VERSIÓN ESTELAR DE DON GIOVANNI.
Subió ahora al escenario del Municipal de Santiago, la versión del Elenco Estelar para la ópera Don Giovanni de Wolfgang Amadeus Mozart que cuenta con el genial texto de Lorenzo da Ponte.
Al ver por segunda vez la puesta en escena de Pierre Constant, que se apoya en la pesada escenografía de Roberto Platé, solo se logra disimular esa pesadez gracias al inteligente uso de las numerosas puertas, que a veces están completa o semiabiertas, incluso en ocasiones cerrándolas sonoramente siguiendo el ritmo de la música, también los sutiles cambios de iluminación como un vestuario pertinente y hermoso, del que solo disentimos en el utilizado por Doña Elvira en la escena final, cuyo pañuelo en la cabeza afea a nuestro juicio al personaje.
Ya señalamos que la régie que enfoca la ópera más hacia lo giocoso que a lo dramático, es otro factor que mantiene una constante tensión dramática, no obstante insistimos que el exceso de minimalismo escenográfico excluyó elementos importantes del drama; la tumba y estatua del Comendador en la escena del cementerio donde Don Giovanni en forma desfachatada le invita a cenar a su casa, la mesa de la cena donde se producirá el encuentro de Don Giovanni con el asesinado Comendador, que viene para castigar al “disoluto” llevándolo al infierno, asimismo el que este se escuche y no se vea, como señalando que se trata de la imaginación de Don Giovanni, le resta fuerza al clímax, perdiendo peso la moraleja final, si bien el burlador termina colgando en un infierno imaginario, reconocemos el impacto visual que produce.
La dirección orquestal correspondió a Pedro Pablo Prudencio, quien consiguió estupendos resultados de la Orquesta Filarmónica de Santiago sin replicar el enfoque de Cremonesi, pues algunos de sus tempo son un poco más lentos, resultando más cómodos para los cantantes, destacamos que en la obertura resalta vigorosamente las escalas ascendentes y descendentes que aparecerán en la escena final con ese maravilloso trío de voces graves (Comendador, Giovanni y Leporello) con el agregado de las voces masculinas del coro.
El Coro del Municipal de Santiago, volvió a encantar con su presencia escénica y calidad vocal.
Un elenco bastante parejo que incluyó tanto cantantes extranjeros como chilenos dio vida a este Don Giovanni cuya puesta en escena provocó opiniones encontradas, pero en general positivas
El barítono polaco Daniel Miroslaw fue Don Giovanni, el posee una figura que se aviene muy bien al personaje, enfatizando el aspecto del libertino e irresponsable al que solo le interesa seducir y gozar de la vida, su timbre es hermoso aunque su voz tiene poco volumen, sus grandes escenas fueron en la fiesta donde es castigado por los cortesanos y en el enfrentamiento imaginario con el Comendador.
El barítono chileno Sergio Gallardo fue un histriónico Leporello, tanto en lo corporal como en lo facial, sus grandes escenas fueron en la aria del Catálogo o cuando finge ser Don Giovanni, también la escena del cementerio y en la cena final.
La soprano rusa Oksana Sekerina fue una convincente Doña Anna, ella tiene una gran presencia escénica además de una muy bella voz muy adecuada para el rol, y en su interpretación se aprecia su gran musicalidad que aplica en los contrastes dinámicos, sus arias fueron conmovedoras.
El tenor argentino Santiago Burgi fue un débil Don Octavio, su voz para este rol es muy pequeña y si bien tiene presencia escénica este factor no compensa la parte vocal.
La soprano chilena Pamela Flores como Doña Elvira se mostró en plena madurez vocal y actoral, mostrando a una Elvira que ha enloquecido de amor por Don Giovanni, no importándole humillarse, vocalmente acertó en las implicancias sicológicas del rol, y como actriz fue totalmente convincente.
El bajo estadounidense Soloman Howard que ya había maravillado en la versión Internacional, en esta ocasión ratificó todas sus bondades vocales, que nos hacen desear escucharlo en otros roles.
Yaritza Véliz soprano chilena fue la encargada de representar a Zerlina, sin duda posee una muy hermosa voz y es musical, pero en esta ocasión su actuación la encontramos forzada, muy poco natural, como le hemos visto en otras producciones, pensamos que tal vez este papel no le es afín.
El barítono cubano Eleomar Cuello fue un Masetto sin demasiado perfil, vocalmente discreto al igual que actuación.
La fuerza y belleza de la ópera, así como la honesta entrega de todo el elenco lograron que el público los ovacionara largamente.
Gilberto Ponce. (CCA)