ROMÁNTICOS EN EL SÉPTIMO CONCIERTO FILARMÓNICO.
Alternándose con la funciones de la Gioconda, la Orquesta Filarmónica de Santiago, ofreció el séptimo programa de su Temporada 2016, bajo la batuta de su director titular Konstantin Chudovsky, ocasión en que las tres obras interpretadas, lograron un enorme suceso entre el público asistente, algo poco frecuente, considerando que una de ellas, pertenecía a un compositor nacional.
El concierto se inició con “Canto de Invierno”, de Alfonso Leng, transcripción orquestal del propio autor, para una de sus “Doloras” para piano, obra que posee un lenguaje bastante cercano al posromanticismo, pudiendo percibirse incluso alguna alusión a Wagner; reconocidas son las orquestaciones de Leng, donde su talento intuitivo le lleva a soluciones de gran expresividad, particularmente en los diálogos entre familias instrumentales. Chudovsky condujo -por supuesto de memoria-, con gran sensibilidad, fraseos e intenciones expresivas, destacando una poderosa progresión que luego se disuelve serenamente, su orquesta respondió con la musicalidad y profesionalismo acostumbrados. La breve obra, fue recibida con gran entusiasmo por los asistentes.
Luego la hermosa, talentosa y musical pianista pascuense Mahani Teave, interpretó una de las obras más populares, del repertorio romántico, estamos hablando del Concierto para piano y orquesta, en La menor, Op. 54 de Robert Schumann, en una versión, alejada de muchas de las que se escuchan habitualmente, entregando una nueva mirada, que no solo convenció, también encantó al público.
Esta fue, lírica y a ratos íntima, dejando solo momentos precisos de exaltación expresivo-romántica, en perfecto equilibrio a lo largo de toda la obra; pero el éxito logrado por Mahani Teave, no habría sido posible, de no haber contado, con ajustadísima batuta de Chudovsky, que respetó completamente el enfoque de la solista, en una verdadera simbiosis musical.
El concepto cercano a lo poético, fue evidente desde el primer movimiento, del que destacaremos los diálogos de la solista con las maderas, que se contrastaron con los fragmentos de gran fuerza expresiva, mencionaremos asimismo la cadenza, de gran brillo y perfección técnica en la solista.
En el segundo, encontramos gran equilibrio, entre el lirismo del piano y el de las cuerdas, en un diálogo, de enorme sensibilidad, encontramos además de gran musicalidad, algunos sutiles cambios de pulso, que le otorgaron vitalidad interior.
Luego de una certera transición, llegamos al tercero, en el que concientemente se evitaron los desbordes, tanto en Mahani Teave como en la orquesta, ajustada y brillantemente dirigida por Chudovsky, este enfoque sereno desapareció hacia el final, cuando la poderosa progresión, hizo crecer la versión a explosiones románticas.
El cariñoso abrazo, en que se fundieron, solista y director al finalizar la versión, dio cuenta de la sintonía que se creo entre ambos intérpretes, para lograr una versión que arrancó larguísimas ovaciones, de un público, que quería testimoniar, su satisfacción a Mahani, la orquesta y Chudovsky.
El concierto finalizó con una notable versión del Poema sinfónico de Richard Strauss, Una Vida de Héroe Op. 40
Adentrarse en el complejo mundo de Strauss, implica no solo el conocimiento cabal de la partitura, que no es algo menor, es necesario asimismo entrar en las múltiples sugerencias de las texturas orquestales, para desentrañar lo pertinente, dejando como complemento, lo “accesorio”, dicho entre comillas, debido a lo fundamental que es en el todo.
Es preciso rescatar tanto las imágenes descritas, como los estados emocionales que aparecen, enlazarlos y mezclarlos, para darle consistencia y coherencia a un relato que nos lleva desde lo sublime, a lo irónico y a lo común, pasando por lo bélico, en un continuo, que no da tregua, ni a la orquesta ni al público.
Chudovsky y la Filarmónica, realizaron una versión ejemplar, “o se hace así, o mejor no hacerlo”, dijo un fanático de Strauss al finalizar la versión, debido a que se cumplieron todos los presupuestos para encontrarse con la estupenda versión ofrecida; magnífico el solo de violín, tanto como la fanfarria de trompetas desde fuera del escenario, sensibles y poderosas, en su belleza sonora, fueron las cuerdas, las maderas rivalizando en musicalidad, y una vez más, brillantes los bronces, y para coronar la perfección de las percusiones, encabezadas por el solista en timbal.
Una vez más la Filarmónica, y su director Konstantin Chudovsky, recibieron una más que justificada y larga ovación.
Gilberto Ponce. (CCA)
Ojalá yo pudiera tener el uso del lenguaje que tienes tu Gilberto para describir tanto la ejecución de la música por los intérpretes y el director Chudovsky sino también el ambiente que se crea en el público,la conjunción de emociones y el goce infinito que produce la música bien interpretada.La orquesta Filarmónica está cada vez mejor,creo que tiene que ver mucho el director titular que extrae lo mejor de los músicos ,se nota que hay un entendimiento entre todos que da los resultados actuales.Un concierto memorable!!!!!
Agradezco los conceptos, y coincidimos plenamente, un concierto memorable.
Yo fui a la segunda función, y coincido que el resultado de la orquesta fue estupendo.
Me impactó sobremanera la profundidad interpretativa de Mahane Teave, debutante con la Filarmónica (inmerecidamente, muy tardío…) . Lo que más derrochó Mahane due poesía y ante todo un cabal entendimiento del mundo schumanniano.
Chudovski, totalmente de acuerdo que supo entender a cabalidad la intepretación de Mahane, siendo su más fiel aliado.
En Vida de Héroe, pienso que habría que destacar aún más el notable desempeño del nuevo concertino, el venezolano Richard Biaggini, con una musicalidad y vuelo intepretativo raras veces visto en estas latitudes para esa obra.
Un importante hito de la actual temporada filarmónica,
Jaime Torres G.
Debo decir que la musicalidad y técnica del nuevo Concertino no son para exagerar, pues no representa mayor logro cuando no se hace con pasión, bondad, y del corazón. Además que una persona que hace daño a la sociedad y tiene una hoja de vida manchada su tocar no trasmite al menos sensaciones ni sentimientos que debe generar la música clásica.