EUGENIO ONEGIN DESDE EL MET DE NEW YORK.
Iniciando una extraordinaria temporada, en sus transmisiones en directo desde el Met de New York, el Teatro Nescafé de las Artes, ofreció en su primera jornada, la bellísima ópera de Piotr Ilich Tchaikovsky Eugenio Onegin, transformándose en un gran anticipo de los nueve títulos restantes, que tiene jornadas imperdibles.
Un elenco de primera magnitud, entre los que se contaban Mariusz Kwiecien en el rol de Onegin, Anna Netrebko como Tatyana, Piotr Beczala cantando como Lensky, mientras que Oksana Volkova fue Olga, el único que no logró alcanzar la excelencia del resto fue Alexei Tanovitski que fue el Príncipe Gremin, que aunque posee una actuación bastante aceptable, en lo referido a su voz, esta es muy irregular, con momentos de fea emisión.
La producción que contó con una escenografía de Tom Pye realista con elementos conceptuales, fue de gran belleza y eficaz como apoyo al drama, pero creemos que fueron excesivas las columnas de la casa de Gremin; esta se complementó con una buena iluminación de Jean Kalman.
La règie de Deborah Warner, fue en general muy ajustada al argumento, aunque sus soluciones en la escena del baile resultó demasiado abigarrada, y sorprendió bastante al decidir que el duelo entre Onegin y Lensky, se realice con escopetas y ambos contendientes acercándose antes de disparar, en contrario creemos un acierto el beso entre Tatiana y Onegin antes de su separación definitiva, al decidir esta continuar siendo fiel a su marido.
El rol de Eugenio Onegin fue cantado y actuado en forma estupenda por el barítono polaco Mariuz Kwiecien, perfilando muy bien al volátil y a veces cínico joven que busca en medio de su tedio existencial, los objetivos de su vida. Fue emocionante su despedida Lensky, luego de matarlo en el duelo, y muy convincente en su desesperación en la escena final, al no conseguir convencer a Tatiana.
Anna Netrebko la hermosa soprano rusa, cantó Tatiana, bien se sabe su tremenda capacidad al asumir sus personajes; aquí se la vio, excitada y expectante al conocer a Onegin, temerosa y ansiosa en la escena de la carta, en un genial y extraordinario despliegue dramático, dolida y avergonzada, al recibir la negativa de Onegin y muy entera en su deber ser, en la escena final; mientras que maravilló a lo largo de toda la ópera con el magistral manejo de su bellísima voz.
Lensky lo asumió con la más absoluta propiedad el tenor polaco Piotr Beczala, como el idealista poeta enamorado de Olga, que no comprende como su mejor amigo, le traiciona, al coquetear desenfadadamente con su prometida, fue emocionante la escena previa al duelo; su hermoso timbre es muy adecuado para el rol.
Oksana Volkova mezzosoprano bielorusa, cantó como Olga, perfilando con propiedad a la ingenua hermana de Tatiana, quien solo vive feliz su amor por Lensky; realizó bastante bien la escena cuando se deja cortejar por Onegin, para celar a su prometido.
Larina cantada por Elena Zaremba, cautivó por su línea y hermoso canto, casi se lamenta, que no tenga una mayor participación.
El breve pero importantísimo rol del Príncipe Gremin fue cantado en muy mala forma por el bajo Alexei Tanovitski, quien sin duda no posee ni la voz ni la apariencia para el papel.
La dirección de Valery Gergiev, del mejor nivel, aunque sorprendieron algunos de sus tempo.
En resumen una puesta en escena que satisfizo ampliamente al público, que llenó el Teatro Nescafé de las Artes.
Gilberto Ponce. (CCA)