VERSIÓN ESTELAR DE LOS PURITANOS.
La versión de la Serie Estelar, de la ópera de Vincenzo Bellini, Los Puritanos, de la presente Temporada de Ópera 2014, del Teatro Municipal, tuvo resultados que en la suma final, son más que satisfactorios, y creemos que uno de los grandes responsables de ello fue, Pedro Pablo Prudencio, el joven director chileno, que en cada una de sus presentaciones, da claras muestras de un acucioso estudio de las partituras que enfrenta, a lo que suma gran talento y musicalidad.
Esta ocasión, no fue la excepción, debido a que mostró un pulcro trabajo orquestal, que fue más allá de solo tocar notas, pues se convirtió en el complemento más eficaz, en el acompañamiento de los cantantes y coro; hizo “cantar” a la orquesta, creando diálogos con cada uno de los solistas, aplicando musicales rubatto, progresiones y contrastes dinámicos, la música sonó sólida o transparente, según las escenas, pero más importante aún, fue capaz de crear una arco expresivo, desde las primeras escenas hasta el jubiloso final, su dirección fue de tal vitalidad, que contagió a los cantantes, logrando que el público, interrumpiera en varias ocasiones, para aplaudir algunas de las escenas.
Otro de los factores, fue el hecho, que los cantantes fueran en general buenos actores, haciendo creíble un argumento, que contiene varias situaciones inverosímiles.
Pensamos que en esta ocasión, el público gozó, no solo de las delicias del Bel canto, porque además se encontró, con un elenco bastante parejo, el que fue fundamental para sacar a relucir todos los valores musicales de la partitura.
Los solistas, a los que se vio relajados y tranquilos, por una batuta certera, fueron encabezados por la Elvira de Natalia Lemercier, la soprano argentina, a quien ya conocimos en el escenario del Municipal, cantando Don Giovanni y Lucrezia Borgia, ahora volvió a lucir sus condiciones vocales y de actriz.
Ella posee fáciles agudos, sus coloraturas son de nivel, su timbre es bastante parejo, además se permite pequeñas variaciones en las segundas estrofas, pero sobre todo vive y convence, con su personaje, su escena de la locura con la luna en sus brazos, fue emocionante.
El tenor ruso Anton Rositskiy, posee un gran facilidad en los agudos, cantándolos timbradamente, incluso aquellos sobrehumanos; si bien su volumen no es grande, maneja y proyecta muy bien la voz, pero como actor es un poco distante, y solo en algunas escenas logró transmitir la emociones de su personaje Lord Arturo, a quien se vistió de manera diferente, al del otro elenco, ahora fue en blanco con apariencia muy noble.
Muy buen actor, y con una espléndida fonética se mostró Luis Gaeta, el barítono argentino, que dio vida a Riccardo, no mostró un gran volumen, y se le vio algo ajustado en algunos agudos, no obstante, su prestancia escénica le hizo ser reconocido por el público.
Sir Georgio, fue cantado con nobleza, pero sin gran volumen por Homero Pérez-Miranda, su línea de canto es de gran musicalidad, y asumió en propiedad el rol del tío de Elvira.
El breve papel de la reina Enriqueta, fue cantado con propiedad por Miriam Caparotta, mostrando además su condiciones de actriz.
Con poderosa y hermosa voz cantó Rony Ancavil, como Bruno, actuando además con prestancia, asimismo, moviéndose con naturalidad en el escenario y mostrando cálida voz, asumió como Gualterio, Carlos Guzmán.
El Coro del Teatro Municipal, como siempre maravillando con su cometido.
Los comentarios sobre la puesta en escena, los realizamos, para la versión internacional, por ello no los repetimos, salvo la variación en el vestuario de Arturo.
Una función que dejó plenamente satisfechos a los asistentes, que pudieron gozar de una de las más grandes muestras del Bel canto.
Gilberto Ponce. (CCA)