FESTIVAL DE COREÓGRAFOS 2015.

SEGUNDO FESTIVAL DE COREÓGRAFOS.

Las altas expectativas generadas por el Festival de Coreógrafos creado por Marcia Haydée, el año pasado, no quedaron plenamente satisfechas en esta segunda versión; las razones son varias, entre ellas, el hecho que los solistas extranjeros, no descollaran particularmente, en otra, el vestuario de varias coreografías de danza moderna, fue plano, sin pretender ninguna diferenciación, como asimismo, el que la iluminación, no siempre fuera un aporte.

Esmeralda, bailado por Maite Ramírez y José Manuel Ghiso, uno de les éxitos de la velada. foto Patricio Melo
Esmeralda, bailado por Maite Ramírez y José Manuel Ghiso, uno de les éxitos de la velada. foto Patricio Melo

A pesar de los extenso de la jornada, se agradece, la continuidad de la misma, ya que al finalizar un número, saludo, luego otro a cortina cerrada al borde del foso, al ingresar los bailarines tras las cortinas, estas se abrían posteriormente, para dar inicio, a la siguiente coreografía.

El Acto del Reino de las Sombras, de la Bayadera, de poética belleza, mostró al inicio, algunas inseguridades, en el cuerpo de baile, superadas muy bien en su desarrollo, mientras que los solistas, ambos del Ballet del Teatro Municipal de Río de Janeiro, se mostraron con buena técnica, seguros y con presencia escénica, pero encontramos que Marcia Jacqueline, posee la expresividad que le faltó a sus partenaire Moacir Emanoel.

Esmeralda el Pas de deux, de Marius Petipa, fue estupendamente bailado por Maite Ramírez y José Manuel Ghiso, su prestancia escénica, y segura técnica, mostrándose además absolutamente involucrados el uno con el otro, les valió una merecida ovación.

Encontramos de gran interés Sesión 9 de Esdras Hernández, referida a una sesión sicológica, con una voz en off, que no cesa de dar instrucciones al paciente, Gustavo Echeverría, quien sentado y evolucionando con una silla, realiza esta coreografía, que a ratos se torna simplemente hipnótica; la precisión del trabajo de Hernández, encontró en Gustavo Echeverría, un intérprete del más alto nivel.

Lucas Alarcón y Emmanuel Vásquez, bailando la energética We are the Champions. foto Patricio Melo

Música de Freddie Mercury, utilizó Eduardo Yedro, para We are the Champions, de enérgico y exigente desarrollo para los solistas Lucas Alarcón y Emmanuel Vásquez, que respondieron plenamente al trabajo coreográfico.

Jaime Pinto, tiene mucha intuición creativa en temas programáticos, y aunque ahora no propone algo nuevo en esta Salomé, sí crea un atrayente desarrollo argumental, en torno a la fascinación de Salomé por Juan Bautista, relato que finaliza justo antes, que ella pida su cabeza; la bailarina paraguaya Maia Ayala, fue una sensual protagonista, y Gabriel Bucher un sólido y expresivo Juan Bautista.

Luis Ortigoza, uno de los grandes triunfadores del Festival, bailando  Spaceman una de las dos coreografías, en que participó. foto Patricio Melo
Luis Ortigoza, uno de los grandes triunfadores del Festival, bailando Spaceman una de las dos coreografías, en que participó. foto Patricio Melo

Luis Ortigoza, fue uno de los grandes de la noche, demostrando su sólida vigencia, primero en Spaceman, coreografía de Demis Volpi, que le hizo ganar hace tres años el Premio de la Crítica, precisamente en un lenguaje muy diferente, al que baila normalmente; posteriormente, y casi al final, estuvo espléndido, junto a Maite Ramírez, con quien se complementa perfectamente, al bailar el Pas de deux de Sylvia, coreografía creada por el mismo Ortigoza, que con esta obra, sigue dando pasos firmes, en su nuevo trabajo como creador coreográfico.

Fragmento de "Pedro" de José Vidal. foto Patricio Melo
Fragmento de «Pedro» de José Vidal. foto Patricio Melo

La segunda parte se inició, con Pedro de José Vidal y música de Diego Noguera, que es casi una banda sonora de un film; tal vez sea como propuesta, la de mayor interés en lo contemporáneo, y estuvo a cargo de bailarines del Ballet de Santiago, lamentablemente su impacto se vio diluido por la iluminación demasiado débil, impidió que el vestuario se viera realzado, este, compuesto por mallas en café oscuro, que dejan solo parte de brazos y rostros libres, solo consiguió que gran parte de los movimientos de conjunto y solos se perdiera, creemos que revisando este aspecto, el trabajo de Vidal, ganará mucho, por la fuerza que se puede intuir en el.

María Riccetto y Gustavo Carvalho, bailando el Pas de deus de Coppelia. foto Patricio Melo
María Riccetto y Gustavo Carvalho, bailando el Pas de deus de Coppelia. foto Patricio Melo

María Riccetto y Gustavo Carvalho, del Ballet Nacional SODRE de Uruguay, bailaron luego, el Pas de deux de Coppelia, mostrando buen desempeño.

Marine García y Lateff Williams, junto a Romina Contreras y Rodrigo Guzmán, bailando Cuarteto. foto Patricio Melo
Marine García y Lateff Williams, junto a Romina Contreras y Rodrigo Guzmán, bailando Cuarteto. foto Patricio Melo

La música de Fratres de Arvo Pärt, sirvió a Mathieu Guilhaumon, director del BANCH, para su Cuarteto, en el que intervinieron dos bailarines del Ballet de Santiago, Romina Contreras y Rodrigo Guzmán, junto a Marine García y Lateff Williams del BANCH, aunque muy unitario en diseño, este Cuarteto, mostró sutilmente las diferentes formaciones de los bailarines, en un trabajo que logra captar la atención por el uso del espacio y el interesante juego de la luz.

Fragmento de Estaciones, de Eduardo Yedro. foto Patricio Melo
Fragmento de Estaciones, de Eduardo Yedro. foto Patricio Melo

Ya hicimos mención a Sylvia, que antecedió a Estaciones, con música de Piazolla, en un trabajo de Eduardo Yedro, este es una sucesión de solos, dúos y conjunto, que no rescata para nada la sensualidad sugerida por la música, independiente del estupendo trabajo del cuerpo de baile del Ballet de Santiago, en el que recordamos particularmente a la segunda solista, de enorme prestancia y expresividad, pensamos que en esta ocasión, el vestuario de la reconocida Montserrat Catalá, erró gravemente en las bailarinas, con algo cercano a la fealdad, del mismo modo, la iluminación bastante plana, no realzó en nada la coreografía.

El acompañamiento realizado por la Orquesta Filarmónica de Santiago dirigida por José Luis Domínguez, para varios de los trabajos, fue serio, musical y con muy pocos momentos precarios.

Gilberto Ponce. (CCA)

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Elisa Álvarez
Elisa Álvarez
8 Años Hace

Estoy muy de acuerdo con la crítica,sobre todo con Pedro,que pudo haber ganado mucho con una mejor iluminación ,en sesión9 no me gustó la voz reiterativa y demasiado forte,que me distrajo bastante.En cuanto a los bailarines extranjeros creo que no fueron un aporte,aquí tenemos muy buenos bailarines y traer a bailarines de mucho mejor calidad debe tener un costo económico muy alto.De todas maneras espero que continúe este festival el próximo año.

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