«DON CARLO» DE VERDI DESDE EL MET.
Felipe II (F. Furlanetto)
La última transmisión desde el MET de New York, al Teatro Nescafé de la Artes, permitió encontrarnos con una de las óperas más hermosas de Giuseppe Verdi, obra monumental, plagada de símbolos humanos y político religiosos, en ella Verdi logra una fusión absoluta entre texto y música, no olvidemos que el libreto tiene como modelo el drama de Friedrich Schiller (Don Carlos, Infante de España).
Lamentablemente, y según se explicó, la transmisión desde New York, tuvo interferencias en el sonido, caracterizado por su irregularidad, opaco a veces, casi desapareciendo la orquesta en otras, o bien algunos de los solistas en las escenas en “concertato”, más, cuando el sonido era el de siempre, su audición fue óptima.
La producción semi conceptual, tiene aciertos y situaciones que plantean dudas, consideramos adecuados el Bosque de Fontainebleau, la tumba de Carlos V en el Monasterio de San Yuste, la escena del Jardín y el Gabinete de Felipe II, aunque la custodia del Santísimo, está fuera de lugar. Muchas dudas nos merece el “Auto de Fe” que es una de las escenas de mayor envergadura, desconcertante el tamaño de la Catedral, y la régie de Nicholas Hytner, entre incoherente y obvia, carreras del coro sin sentido, estereotipos en las procesiones perdiendo su grandiosidad y fuerza.
Tal vez estos detalles habrían pasado más desapercibidos, si el sonido hubiera sido normal, pues al comunicar toda la fuerza de la música, la atención se habría enfocado en ella.
La dirección orquestal fue de Yannick Nézet-Séguin, aunque demasiado lenta a ratos, fue en general bastante inspirada.
Cantantes:
El famosísimo tenor Roberto Alagna fue Don Carlos, su hermosa voz es la precisa para el papel, no obstante su actuación es elemental, se le vio impávido incluso en momentos críticos, como cuando recibe la noticia que la mujer que ama, deberá casarse con su padre, o cuando confunde a la Dama de Éboli con Isabel, también en el dúo con Rodrigo, y en el Auto de Fe, solo por mencionar algunos. Aquí una gran y hermosa voz supera con creces la actuación siendo esta la base de su fama.
La soprano rusa Marina Poplavskaya interpretó
a Isabel de Valois, poseedora de una hermosa y expresiva voz, sin ser gran actriz logra convencer en los conflictos que enfrenta; desgarrada al saber que se casará con Felipe II, al perder a su dama confidente, o en la escena con Felipe II cuando pide al rey que crea en su fidelidad.
Ferruccio Furlanetto, fue un tremendo Felipe II, a su hermosa voz agrega una actuación muy convincente, su famosa aria “Ella giammai m´amó” fue emocionante, e introspectiva, del mismo modo en el dúo con el gran Inquisidor, transmitió enorme fuerza, su actuación fue desde lo digno a lo doloroso, pasando por estados de enorme rabia y desilusión.
Rodrigo fue cantado por Simon Keenlyside, con una actuación tan poderosa y convincente, como en “Hamlet” (Thomas), que le vimos en la temporada pasada, en él, su voz y actuación son un todo indisoluble, todas sus escenas fueron notables.
La Princesa de Éboli, lo asumió la
extraordinaria mezzo soprano Anna Smirnova, su “canción del velo» fue bellísima y en el aria “O don fatale” comunicó toda la rabia y pasión que contiene.
El “Gran Inquisidor” lo canto Erik Halfvarson, con actuación estereotipada y poco creíble, su voz no es lo suficientemente grave y poderosa como para el rol, su timbre se confundía con Felipe II en el famoso dúo, habría más adecuado, el bajo que canta como Carlos V.
A pesar de las dificultades se agradece la oportunidad de encontrarse con una de las grandes óperas de todos los tiempos.
Gilberto Ponce (CCA)
