ESTRENO DE MOEBIUS ÓPERA DE MANUEL CONTRERAS VÁZQUEZ.
No dudamos, sobre la importancia que tiene el hecho, que en la actualidad se sigan estrenado obras nuevas, porque eso deviene en un enriquecimiento no solo de la música, también lo es de la cultura.
Si bien reconocemos los azaroso que es este camino, siempre serán bienvenidos, los nuevos aportes en este sentido, aunque las frustraciones tanto de compositores, como de público, son más frecuentes de lo deseable, seguramente por lo agotados que se encuentran muchos de los recursos, que irrumpieron en los albores del siglo XX, es que muchos creyeron marcar nuevos rumbos, pero solo unos pocos los lograron.
Lo anterior nos hace entender, la razón que ha llevado a algunos de los grandes, a indagar nuevamente, en estilos pasados, o bien haciendo síntesis entre los nuevo y lo antiguo.
Tal vez, en este punto se encuentren las razones, porque MOEBIUS, la ópera del chileno Manuel Contreras Vázquez, que se estrenó en el GAM, nos haya llamado poderosamente la atención, reconociendo en ella, un prolijo y talentoso trabajo, donde a nuestro parecer, funde elementos contemporáneos (creemos que alude, y bien a Penderecky) con algunos arcaicos, que le otorgan dinamismo contrastante.
Contreras es todavía joven, y sin duda busca aún lenguaje propio, tanto como nuevas posibilidades timbrísticas y de color.
MOEBIUS, aparece rotulada como “ópera de cámara”, no obstante, más bien nos parece un logrado oratorio escénico, cuyo texto, del mismo Contreras, alude a la inmigración, y es asimilable a la poesía hermética, tanto como al existencialismo, sin poseer un desarrollo lineal, que permita una progresión dramática, mientras que los títulos de su partes, nos parecieron grandilocuentes, sin que signifiquen un aporte al concepto literario-musical.
No obstante, la instrumentación, que a ratos pareciera “pos expresionista”, crea atmósferas, mediante sugerentes timbres, con uso constantes de trémolos, que resuenan como pedales, en una especie de abigarrada polifonía.
El ensamblaje con las voces, está muy bien logrado, con el reiterado uso de letanías, cuyos textos y melodías se pasan de una soprano a otra, solo hacia el final, cuando se manifiestan agudamente, disonancias extremas, entre voces e instrumentos, extrañamente, la obra pierde fuerza.
Notable nos pareció el tratamiento vocal a capella, con sus alusiones arcaicas, tanto como la incorporación del ensamble instrumental, en vocalizaciones a la manera de un recitado coral.
La escenografía de Laura Bisotti, en base a estructuras metálicas abstractas, interesante de ver, pero incómoda en cuanto a la visión de las solistas, que a veces eran tapadas por ellas, encontramos acertada la iluminación de Elías Sepúlveda, tanto como la dirección escénica (régie) de Sidhartha Corvalán.
Pero, sin duda lo más notable, es el trabajo musical de los intérpretes, que es de un profesionalismo de la mejor escuela, las tres sopranos Nancy Gómez, Cecilia Barrientos y Camila García, en un trabajo excepcional, tanto en lo vocal, dicción y movimiento escénico, enfrentando las complejas disonancias con sobrado profesionalismo.
El Ensamble Instrumental FOJI, excelente bajo la dirección de Gonzalo Venegas.
Creemos que este ha sido uno de los trabajos más importantes, en relación a la ópera, producidos en el último tiempo.
Gilberto Ponce. (CCA)
Coincido contigo en que lo mejor de esta obra es el trabajo serio y muy profesional de las tres sopranos,y eso hace que su resultado haya sido muy bueno.El texto tuve que leerlo posteriormente ya que no tuve tiempo previo al concierto,y sólo en algunas partes entendí que se trataba de la inmigración y de los consiguientes problemas y pérdidas que acarrean para los que atraviesan ese proceso.No me gustó dicho texto,tal vez porque no conozco de poesía moderna,opino tal vez desde un punto de vista más tradicional,lo encontré con muchas incoherencias,para mí nada de poético.El conjunto instrumental hizo un buen trabajo y eso junto con el desempeño de las cantantes merece aplausos.