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LA EXCELENCIA DEL «CURTIS ON TOUR» EN LA FUNDACIÓN BEETHOVEN.

 CURTIS ON TOUR, UNA CLASE MAGISTRAL EN LA FUNDACIÓN BEETHOVEN.

Una de las características que distingue las Temporadas de la Fundación Beethoven, es el alto nivel de los conjuntos que se presentan, y lo más interesante es que en ocasiones, algunos de ellos deslumbran, como ocurrió con la presentación del grupo de solistas del llamado “Curtis On Tour”, un grupo de cuatro solistas del Curtis Institute of Music de Filadelfia, que en esta ocasión llegaron hasta Santiago en una gira por varios países.

Debemos señalar que este es uno más de los múltiples ensambles de ese Instituto, que durante años vienen realizando giras mundiales, con sus alumnos aventajados y a veces incluyendo profesores, cuidando siempre la excelencia.

             José Franch- Ballester, Teng Li, Sarah Fliess y Adrián Zaragosa. foto Fundación Beethoven

Y vaya que si lo demostraron la soprano Sarah Fleiss, el clarinetista José Franch- Ballester, la violista Teng Li y el pianista Adrián Zaragoza, con un programa tan ecléctico como interesante, que tuvo como eje un homenaje a Leonard Bernstein quien fuera alumno y docente del Curtis Institute uno de los centros músico/docente más prestigiosos de Estados Unidos.

El programa abarcó diversas combinaciones instrumentales y vocales, pero manteniendo siempre al pianista en todas las obras, por ello era indispensable que este tuviera la mayor solvencia, y en este aspecto fue donde el muy joven Adrián Zaragoza apabulló tanto con su musicalidad como su extraordinaria técnica y acercamiento al estilo de cada una de las obras que acompañó, deslumbrando por su manejo dinámico preciso y sobre todo por su estupenda digitación  e integración con cada solista o combinación instrumental. Las ovaciones que recibió fueron la retribución a su extraordinario desempeño, las que agradeció con enorme sencillez, a la manera de los grandes.

                                         El clarinetista José Franch- Ballester foto Fundación Beethoven

Leonard Bernstein era aún estudiante del Curtis Institute, cuando compuso su Sonata para Clarinete y Piano, dedicada a un gran solista de la época, en ella ya es posible apreciar algunas de las características de sus grandes composiciones futuras, como el magnífico manejo rítmico y su acercamiento a la música popular en medio de grandes dificultades técnicas para los instrumentistas, las que fueron salvadas con maestría y musicalidad por los intérpretes, agreguemos el hermoso sonido del clarinete de José Franch- Ballester mostrando fraseos y articulaciones de la mejor factura, pero nada de ello habría resultado sin el asombroso acompañamiento en el piano de Adrián Zaragosa.

Luego el pianista acompañó a la soprano Sara Fleiss en seis canciones de Leonard Bernstein, tres de West Side Story que cantó con hermosa voz así como interpretándolas según texto y carácter, estas fueron: “Esta noche”; “Me siento guapa” y por último conmovió con: “En algún lugar”. La soprano y su cálida voz siguió con tres canciones de Peter Pan, con el mismo éxito y musicalidad de las tres anteriores, con el impecable acompañamiento de Zaragosa.

                                        La soprano Sarah Fliess. foto Fundación Beethoven

La segunda parte se inició con uno de los lieder más famosos y complejos de Franz Schubert, «El pastor en la roca» sobre versos de W. Müller entre otros poetas, obra escrita para una combinación poco usual, soprano, clarinete y piano, partitura que involucra un gran desafío debido a las grandes exigencias que tiene para todos sus intérpretes, la versión fue una joya en todo sentido, en la que cada intérprete se acopló con el resto de manera ejemplar, qué decir del exquisito manejo dinámico y expresivo, con derroche de musicalidad, el público ovacionó a Sarah Fleiss, José Franch- Ballester tanto como a Adrián Zaradosa.

                                           La intérprete en viola Teng Li. foto Fundación Beethoven

Con una obra de carácter programático de la compositora estadounidense Rene Orth, siguió el programa, se trata de “Death is Nothing At All”, escrita para soprano, viola y piano, integrándose ahora Teng Li en viola, en la obra se observó un cuidadoso estudio del equilibrio sonoro y expresivo para aludir a que, “la muerte no sería lo último”, partitura que posee un lenguaje de estilo abierto en su severo contexto, la que recibió una contundente interpretación.

                                                El pianista Adrián Zaragosa. foto Fundación Beethoven

Una verdadera fiesta para los sentidos fue la “Colección de Ocho piezas” op. 83 de Max Bruch para clarinete, viola y piano, escritas para su hijo clarinetista, que interpretaron José Franch- Ballester y Teng Li y Adrián Zaragosa, en la que cada una de ellas posee un carácter diferente; extrovertida, íntima, irónic entre otros, que en total hacen un todo orgánico que nunca pierde su interés por el predominio de su brillante estructura, en la versión los interpretes gozaron tanto como el público, con la magnífica interpretación, que fue ovacionada largamente por el público.

Una jornada a cargo del del joven y talentoso conjunto “Curtis On Tour”, que será recordada largo tiempo por su excelencia.

Gilberto Ponce (CCA)

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