ESTRENO EN CHILE DE LA PASIÓN SEGÚN SAN JUAN DE HAENDEL.
En un evento de importancia musical para nuestro país, se estrenó hace pocos días, y sin mayor publicidad, la “Pasión según San Juan” de Georg Friedrich Haendel. Si bien algunos dudan de autenticidad, en ella existen partes que corresponden perfectamente al estilo de Haendel, y son indudables los momentos de gran belleza en la partitura.
No obstante, e independiente de lo anterior, lo más importante es que el domingo recién pasado, en la Iglesia Luterana “El Redentor”, se llevó a cabo este estreno, que es un aporte musical, gracias a al iniciativa del destacado músico y organista Luis González.
Los intérpretes fueron un grupo de cámara, un sólido grupo de cantantes y el “Coro Divertimento” dirigido por Matthaüs Kubli, conjunto integrado por un grupo de entusiastas cantantes amateurs.
Aziz Allel fue el concertino del grupo de cuerdas con dos oboes, actuando Paquita Muñoz como chelo del continuo, destacando en ellos la musicalidad y un evidente interés por hacer la mejor música.
Los cinco solistas fueron encabezados por el tenor Isaac Verdugo en el complejo rol de Evangelista, su desempeño fue de gran nivel, enfatizando los aspectos dramáticos, además cantó con propiedad el dúo de tenores junto a Felipe Catalán, que mostró sus avances vocales, en las a veces complejas arias, su material es sin duda uno de las más interesantes y hermosos aparecidos en el último tiempo.
La joven soprano Marcela González cantó con bella voz y musicalidad, pero en algún momento se la vio incómoda en los tempi y algo dudosa en afinación en ciertas notas agudas.
Pilar Díaz la experimentada contralto dio vida con propiedad a
Pilatos, y cantando hermosamente sus arias, que son de gran belleza y dificultad, todo a pesar de un evidente resfrío.
El papel de Jesús, fue cantado por Pablo Castro, uno de los barítonos de mayor presencia musical en nuestro país, cantando en innumerables ocasiones gran cantidad de obras, ahora lo hizo con sentido dramático, solo con alguna pequeña inseguridad vocal, atribuible a los nervios del estreno.
Luis González, asumió como organista y la dirección general, en este aspecto creemos que a pesar de la musicalidad y experiencia que el músico posee, el haber asumido ambos papeles, influyó en algunas inseguridades de pulso, y poca claridad de tempo, en particular en los coros iniciales, en los que su gesto no resultó claro para los noveles cantantes, estos desajustes se repitieron en alguna arias, sobre todo en aquellas donde se producen cambios de tempo, resultando perjudicadas las transiciones.
No obstante la musicalidad de todos los intérpretes, hizo que la versión resultara ampliamente exitosa, en particular por la musical interpretación de algunas de las arias, y quedando resonando la belleza serena del último coro, que se transformó en un triunfo para el “Coro Divertimento”.
En resumen un importante estreno, que los asistentes que repletaron la Iglesia Luterana, agradecieron con interminables aplausos, versión que con seguridad alcanzará resultados óptimos en sus próximas presentaciones.
Gilberto Ponce. (CCA)