EL RETORNO DE LA FUERZA DEL DESTINO DE VERDI.
La Fuerza del Destino de Giuseppe Verdi es una sólida obra que da pistas de los caminos que el compositor transitará posteriormente. Trabajo en el que Verdi expone todos los elementos que se supone debe contener una ópera, no se trata solo de grandes cantantes, pues posee poderosos y complejos números corales, así como escenas que incluyen ballet y numerosos figurantes; más de alguien dirá que tal profusión de elementos, alarga en exceso la ópera, pero creemos que en ellos Verdi impone la ley de contrastes, necesarios en una obra de arte, según lo dictan algunas normas estéticas.
La Fuerza del destino transcurre en un largo lapso de tiempo, en medio de una serie de acontecimientos de carácter histórico, los que de algún modo aluden al nacionalismo imperante en algunos países europeos, movimiento al que Verdi adhería fuertemente, pero los acontecimientos que rodean a los protagonistas, poseen algo de inverosímiles, por ello la dirección de escena debe esforzarse por dar credibilidad, a elementos incluso algo truculentos. El otro elemento que atraviesa la obra es la religiosidad a la que recurren de una u otra forma protagonistas y pueblo. Como se ve una heterogénea mezcla de elementos, que obliga a una síntesis de todos los factores, otorgándole verosimilitud, este es el gran mérito de Stefano Vizioli a cargo de la régie, porque se aventuró en la modernidad y se atuvo pertinentemente a lo argumental.
La escenografía de Nicolás Boni ubica toda la acción en un teatro de características similares al Municipal, el que se va derruyendo durante el transcurso de la ópera, tal como ocurre en la historia con los personajes, por ello fragmentos de la estructura se van acumulando en el suelo, como recordando el pasado, los palcos son utilizados con precisión por el coro y los figurantes, y en un momento la pesada estructura se abre, para mostrar el cielo y permitir la salida de los protagonistas en dos escenas claves.
Asimismo cobran importancia elementos como la camilla, que recibirá a Don Álvaro herido, la carreta colmada de muertos en batalla y el gran Cristo colgante en diagonal, que posteriormente se destruirá como parte del derrumbe paralelo del mundo interior de los personajes. Objetamos lo que consideramos un error, pues los palcos del teatro se topan con los bordes del escenario real, quedando fuera de la visión de gran parte del público, el fragmento que Leonora canta desde allí, mientras que al otro lado se coloca en una escena una cruz a la que se alude recurrentemente, pero gran parte del público no la ve; creemos que es necesario considerar esos factores, por respeto a todos los asistentes.
El vestuario de Monse Catalá de una gran belleza dentro de su sobriedad, muy acorde a la escenografía, el que fue realzado por la iluminación de Ricardo Castro. La dirección musical correspondió al italiano Giuseppe Grazioli, quien entregó un muy buena versión de la obertura, y en el resto de la ópera respetó permanentemente el pulso de los cantantes, acompañándolos eficientemente, pero sin lograr lograr mayores perfiles en la orquesta, sin resaltar los leit motiv, recurrentes durante la ópera, creemos además que algunos muy pequeños desajustes con el coro, en las escenas donde este no solo canta, pues debe moverse entre bailarines y figurantes, no empañan para nada el buen desempeño de la batuta. La orquesta, una vez más en su acostumbrado alto rendimiento, donde destacaron algunos importantes solos instrumentales
El Coro del Municipal de Santiago que dirige Jorge Klastornick, dio muestras una vez más de su enorme calidad vocal y de toda su experticia como actores. Lamentablemente no se consigna en el programa de mano, el coreógrafo de las originales y bellas danzas, asimismo creemos que los figurantes fueron aporte fundamental en el realismo a las escenas masivas. La poderosa y hermosa voz de Oxsana Sekerina dio vida a Leonora, creemos que ella tiene la voz precisa para el rol, asumiendo en propiedad todas las variables dramáticas, un triunfo absoluto de ella fue su gran aria final, la que fue sobrecogedora, al final el público la ovacionó sin reservas.
Giancarlo Monsalve posee el físico y una presencia escénica adecuadas para el papel de Don Álvaro, no se puede objetar como evoluciona dramáticamente su personaje, y a pesar que tiene un hermoso timbre, su manejo vocal es bastante irregular, a veces sus agudos son fáciles y hermosos, pero otros se escuchan apretados y con otro timbre, factor que desconcierta, no obstante su honestidad como actor fue premiada con entusiastas aplausos.
Don Carlo de Vargas lo cantó Vitaliy Bilyy, su bello timbre de barítono, tanto como su sólida actuación perfilaron en propiedad al vengativo y hermano de Leonora; su dúo con Álvaro tanto como sus solos fueron de extrema musicalidad.
Maxim Kuzmin-Karavaev otorgó toda la solemne sobriedad del Padre Guardiano a través de su hermosa y musical voz. Fray Melitone de Ricardo Seguel sirvió para que el barítono mostrara no solo hermosa voz, también toda la gracia requerida por el personaje.
Anna Lapkovskaja fue una histriónica Preziosilla, con espléndida voz y actuación. Asimismo gran trabajo vocal y en actuación mostraron Jaime Mondaca y Paola Rodríguez, como el Marqués de Calatrava y Curra la camarera de Leonora. Completaron el elenco Matías Moncada muy bien como Alcalde / Cirujano y Gonzalo Araya como un simpatiquísimo Maestro Trabuco.
Gilberto Ponce. (CCA)
Por fin un comienzo de temporada con grandes aciertos,sobre todo en regie y escenografía ya que según mi opinión muchas veces estas no son atractivas en algunas de las óperas pasadas.Por supuesto lo musical también destacó,en los cantantes Oksana Sekerina hizo una gran labor,lo mismo Vitaly Bilyy y Ricardo Seguel,no puedo decir lo mismo ,lamentablemente del tenor Giancarlo Monsalve cuyo desempeño fue irregular en lo vocal,su emisión no es pareja,cambia según si es registro medio o agudo ,en varias ocasiones en este último da la impresión de no estar cómodo y la voz se nota forzada,no le acomoda el papel??y eso que era el único de los cantantes principales que había cantado el rol en la Opera de Washington anteriormente.Una pena porque es un chileno que se esfuerza en el difícil y competitivo mundo de la Opera internacional.Tiene presencia escénica y lo hace bien como actor y espero poder verlo en otra oportunidad.No quisiera agregarme a mi comentario pues estoy plenamente de acuerdo con tu crítica,siempre muy certera y con un análisis profundo.
Creo que existe consenso, que fue una muy buena inauguración de Temporada.
Muchas gracias.