APERTURA DE LA TMPORADA DE MÚSICA DE CÁMARA UC. 2012.
En la cómoda Sala 1 del GAM, y lamentablemente ante escaso público, se dio inicio a la tradicional Temporada de Música de Cámara, que todos los años organiza el IMUC (Instituto de Música UC).
No están del todo claras, las razones del porqué la falta de convocatoria, aún más cuando en la oportunidad, se presentarían dos obras, que en su estreno provocaron conmoción, y sus autores verdaderos íconos de la creación contemporánea.
Tal vez sería más entendible, si se hubiesen presentado solo estrenos, de compositores desconocidos -que a veces resultan notables-, cuyo impacto no puede ser dimensionado a priori; en todo caso, al parecer los excesos de “experimentalismo”, muchas veces sin sustancia, terminó dañando la relación, que durante mucho tiempo tuvo el público con la música contemporánea.
No olvidemos, que los primeros festivales con música contemporánea, en las décadas sesenta y setenta, tuvieron arrolladora convocatoria, incluso a pesar, que en forma simultánea se realizaban conciertos sinfónicos y de cámara, siempre a tablero vuelto, mientras el público se manifestaba, incluso a voz en cuello, a favor o en contra de algunos estrenos.
Algo ha pasado, que terminó con la fidelidad, de un público que fue incondicional, por ello sería recomendable, que los responsables de estos muy necesarios eventos, analicen los medios para recuperar el público perdido.
Lo anterior apunta, a que este concierto, merecía sin duda una mayor cantidad de asistentes, por la posibilidad de escuchar en vivo obras de Varese y Ginastera.
El “Ensamble Instrumental UC”, de encomiable cometido, fue conducido por el director argentino Carlos Britez, quien asumió a última hora el programa, reemplazando al director original.
Este dato, explicaría algunos aspectos poco logrados de su trabajo, como aquel que dice relación con el manejo de los balances sonoros, que perjudicó en gran medida a los dos excelentes solistas vocales; tampoco observamos un trabajo ajustado en las progresiones, con uso desmedido de la dinámica forte o fortissimo.
Primero se escuchó “Ecuatorial” de Edgard Varese, en una versión bastante alejada del original propuesto por el autor, pues se ampliaron los bronces y la percusión, factor que incidió en que no se pudiera escuchar bien al barítono Patricio Sabaté, en particular al inicio de la obra, luego al parecer, se le apoyó acústicamente, permitiendo observar su formidable desempeño.
Sabaté, posee una versatilidad enorme, que le permite enfrentar con rotundo éxito variados estilos, aquí se adentró en el espíritu de los textos, realizando un despliegue dinámico expresivo y ajustado, lo mismo que nos habría gustado encontrar en Britez, para entregar una versión, que fuera más allá de los golpes en fortissimo, muchos de ellos desajustados, porque su gesto, no es lo suficientemente claro.
En cuanto al rendimiento del Ensamble, los bronces realizaron un loable trabajo, pero algunos accidentes ensuciaron su desempeño, la percusión, correcta con excesiva sonoridad y con los desajustes señalados.
Finalizaron con la “Cantata para la América Mágica” de Alberto Ginastera obra en seis partes, para soprano, percusiones y dos pianos.
En la obra, son evidentes la influencia de “Las Bodas” de Igor Stravinsky, por el tratamiento del canto de la soprano, tanto como de la “Tocata para instrumentos de percusión” del mejicano Carlos Chávez, por el manejo de la percusión.
La soprano solista fue una fenomenal Andrea Aguilar, quien también debió luchar con la dinámica excesiva impuesta por la batuta, no obstante su total seguridad, afinacióna toda prueba, e intencionalidad puesta, la convirtieron en una verdadera heroína.
Pensamos que los mejores momentos de la versión, se dieron en aquellas partes, que el autor las pide “piano”, al lograrse momentos de gran sugerencia y musicalidad, fue el caso de la segunda parte (Nocturno y Canto amor), por los timbres evocadores y el como la voz se fundió con los instrumentos; también la quinta parte (Canto de agonía y Desolación) solo instrumental.
Tal vez Britez tuvo escaso tiempo, para preparar con los sólidos instrumentistas estas obras, y así trabajar mejor los conceptos dinámicos; no lo sabemos, lo cierto es que merecían un mejor enfoque.
Gilberto Ponce. (CCA)