BRILLANTE INAUGURACIÓN DE TEMPORADA DE ÓPERA EN EL NESCAFÉ.
Ruidosos fueron los aplausos tanto en el Met. de New York, como en el Teatro Nescafé de las Artes, para recibir esta nueva producción de “El Elixir de Amor” de Gaetano Donizetti, ópera con la que se iniciaron las transmisiones en directo de la Temporada 2012-2013, hasta el recinto capitalino.
Ante una sala desbordante, se presenció una estupenda producción, en la que se evidenció que a partir de lo llamado “tradicional”, es posible innovar lográndose un altísimo nivel, con evidente y notable buen gusto, sin pretender impactar con agregados no pertinentes, por lo tanto cuidando los propósitos del autor.
Esta ópera, sin duda una de las obras maestras del género bufo o cómico, fue abordada con ironía, humor, y detalles minuciosos en la régie de Bartlett Sher, que tuvo como marco la hermosa escenografía de Michael Yeargan, junto al estupendo vestuario de Catherine Zuber y la iluminación de Jennifer Tipton.
Creemos de importancia destacar, que las producciones del Met. debieron adecuarse a las transmisiones en HD para muchos países del mundo, debido a que las cámaras hacen acercamientos tanto a rostros como a detalles del vestuario, del mismo modo la actuación de los cantantes cobra gran importancia, incluso en la gesticulación de los personajes, quienes deben actuar no solo para el teatro, también tienen que hacerlo, entre comillas, para la televisión, y es allí donde radica la fuerza de esta estupenda régie de Bartlett Sher, detalles imperceptible en el teatro, aquí cobran radical importancia; la dirección de escena incidió no solo en los protagonistas, fue escrupuloso también con el coro y los figurantes.
Por supuesto, que los antecedentes anteriores no tendrían sentido, si no se cuenta con un elenco de cantantes tan formidables, como los vistos en esta producción, con una dirección orquestal ajustadísima en estilo, como fue la de Maurizio Benini, quien obtuvo de la Orquesta y Coro del Metropolitan un acompañamiento que consideramos perfecto.
Bella y convincente fue la Adina de la estupenda soprano Anna Netrebko, un rol que le ha significado siempre un rotundo éxito, y que en esta oportunidad vuelve a imponer a través de su bellísima voz, afinación perfecta, intencionalidad de canto, y derrochando sus condiciones de actriz; ahora con chispa y finura espléndidas, este rol le permitió una vez más mostrar su extraordinaria versatilidad; más que ovaciones, fueron gritos de admiración los que recibió al finalizar.
El tenor Matthew Polenzani abordó el papel de Nemorino, el ingenuo enamorado de Adina, haciéndolo con estupenda voz y gran expresividad, su aria “Una furtiva lágrima” fue simplemente soberbia.
Genial fue el personaje de Dulcamara, creado por el barítono Ambrogio Maestri, tan simpático como ladino, cautivó desde su llegada, con el propósito de embaucar al pueblo, con su falso “elixir”, su hermosa y gran voz, sin problemas en los “trabalenguas”, le hizo ganarse al público, que no escatimó en reconocimientos.
Mariusz Kwiecien el barítono polaco, fue Belcore, el sargento que se cree imbatible en conquistar a las «bellas», tal como él las llama, su magnífica voz de adecua perfectamente para su arrogante y soberbio personaje, su actuación delineó en forma perfectamente natural su personaje.
La soprano Anne-Carolyn Bird cantó son simpatía y prestancia su breve personaje de Giannetta, amiga de Adina.
Sin duda una función que bien se puede transformar en un referente en cuanto al montaje de nuevas producciones, que tienen como opción revitalizar lo llamado tradicional, a partir de su esencia, o sea optando por una escenografía realista pero ágil, belleza de vestuario y adecuada iluminación, poniendo énfasis en una dirección de actores de chispeante vitalidad.
No se entienda lo anterior como un ataque a las grandes e innovadoras producciones, que se contextualizan coherentemente con los propósitos originales, a manera de ejemplo; La Tetralogía wagneriana del mismo Met.
Gilberto Ponce. (CCA)