de Extensión UC.
Gilberto Ponce (CCA)
Estimados señores
Soy profesor de teatro de un colegio con niños discapacitados y con
sindrome de Down, fui testigo presencial de una de las presentaciones
y queria saber si ustedes tienen la musica en español editada de
algun modo para comprarla o acceder a ella pues me interesaria
montar este espectaculo con mis alumnos.
Muy agradecido espero su respuesta
Manuel Donoso Hernandez
09 7815097
manuelactor_d@yahoo.com
Estimado Manuel, no tengo una edición en español, pero veré modo de conseguir alguna, por lo menos, de las traducciones para sobre títulos, que se podrían adaptar a la partitura.
Estemos en contacto, mi correo: gilbertoponcevera@gmail.com teléfono 341 02 76