IMPORTANTE CONCIERTO SINFÓNICO CORAL.

                      MISA SOLEMNE SANTA CECILIA DE CHARLES GOUNOD.

Como parte de su Temporada 2023 la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, interpretó en el Teatro Municipal de Las Condes, la hermosa y poco interpretada en nuestro país, Misa Solemne Santa Cecilia, del francés Charles Gounod. Obra que causó gran impacto en su estreno en París, por la honestidad de su mensaje, religioso y musical, el compositor Camille Saint-Saëns, no escatimó elogios: “una luz de inspiración, nos lega Gounod, con su misa”.

El Director del concierto François López-Ferrer. foto TMLC

Obra muy lírica, que reúne las mejores características, de esta tendencia en Francia, derroche de bellas melodías, con un carácter que es tanto exultante como reconcentrado y místico, mientras que, al mismo tiempo es muy exigente con sus intérpretes, en particular con las voces, ya sean los solistas o el coro.

Un selecto grupo de solistas fueron sus intérpretes, ellos fueron, la soprano Andrea Aguilar, el tenor Felipe Gutiérrez y el barítono Arturo Jiménez, junto al Coro de la Universidad de Chile (Coro Sinfónico y Camerata Vocal, dir Juan Pablo Villarroel), todos dirigidos por el muy solvente director François López-Ferrer.

Los solistas Andrea Aguilar, soprano, Felipe Gutiérrez tenor y Arturo Jiménez barítono, junto a la Sinfónica. cantando la Misa de Gounod foto TMLC

La obra, tiene además de su gran inspiración, algunas características muy especiales, entre ellas podemos destacar que, para el coro utiliza solo las voces de soprano, tenores y bajos, donde en muchas secciones, estas voces están divididas a dos, por ello es que, las contraltos del coro cantan la voz de la segunda soprano, o bien unísono con la primera, salvo en los frecuentes y exigentes agudos.

Asimismo, el compositor asigna una gran cantidad de unísonos al coro, que acentúan la importancia o solemnidad de algunos textos, otorgando de paso, enorme fuerza a esas frases, las que se complementan con el espléndido soporte instrumental, que es, lo que ocurre en el monumental Credo.

François López-Ferrer dirigiendo a todo el conjunto la Misa de Gounod foto TMLC

Otras “novedades”, se encuentran en la incorporación de un Ofertorio, solo para la orquesta, antes del Sanctus, así como el agregar algunos textos en el Agnus Dei, supuestamente el final de la misa, pero Gounod, agregó para finalizar un Himno; “Domine Salvum”, que hacía alusión al emperador Napoleon III, algo que fue reemplazado posteriormente, por una petición u oración por la Patria.

Gounod es particularmente cuidadoso con el equilibrio, entre solistas y coro, tanto en su estructura antifonal (preguntas, respuestas o imitaciones), como en hermosos diálogos, al tiempo que, algunas frases o fragmentos, se reiteran acentuando su sentido, y contribuyendo al equilibrio.

López-Ferrer, fue cuidadoso en en el manejo de contrastes dinámicos y de carácter, consiguiendo de la Sinfónica, no solo bello sonido, en todas las familias, también fraseos y articulaciones de notable expresividad.

En su desarrollo, hubo momentos de verdadera magia, como en el Sanctus, de belleza casi mística, o de arrolladora fuerza, como en el Credo; el haber destacado estos números, no significa en absoluto, que el resto, no fuera de gran nivel.

El Coro de la Universidad de Chile, integrado por el Coro Sinfónico y la Camerata Vocal, dirigidos por Juan Pablo Villarroel, cumplió un magnífico desempeño en las voces femeninas, con hermosas y timbradas voces, mostrando sólidos agudos las sopranos, el desempeño de la cuerda de contraltos, cumplió cabalmente con las exigencias.

No podemos decir lo mismo, del coro masculino, que en esta oportunidad, además de ser poco numerosos, en relación al femenino, sus voces tuvieron un perfil más bien anodino, salvo algunas frases de tenores, pero los bajos sin timbre, escuchándose escasamente, particularmente en las partes divididas, así como en las notas graves.

Sin duda que, para volver a ser los de siempre, necesitan incrementar sus integrantes y realizar un trabajo vocal, acorde a las exigencias de este coro, que fue siempre uno de los referentes musicales en este campo.

Todos los intérpretes, agradecen las ovaciones del público, al finalizar la interpretación de la Misa de Gounod, foto TMLA (Teatro Municipal de Las Condes)

La soprano Andrea Aguilar, mostró su musicalidad y belleza vocal, a veces un poco excesiva, y en esta oportunidad su dicción no fue siempre óptima, como es su costumbre. El tenor Felipe Gutiérrez, confirma, el gran momento por el que está pasando, el Sanctus, su momento estelar en la obra, lo cantó bella y expresivamente. El barítono Arturo Jiménez, de quien nadie tiene dudas de su musicalidad, tuvo sus mejores momentos en los dúos con el tenor, donde se le escuchó mejor, creemos no obstante, que posee un volumen mayor, al mostrado en esta oportunidad.

A pesar de las observaciones, el público ovacionó la versión, así como la entrega de todos los participantes, dirigidos por François López-Ferrer.

El programa se complementó con una excelente versión de la Sinfonía Nº 5 en Si bemol mayor de Franz Schubert. En ella la Sinfónica mostró sus mejores atributos, en cuanto a musicalidad, contrastes, fraseos y un estupendo manejo de las articulaciones.

Además de realizar un ensamblaje del mejor nivel, entre las cuerdas y las maderas, con el preciso soporte de los cornos.

La Sinfónica Nacional de Chile y el director François López- Ferrer, agradecen al público, luego de la estupenda versión de la sinfonía de Schubert, foto TMLC

A lo largo de sus cuatro movimientos, el director consiguió exquisiteces musicales, como la liviandad y precisión de las cuerdas en el primer movimiento, el alado diálogo de cuerdas y maderas en el segundo, interpretado con la finura de un lied. Creemos que sin duda, en obras como esta sinfonía, tanto director como orquesta, pueden dar cuenta de su real potencialidad musical. Queremos detenernos en el rendimiento de las maderas, a lo largo de toda la sinfonía, con fraseos y diálogos de la mayor inspiración.

El público, no escatimó sus muestras de entusiasmo.

Al inicio del programa, se escucharon Las Tonadas del compositor nacional Pedro Humberto Allende, en las que López-Ferrer y la orquesta realizaron una cuidadosa y musical interpretación, pero a pesar de ello, el público, tal vez, frío aún, apenas aplaudió.

Gilberto Ponce (CCA)

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