ESTRENO ÓPERA ALCINA DE HAENDEL.

ALCINA DE HAENDEL ESTRENO EN CHILE. ELENCO INTERNACIONAL.

Para  referirnos al estreno en Chile de la ópera “Alcina” de Georg Friedrich Haendel, debemos inevitablemente realizar a un análisis que puede resultar divergente entre lo musical y la que consideramos irregular puesta en escena.

En el aspecto musical los resultados logrados por el elenco internacional solo pueden ser calificados de soberbios, responsabilidad del extraordinario director y experto en música barroca Federico María Sardelli, quien con notable experticia condujo a cantantes y orquesta por caminos de inusitada perfección estilística, contribuyeron en este aspecto los intérpretes del  “continuo” (Bettina Hoffman cello, Francesco Massimi clavecín y Simone Vallerotonda tiorba) un verdadero lujo de musicalidad.

Uno de los grandes problemas de muchas óperas barrocas, está en como lograr una continuidad en medio de la gran cantidad, de las a veces extensas arias, Sardelli fue capaz de concebir un arco perfecto desde la obertura hasta el coro final, en una progresión que mantuvo siempre atención del público, conmoviéndolo en numerosas ocasiones.

La sensibilidad y conocimiento de la obra por parte del director se evidenció en el asombroso resultado orquestal, la Orquesta Filarmónica de Santiago mostró un sonido de una finura, fraseos, articulaciones y arcos que sorprendieron en forma permanente, los contrastes dinámicos, las notas “soufflé” tanto como los “crescendo” y “diminuendo” fueron perfectos, en una verdadera lección de estilo, mención especial merece la excelente participación de los instrumentos antiguos que se incorporaron en esta oportunidad.

El selecto grupo de cantantes estuvo a la altura del director, aportando sus voces a una actuación muy convincente, agreguemos que en el caso de las voces femeninas estas tienen coloraturas de extrema dificultad.

La soprano noruega Birgitte Christensen fue una estupenda Alcina, además de una actuación muy convincente posee una hermosa voz, vibrato justo y enorme expresividad, llegando a conmover en algunas de sus partes, como es el caso de su bellísima aria “Ah mio cor” que finaliza el segundo acto.

Birgitte Christensen

La española Maite Beumont mezzosoprano encarnó a Ruggiero, asumiendo los estados emocionales del personaje, primero como el embrujado por Alcina y luego en sus cabales al decidir liberar a los sometidos por la bruja, su voz cálida y expresiva se sumó a una convincente actuación. Maija Skille otra mezzosoprano nórdica dio el perfil justo a Bradamante con su hermosa y muy expresiva voz. Morgana cantado por la estadounidense Heidi Stober logró arrebatos de entusiasmo en el público con su poderoso y bello material vocal, sus complejas coloraturas maravillaron tanto como su estupenda actuación.

Javier Mas,

Heidi Stober

francés fue un histriónico Oronte vocalmente muy convincente al igual que Christian Senn el chileno que vive en Italia que fue un gran Melisso, la francesa Judith Gauthier como Oberto fue un tanto discreta en sus primeras apariciones, descolló en su última aria, que tiene enormes dificultades.

La puesta en escena de Marcelo Lombardero trasladó la acción desde la Isla mágica del original a un mundo contemporáneo hedonista, a veces una especie de “Disco”, otras un bar, con otros momentos conceptuales apoyados por quince pantallas de tv en el fondo del escenario -para reforzar el concepto del regisseur-, y si a ello sumamos un móvil con otras tres pantallas más grandes con el mismo objetivo, lo que pudo ser sinónimo de creatividad teminó interfiriendo la acción dramática como la música, debido a la cantidad de estímulos visuales que llevaron la puesta hasta un verdadero barroquismo contemporáneo. Ese fue el caso del aria de Alcina “Ombra palida” que perdió dramatismo y diluyó su belleza con el sinfín de imágenes distorsionadas que la acompañaron, creemos que el abuso del recurso se volcó en contra del objetivo final.

Algunos aspectos de la régie quisieron ser provocadores, y lo fueron, pero gratuitamente, como los movimientos tipo comic de Oronte cuando es seducido por Morgana, o las insinuaciones de sexo oral al mismo Oronte, en esa especie de Bar con baile del caño incluido, la muerte de Alcina y su hermana Morgana –que no muere en el original- a balazos, reemplazando al anillo con que Ruggiero rompe el encantamiento para liberar a los cautivos de Alcina, no fue aporte significativo.

Escena de Alcina.

Enrique Bordolini escenógrafo e iluminador dio muestras de gran creatividad con los ágiles cambios escenográficos en el reducido espacio con que contaba, el vestuario de Imme Möller es a nuestro juicio muy desafortunado, solo mejores en Alcina, Morgana y Oronte, en los demás la similitud de color tendió a confundir tanto como su obsesión por los trajes militares de camuflaje.

El Coro del Teatro Municipal (Dir. Jorge Klastornick) en el altísimo nivel que le conocemos.

En resumen, un gran triunfo para una producción, que marca un hito en la historia del Teatro Municipal, conseguido a través del excepcional rendimiento  musical de sus intérpretes, y con diversas dudas para su puesta en escena.

Gilberto Ponce (CCA)

0 0 votos
Article Rating
Suscribir
Notificar de
guest

0 Comments
Más antiguo
El más nuevo Más Votados
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios

Últimas Críticas

0
Me encantaría tu opinión, por favor comentax