IV GALA INTERNACIONAL DE BALLET

ECOS DE LA IV GALA INTERNACIONAL DE BALLET EN EL TEATRO ORIENTE.

Todos los participantes de la Gala, agradecen las ovaciones del público al final de la función. foto Patricio Melo

La actividad cultural en nuestro país, está retomando lentamente su normalidad, por ello es que todas las instituciones relacionadas con la cultura, están ya, ofreciendo cada vez más atractivas ofertas.

Entre ellas la Fundación Cultural de Providencia, probablemente sea la que ofrece uno de los abanicos de mayor amplitud, con conciertos en vivo, transmisiones en diferido de espectáculos del Covent Garden de Londres, exposiciones, charlas, etc; su Director Ejecutivo Jorge Andrés González Granic, ha logrado posicionar a la Fundación, como una de las más activas de la capital.

Su primer gran logro, fue organizar en el año 2017, la I Gala Internacional de Ballet, con la que obtuvo un resonante éxito, esto se replicó hasta 2019, donde la pandemia impidió su continuidad, por ello es que esta IV Gala, causó enorme expectativas, agotando las entradas de sus dos funciones.

Y no dudamos en afirmar que, que todos quienes asistieron, vieron completamente satisfechas sus expectativas, pues se trató de una verdadera joya, en el campo de la danza, tanto por el repertorio, como por la calidad de los bailarines, que provenían de diversas y muy famosas compañías, junto a estas estrellas, actuaron cinco integrantes del BANCH (Ballet Nacional Chileno), causando muy buena impresión, como intérpretes.

Cloe Misseldine, Cisne negro y Reece Clarke Príncipe, Pas de deux del Lago de los Cisnes. foto Patricio Melo

El repertorio abarcó, desde lo más clásico del ballet, hasta lo más contemporáneo, en un estudiado y atrayente resultado, en el que predominaron los Pas de deux, un impresionante solo, y un trío que aportado por la compañía nacional.

Otro aspecto a destacar, es que, siempre durante el desarrollo del programa, este logró capturar el interés total de la audiencia, sin duda debido a una progresión y contraste, manteniendo siempre un constante interés.

Creemos inoficioso referirnos a aspectos técnicos, pues estos están presentes siempre en cada uno de lo intérpretes, por lo que este análisis, considerará especialmente, el aspecto expresivo de los intérpretes, y algunos alcances, sobre las coreografías, especialmente las más contemporáneas, sin pretender categorizar a los bailarines, pues cada uno de ellos, tiene una impronta que los distingue.

                           Luciano Perotto, en su impresionante «Gopak». foto Patricio Melo

A la pareja formada por Chloe Misseldine y Reece Clarke, del American Ballet Theatre de New York y del Royal Ballet de Londres, les correspondió bailar de El Lago de los Cisnes, los Pas de deux del cisne blanco y el cisne negro, dando un cuidadoso trato a la interacción, manteniendo las diferencias, tanto en la personalidad de ella, y como él, se manifiesta ante ambos personajes, fueron ovacionados por el público.

De gran belleza y perfección fue el Pas de deux de Giselle, tanto como el Grand Pas Classique que bailaron Camille Bon y Thomas Docquir ambos del Ballet de la Ópera Nacional de París.

Luciano Perotto, del Ballet de Monterrey (México), logró grandes ovaciones en su espectacular solo Gopak, que enardeció a los presentes.

          Juliano Nunes y Marcelino Sambé en uno de sus impresionantes Pas de deux. foto Patricio Melo

Nos pareció, muy interesante, el compacto Dual, con música de Chopin, bailado por Marine Garcia y Fabián Leguizamón, coregrafiada para el Banch, por Mathieu Guilhaumon, que consiguió una entusiasta recepción, mucho mayor que Chacona, con música de J.S.Bach, también de Guilhaumon, muy profesionalmente bailada por Vanesa Turelli, Facundo Bustamante y Morvan Teixeira, todos del Banch, que resultó demasiado reiterativa y extensa.

Juliano Nunes (Coreógrafo) y Marcelino Sambé (Royal Ballet de Londres), se constituyeron, en una enorme sorpresa, con sus espectaculares, a la vez que sensibles Dying Swans y Debussy, dos coreografías de Nunes, en las que con inteligencia poética, desarrolla a la vez, con virilidad y sensualidad ambos trabajos, que tienen música de Fokine y el Claro de Luna de Debussy, la reciedumbre casi magnética de ambos bailarines, hizo estallar en aplausos y admiración al público, que tal vez se enfrentaba por primera vez a dos Pas de deux masculinos.

                  Momoko Hirata y William Bracewell, bailando The Dream. foto Patricio Melo

Otro de los momentos altos de la estupenda velada, lo proporcionaron Momoko Hirata del Birmingham Royal Ballet, junto a William Bracewell, perteneciente al Royal Ballet de Londres, con su extraordinaria escena del Balcón de Romeo y Julieta, en la que ambos se convirtieron en los amantes adolescentes de Verona, en la coreografía de Sir Kenneth MacMillan, y luego se desdoblaron con gracia indecible en The Dream (parte de Sueño de una noche de verano de Shakespeare), de Sir Frederick Ashton.

Asimismo, enorme impresión causaron Anna Ol (Ballet Nacional de los Países Bajos) y Jakob Feiferlik (Ballet Estatal de Baviera), con Luminous, de serena belleza y gran perfección técnica, que se incrementó con la poesía expresiva de Trois Gnossiennes, con música de E. Satie, que arrancó ovaciones del público.

El Gran Final, en el que participaron todos los intérpretes, se constituyó en el broche de oro, para una Gala que confirma la excelencia de los espectáculos, que organiza la Fundación Cultural de Providencia.

                    Anna Ol y Jacob Feyferlik, bailando Trois Gnosiennes. foto Patricio Melo

Gilberto Ponce. (CCA)

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Carolina Munízaga
17 Días Hace

Un deleite cada bailarín y la visión de Jorge Gonzalez G no deja de sorprender !!!!amazing

Carolina Munízaga
17 Días Hace

Muy acertada crítica

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