LA EXCELENCIA MUSICAL DEL TRÍO GUARNIERI.
Se trata de una de las visitas más esperadas, de las Temporadas de la Fundación Beethoven, nos referimos al mundialmente conocido Trío Guarnieri de Praga, que en cada una de sus visitas han deslumbrado, y en esta ocasión no defraudaron, alcanzando cotas de excelencia, siendo un privilegio escucharles en nuestro país.
Su presentación, en la Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas, ante un Teatro Municipal de Las Condes repleto, será sin duda uno de los eventos musicales del presente año.
El conjunto, no solo es perfecto en lo musical, ya que cada intérprete logra entablar una especial relación de cercanía con el público, que escucha embelezado sus interpretaciones, en este caso obras de Josef Suk, Bedrick Smetana y Ludwig van Beethoven.
Perfecto balance, que realzó el diálogo entre las voces, fue una de las características de la Elegía Op. 23 de Josef Suk, que inició la presentación, destacaremos además la sección pianissimo, con las cuerdas en sordina, por su extraordinaria sensibilidad.
Luego de la pequeña joya del comienzo, interpretaron el Trío en Sol menor Op. 15 de Bedrich Smetana, obra de singular belleza, en la que se mezcla exquisitamente lo popular checo, con lo docto, en una síntesis que sorprende por su originalidad.
En esta versión para el Trío de Smetana, desbordaron romanticismo de la mejor clase, deslumbrando con el manejo dinámico, de su indisimulado lirismo.
Destacaremos las progresiones del primer movimiento, así como el desempeño del violín que tiene una gran responsabilidad en esta sección, que plantea el modelo de articulaciones para los otros instrumentos.
Gracia y virtuosismo, a pesar de su carácter íntimo, mostró el segundo, donde las voces melódicas están a cargo de la cuerdas, mientras que el piano, es su complemento; la lógica en los fraseos acentúa su sensible expresividad, pero siempre cambiando sutilmente de carácter en cada una de las secciones.
Virtuosismo apabullante, caracterizó la primera sección del tercero, luego en la sección lenta afloró una bella expresividad lírica, la versión fue de exquisita perfección, mientras que ellos traslucían su goce por tocar.
El genial Trío en Si bemol mayor Op. 97, llamado Archiduque, de Ludwig van Beethoven, finalizó el programa, el que fue tocado en el más estricto estilo, acentuando los contrastes, manteniendo en todo momento, una expresividad a ratos contenida, que permitió mostrar mejor las pequeñas filigranas de algunas secciones.
Extrema gracia musical, trajo el segundo, a través de contrastes en las articulaciones, el piano tubo en esta sección un desempeño formidable.
El tema es presentado por el piano, en el tercer movimiento, complementado por las cuerdas, convirtiéndose, casi en una «canción sin palabras”, donde se permitieron además una conmovedora progresión dinámica.
Gracia y carácter, marcó el cuarto, además del lógico virtuosismo, que llevó a los asistentes, al finalizar a exigir dos encore, un genial Dumka (Nº 6) de Dvorak y un emotivo movimiento de Beethoven.
El público habría querido seguir gozando, de este modelo de perfección, pero ya era hora, que los ilustres visitantes descansaran; sin duda uno de los grandes momentos de la temporada, que se agradece a la Fundación Beethoven.
Gilberto Ponce. (CCA)